A escasas horas de
finalizar el 2013 y luego de haber analizado los “Éxitos” de Ortega en la
primera parte de este Editorial, continuamos con el análisis de lo que podemos
considerar los fracasos del mismo durante este año.
EL FRACASO DEL MODELO.
El orteguismo construyó
un modelo de dominación político, social y económico, el que ha venido
trabajando desde el 2007, fecha en que asumió el poder después de haber estado
fuera durante 16 largos años. La premisa principal sobre la que se basa el
modelo es su permanencia en el poder, por no menos de tres periodos, tiempo en
el cual habrán sentado las bases para que el mismo se reproduzca por sí solo, dando
paso a una suerte de dictadura dinástica en la que los miembros del Clan Ortega
– Murillo sean quienes ostenten el poder luego esta etapa inicial. Sin embargo,
“El Modelo” en mención lleva intrínseco el fracaso, ya que ni en lo político,
ni en lo social, ni en lo económico es sostenible en el tiempo.
Socialmente, ha
predominado la exclusión de la gran mayoría de la población, manteniendo a
cerca de la mitad de los nicaragüenses en situación de pobreza y pobreza
extrema, 42 % y 7.6 % respectivamente, lo que ha provocado una oleada
migratoria de nicaragüenses que buscan afuera el empleo y el salario que no
encuentran en su propia tierra. Con gran entusiasmo, los voceros del gobierno
se llenan la boca hablando de 1,100 millones de dólares en remesas familiares,
pero no hablan del indetenible avance de la desintegración familiar que la migración
provoca, del proceso indetenible de lumpenizacion de un segmento importante de
la sociedad, los índices alarmantes de delincuencia juvenil, drogadicción,
alcoholismo y prostitución.
En lo político, el
modelo se sostiene sobre la base de la corrupción del Sistema Electoral, la cooptación
de un sector de la clase política, la sumisión de la Policía Nacional, la “neutralidad
activa” del Ejercito, y la complacencia, esta sí, “activa y militante”, del
Gran Capital y un sector de la cúpula empresarial. De fraude en fraude han
logrado construir una mayoría parlamentaria, cuatro elecciones “victoriosas” al
hilo y más de 135 alcaldías sumisas al poder partidario. La cooptación y
sometimiento de los poderes del estado a la voluntad del caudillo ha propiciado
la defunción del Estado de Derecho, las Instituciones y la Institucionalidad
del país. Cuanto tiempo podrá sostenerse en lo político este tipo de modelo,
sobre las endebles bases que la sostienen?
Finalmente, en el
plano económico el fracaso es aún mayor. Acostumbrados al coro estridente de
los éxitos macro económicos del gobierno, se ha perdido la pista de que la economía
de un país no solo depende de la macroeconomía, sino también de la microeconomía,
de la economía de los hogares, de las familias, la economía de la gente. Y aquí
es donde la otra cara de la moneda nos presenta un fracaso mayúsculo. El costo
de la vida es inalcanzable para la mayoría de la población; el salario real de
los trabajadores apenas llega a los C$ 1,400.00, lo que lo sitúa a niveles inferiores
del año 2001; el costo de la canasta básica “vuela” arriba de los C$ 11,000.00,
lo que en la práctica nos dice que el promedio del salario real nacional
alcanza para comprar únicamente el 12.7 % de la mentada canasta. Por otro lado,
la generación de empleos es insuficiente para poder sostener el modelo, ya que de
cada 100 nuevos empleos, aproximadamente 76 son informales. La Inversión
Extranjera Directa se concentra en sectores tecnológicos especializados, con
una baja oferta laboral, o en la explotación irracional de los recursos
naturales, los que ocupan mano de obra barata. Un modelo que apunta a sacarse
el premio mayor, que cifra todas sus esperanzas en mega proyectos faraónicos, ni es serio, ni es sostenible.
LA RELACION CON LA
IGLESIA.
