Para
nadie es un secreto que los resultados de las elecciones del día de mañana ya
están decididos desde mucho antes que arrancara este proceso electoral y que
por las irregularidades de las que ha estado plagado, nada hace suponer que los
resultados sean diferentes a lo ya vivido en el 2006, 2008, 2010 y 2011. Todo
parece indicar que lo que se ha denunciado hasta la saciedad por distintas
organizaciones de la sociedad civil y agrupaciones políticas, estas elecciones
municipales que el orteguismo ganó el día de mañana, no es más que una
designación y distribución de alcaldes y concejales, en las que el que partió y
repartió, se quedó con la mayor parte.
Efectivamente,
estos comicios de mañana, que saben más a circo electoral que a otra cosa, no
harán más que profundizar el dominio del orteguismo en el mapa político
nacional y establecer la plataforma partidaria sobre la que el murillismo se
apuntalará, para llevar adelante la campaña de la próxima candidata del partido
de gobierno en el 2016. Una enorme fuerza de activistas distribuida a lo largo
y ancho del territorio nacional, en los 153 municipios del país, asalariados
del presupuesto nacional y de las alcaldías municipales, que a partir de Enero
del 2013 llevarán la buena nueva de la Nicaragua de los sueños, la Nicaragua
donde se vive en paz, la Nicaragua de la eterna navidad.
Pero
lo importante no es desmenuzar el quinto fraude consecutivo que se cumplirá,
irremediablemente, el día de mañana, el que ha sido ampliamente documentado y
advertido por todas las organizaciones serias de nuestro país, inclusive hasta
por el Jefe de la Misión Electoral del Unión Europea, Sr. Luis Yáñez, dado que
ninguna de las recomendaciones hechas en el informe final hecho público al
finalizar el proceso del 2011, fueron seriamente implementadas por el Consejo
Supremo Electoral. En esta ocasión, queremos analizar lo que vendrá después del
fraude, qué es lo que cambiará en Nicaragua y sobre todo, qué es lo que podemos
esperar los nicaragüenses, después que el Magistrado Presidente del CSE,
Roberto Rivas Reyes, el hombre que levantó a los muertos, los mandó a votar y
en el culmen de los milagros hasta los puso de candidatos, anuncie las 130
Nuevas Victorias del orteguismo. Veamos entonces que podría pasar después de
las elecciones.
1.-
Mayor concentración de Poder por parte de la pareja presidencial, en especial
de la Secretaria de Propaganda del partido, quien completaría el circulo de poder
casi total, sumando a los que tiene en el Estado y el Gobierno, el de los
gobiernos municipales. Esto le significaría concluir el desplazamiento de las
fuerzas históricas del sandinismo, autollamados
de la “Vieja Guardia” y que han sido apartados por la nueva savia que
pretende imponer la primera dama, la juventud murillista, que disfrazada de
juventud sandinista ha sustituido a los viejos cuadros que conformaban los
comandos electorales y las fuerzas de choque del orteguismo. Una nueva fuerza,
más disciplinada, más sumisa y menos bochinchera que los molestos y criticones
ex de todo: ex militares, ex MINT, ex guerrilleros, ex combatientes históricos,
ex colaboradores históricos, ex SMP, ex etc., ex etc.
2.- Mayor hegemonía política del orteguismo, para
continuar intentando el viejo sueño facistoide de “Homogenización de la
Sociedad nicaragüense”: una sola idea, la de ellos; un solo caudillo, el de
ellos y los otros caudillitos sometidos a Él; un solo pensamiento, el de ellos;
una sola visión del país, la de ellos; un solo proyecto de desarrollo, el de
ellos. Una sociedad en la que ellos y solo ellos manden y todos los demás
obedezcamos. Una sociedad en la que se pierda la conciencia, la individualidad,
la unidad familiar, la potestad sobre los hijos, el derecho a elegir y hasta la
posibilidad de decidir cual religión profesar.
