sábado, 4 de junio de 2011

HABLO LA IGLESIA, MAS PROFETICA QUE NUNCA

El recién pasado martes 31 de Mayo, la Conferencia Episcopal de Nicaragua emitió la carta pastoral llamada El Magnificat: Una oración para tiempos nuevos, inspirada en esa poderosa oración que conocemos como La Magnífica, la oración por excelencia de María, el cántico de los tiempos mesiánicos, la oración de toda la Iglesia en todos los tiempos”. Una oración para todos “los fieles que se reconocían pobres, no sólo por su alejamiento de cualquier tipo de idolatría de la riqueza y del poder, sino también por la profunda humildad de su corazón, rechazando la tentación del orgullo y del miedo, abiertos a la irrupción de la gracia divina salvadora”. Una oración para enfrentar y vencer todos los peligros que acechan a causa del orgullo de los soberbios y la ambición malsana de los encumbrados que todos identificamos.
Ha sido tan poderosa La Magnifica, que no se ha salvado de las mundanas e irreverentes comparaciones que a través de la historia, el pueblo nicaragüense ha hecho. Durante el somocismo, portar el carnet del Partido Liberal Nacionalista (Somocista) era “andar La Magnífica”. Su poder era contra los controles de la Guardia Nacional y para garantizar que cualquier mortal podía ser atendido con preferencia en las instituciones públicas y tener prioridad a la hora de conseguir un “puesto” en el gobierno.
En la Nicaragua Cristiana, Socialista y Solidaria de hoy, 32 años después del supuesto fin del somocismo, el carnet express que entrega el partido de los Ortega – Murillo a todos los que prometen que van a votar en la casilla 2, se ha convertido en “La Magnífica” de estos duros tiempos. Su poder es contra las multas de tránsito, garantiza un trabajo en el estado, con la venia del comisario político del barrio o de la comarca se puede acceder a algunas láminas de zinc, una vaquita, uno que otro chanchito y algunas gallinitas y con mucha suerte hasta una casita para el pueblo, con antena de TV satelital incluida. Hay más variedad que la de Somoza, producto de la modernidad de los tiempos, pero el concepto es el mismo: La Magnifica protege y para ser ciudadano de primera en este mundo terrenal, hay que andarla a mano. No se sabe cuándo se va a necesitar.
Nuestros obispos con su contundente carta pastoral del 31 de Mayo, rescatan del manoseo mundano una Magnífica Oración, para ofrecer en esta época de tinieblas, luz a los nicaragüenses, que se debaten entre la incertidumbre, el temor y la desesperanza.  Ellos están conscientes del sufrimiento del pueblo más desamparado, que transita miserablemente  entre la pobreza y la miseria; de los cientos de miles que no tienen un trabajo digno para llevar el sustento a sus hogares; de aquellos que tienen que sacrificar la propia dignidad en marchas y rotondas, para poder mantener un empleo, el que de acuerdo a nuestra Constitución Política, tienen legitimo derecho; de todos los que tienen que emigrar fuera del país para buscar lo que se les niega en el propio, dejando atrás hogar, familia, esposa e hijos.
Pero tampoco nuestros obispos han estado ajenos a las acechanzas de los poderosos, que tanto ayer como ahora y desde las sombras del poder han conspirado y conspiran en contra de la iglesia. Ayer, fueron los bombazos en las iglesias para amedrentar a los líderes religiosos. Hoy, más refinados, los malvados lo han expresado claramente en el documento Hermandad Revolucionaria: Socialismo del Siglo XXI, cuando manifiestan con singular cinismo en una de las “Acciones para Garantizar el Poder Revolucionario. Fortalecer nuestra posición de fuerza contra la iglesia católica oficialista: Resaltando la figura del Cardenal Miquel Obando y Bravo, como símbolo de nuestra alianza con la iglesia que apoya al Gobierno de Reconciliación, Paz y Unidad Nacional. En este momento son decisivos los aportes de los miembros de la Convergencia Nacional y algunos sectores adversos pero actualmente nuestros aliados: La Resistencia Nicaragüense, Pastores Evangélicos, Desmovilizados, Personalidades Notables y otros”.
El fortalecimiento de las posiciones de fuerza no se ha hecho esperar en el gobierno cristiano del Presidente Ortega y su Primerísima Dama, Rosario Murillo. Estos han advertido con justificada preocupación, que la influencia y el liderazgo de los guías espirituales de los católicos nicaragüenses se ha fortalecido y lo peor es que estos no están en la acera del gobierno. Primero, fue el caso del famoso “Hacker de Lujo”, a través de la filtración provocada por ellos mismos, de un documento en donde acusaban a algunos obispos de caer en las tentaciones del sexo, el licor y el dinero fácil.
Luego se montaron en el secuestro de la Virgen Santísima, para colocarlas en la forma y lugares escogidos por la Sacerdotisa del Sincretismo Religioso en el que quieren meternos a todos los nicaragüenses.  Después fue el panfleto “El Pijaso”, editado en el FISE por el segundo del Cardenal Obando en la Comisión de Paz y Verificación, Nelson Artola, en donde los ataques a los obispos se hacen con exceso de vulgaridad y grosería.
Posteriormente, se decidieron por medidas de fuerza más directas y quisieron callar la voz firme y comprometida de Monseñor Silvio Báez, fingiendo un robo a su residencia por dos hombres armados, armados para qué? Sin embargo, nada ha apartado a los obispos de su misión profética al lado de los más sufridos. Ni los halagos, ni las presiones, ni las amenazas. Saben que no están solos, que el pueblo entero los acompaña en el peligroso camino que han decidido emprender.
En estos tiempos difíciles que vivimos, en los que se necesita la guía y orientación de líderes valientes, el Espíritu Santo ha iluminado a nuestros obispos quienes han manifestado que, inspirados en la oración, permitimos misteriosamente que la fuerza del Señor Resucitado fecunde y cambie la historia, nos hacemos eco de las aspiraciones de paz y justicia de todo nuestro pueblo y sobre todo tomamos conciencia de nuestra propia responsabilidad en el cambio social”.
Los dirigentes espirituales de toda la grey católica nicaragüense no están ajenos al clamor del pueblo y contrario a lo que desde las alturas del poder suponen, están al lado de quienes confían en que las oraciones serán escuchadas por nuestro Señor, ya que  Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos”.
Los que tengan oídos para oír, que oigan…