Quizás uno de los
mayores fracasos del proyecto orteguista en este año ha sido la pretensión de
cooptar a la Jerarquía Católica del país, lo que equivaldría a tener a su disposición
los pulpitos de todo el país llevando la “buena nueva” del sincretismo
religioso de la Primera Dama, los beneficios de los programas clientelistas del
gobierno y la transformación religiosa del matrimonio presidencial, a quienes
bendicen las 11,000 vírgenes y todos los santos de la corte celestial. El relativo
éxito obtenido años atrás en su relación con sectores Evangélicos, no ha podido
fructificar con los católicos. No basta tener a su disposición un Cardenal en “retiro
activo” y varios sacerdotes subordinados a punta de billete, para hacerle creer
a la población de que el liderazgo religioso está a favor del gobierno y sus políticas.
Muy sabiamente, la mayor parte de los obispos han mantenido una prudente
distancia y han escuchado más de cerca al pueblo. Con un “tendido territorial” que
se extiende hasta el último rincón de toda la geografía nacional, la envidia de
cualquier partido político, la Iglesia Católica es, en teoría, quien mejor conoce
todas las inquietudes, vicisitudes y problemas de la mayoría de la población nicaragüense,
conocimiento que le ha servido para solidificar su misión profética al lado de
los sectores más vulnerables, manteniendo también la prudente distancia con la oposición
para evitar malos entendidos con el poder.
LA UNIDAD INTERNA PARTIDARIA.
2013 significó la culminación
de la fractura interna del partido oficialista, con el abandono de las filas
partidarias de amplísimos sectores del sandinismo, en parte cansados de esperar
que los ríos de leche y miel prometidos desde siempre llegaran, por la corrupción
imperante a todos los niveles del partido, del gobierno y del estado, pero
sobre todo, por el abandono y desprecio a la vieja guardia sandinista, la que
no cabe en el proyecto político de la Primera Dama. Habiendo sido el sostén del
naciente orteguismo de inicios de los 90’s, acompañante sumiso y leal durante
los 16 años de gobiernos conservadores y liberales, soporte firme en todas las
elecciones habidas en la época post revolucionaria, incluidas las de los
fraudes electorales, pensaron que la llegada de Ortega al poder significaría un
cambio rotundo en sus vidas, sin embargo la realidad fue precisamente todo lo
contrario. Vilipendiados, marginados y rechazados por las estructuras del
partido y del gobierno, les ha tocado sufrir en carne propia el desprecio de la
nueva savia, la “juventud eterna”, los elegidos de la compañera Rosario para acompañarla
en las nuevas victorias: la Juventud Sandinista. Piensan que el “Honorable” Consejo
Supremo Electoral basta y sobra para ganar elecciones, por lo que todos aquellos
que en algún momento conformaron los Comandos Electorales, han sido tirados a
la basura.
LA ATOMIZACION DE LA
OPOSICION.
Uno de los grandes fracasos
de Ortega en este año. Mas por virtud de las ambiciones desmedidas de poder del
comandante, que por la acción deliberada de la oposición tradicional, léase los
partidos políticos tradicionalistas, un vasto sector de la oposición se ha
unido alrededor del proyecto de Unidad por la Republica, la que tuvo su
bautismo el 20 de Agosto de este año que concluye, a raíz del anuncio de la Ley
Canalera. Ante el peligro real e inminente de la perdida de la soberanía nacional,
entregada mediante dicha ley a un oscuro inversionista de origen chino,
partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil, gremios, ex militares
y organizaciones de jóvenes y mujeres, han dado un paso al frente, no sin
contratiempos y problemas, en un proyecto de unidad que no estará exento de los
peligros de cooptación, presión y chantaje de parte del poder, y porque no
decirlo, de las ambiciones personales de quienes podrían ver este proyecto como
la escalera ideal para sus intereses. A la torpeza de la Ley Canalera le siguió
la de las Reformas Constitucionales, lo que le ha brindado a Unidad por la
Republica la posibilidad de cohesionarse aún más, ya que Ortega no ha ocultado
ni sus cartas ni su juego: eternizarse en el poder mientras el Señor le preste
vida.
Al ser este el último
Editorial del 2013, no queda más que desearles a todos mis lectores un Feliz Año
Nuevo, que el Señor colme de bendiciones sus hogares durante todo el 2014 y que
para el pueblo nicaragüense sea el inicio del camino hacia la redención definitiva,
un país con Justicia, con Democracia y en Paz.
FELIZ AÑO A TODOS!