3.- Continuidad
de la concepción de desarrollo del país que hemos vivido durante estos años de
gobierno orteguista: una concepción piramidal, que en la cúspide se encuentra
una cúpula empresarial, partidaria y gubernamental excluyente y sectaria, que
se enriquece a costa del manejo de los resortes del poder y de parasitar al
lado del poder. Un pequeño sector que utiliza la información privilegiada de la
que gozan, para ampliar sus ganancias y entrar con ventaja a negocios más
rentables aun, estableciendo nuevos monopolios y fortaleciendo los que ya
tienen; con una distribución de la riqueza totalmente injusta, que continuará
enriqueciendo a los más ricos y empobreciendo aun mas a aquellos que no tienen
la suerte de pertenecer a estos grupos de poder y que son la mayoría de la
población, la inmensa base de la pirámide.
4.-
Continuidad de la corrupción partidaria y gubernamental, la que se sustenta en
la privatización de la cooperación petrolera venezolana, que ha permitido que
un pequeño núcleo familiar y empresarial, goce de los beneficios del monopolio
de la importación y almacenamiento del petróleo que usamos todos los
nicaragüenses; del monopolio de la importación y distribución del Bunker,
combustible que utilizan las plantas de generación eléctrica; del oligopolio de
la distribución del combustible, que les permite disponer actualmente del 30 %
de la cuota de mercado; del oligopolio de la generación de energía eléctrica,
que a costa de privatizar ilegalmente las plantas donadas por Taiwán y
Venezuela, hoy tienen una capacidad instalada casi igual a la demanda eléctrica
nacional; y finalmente, del manejo discrecional de más de tres mil millones de
dólares que ha producido, para una familia y no para todos los nicaragüenses,
la ilegal, inmoral e inconstitucional privatización del convenio petrolero con
Venezuela.
5.-
Continuidad del endeudamiento del estado nicaragüense con los prestamistas de
la familia gobernante, quienes desde una entidad que opera bajo la figura
jurídica de Cooperativa de Ahorro y Crédito, se dan el lujo de prestarle al INE
para que pague las deudas que tienen con los generadores de energía, quienes a
su vez le deben a la empresa de la familia que les fía el Bunker que utilizan
en las plantas eléctricas. También le prestan al estado para que mantenga el
subsidio en la tarifa energética; le prestan al estado para que mantenga el
bono a los trabajadores del estado; para que mantengan el bono a los jubilados
del INSS; les otorgan prestamos para que continúen los programas clientelares
del gobierno, que salen del presupuesto de la Republica y no de la ayuda
venezolana; le prestan a las alcaldías para que en parte mantengan la planilla
de trabajadores, de funcionarios y activistas del partido, y un largo etcétera de
préstamos, que no hace más que confirmar que estamos ante una gigantesca,
ilícita, ilegal e inmoral operación de legitimación o blanqueo del capital que
usufructúan de la cooperación venezolana.
6.- Finalmente,
también nos depara la posibilidad de que en el mes de Diciembre, antes de las
vacaciones de Navidad y Fin de Año, un sector de la clase política nacional, de
la mano del Gran Capital, busquen finiquitar un nuevo pacto de cúpulas con el
Gobierno de Ortega, en busca de una ficticia estabilidad social y política que
les facilite continuar con sus boyantes negocios, mantener el sometimiento de
la sociedad nicaragüense, seguir implantando el modelo de desarrollo injusto,
desigual y excluyente y seguir enriqueciéndose al amparo y arrimados al poder.
Un nuevo pacto que repartiría entre los partidos políticos convidados, al igual
que serán repartidas alcaldías y concejalías el día de mañana, magistraturas en
el Consejo Supremo Electoral, en la Corte Suprema de Justicia y en otras
instituciones del estado. Una forma ya validada para mantener a los caudillos y
aspirantes a caudillos, con la boca cerrada y ocupados en la administración de sus
valientes y aguerridas “nuevas victorias” sobre el orteguismo.
Un
nuevo pacto en el que todos ellos estarían felices y contentos, disfrutando de
la Alegría de Vivir en Paz a costa de los demás y del erario público, después
de haber legitimado el triunfo electoral del oficialismo, la triste escena que
a ellos les toca en el sainete montado. Sin embargo y como siempre, es el
pueblo el que tendrá la última palabra y quien al final de la obra, pondrá a
cada quien en el lugar que se merece, a como lo hizo con José María Moncada,
con Emiliano Chamorro, con Fernando Agüero y con Arnoldo Alemán. Tiempo al
tiempo.
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