Luego
de la crisis sísmica vivida en los días previos a la Semana Santa y en los
propios días de esta, conviene hacer un análisis detallado de lo ocurrido,
tanto en el manejo de dicha crisis como en el accionar de ciertos actores que,
o aprovecharon muy bien el impacto mediático resultante o desaparecieron
totalmente de la escena, dejando un vacío de liderazgo en el país, habida
cuenta de que se supone que para eso están ahí, independientemente de si es
legítima a no su estadía en el poder.
TERRORISMO MEDIÁTICO.
Es
innegable que después de tres terremotos en escasas 24 horas el gobierno debe y
tiene que tomar todas las medidas necesarias para preservar a la población más
expuesta al peligro y proceder a orientar a la ciudadanía sobre qué hacer en
estos casos. Sin embargo, lo que se vio y vivió, fue una especie de terrorismo mediático
y la creación de un estado de pánico, que tuvo mayor efecto que los terremotos
mismos, en los asustados pobladores de Managua y casi en el resto del país.
Noam Chomsky habla de la utilización del aspecto emocional, mucho más que la
reflexión, para “causar un corto circuito
en el análisis racional y finalmente neutralizar el sentido crítico de los
individuos e inducir a determinados comportamientos”. Someter a la
población al estrés y al pánico los convierte, de acuerdo a los especialistas,
en seres totalmente indefensos y fácilmente manipulables. El miedo paraliza al
ser humano y el terror lo convierte en un simple borrego. La prueba fue un
éxito.
EL
EFECTO DE LA DISTRACCIÓN.
No
se necesita ser docto en temas de comunicaciones, para intuir que el manejo
mediático de la crisis evitó que absolutamente nadie se acordara siquiera del
terremoto institucional al que fue sometido el país, luego de los nombramientos
de cargos vencidos en el estado, aprovechando la mayoría espuria de la bancada
oficialista. Los terremotos vividos cayeron como anillo al dedo a los
interesados en el gobierno para evitar que el país cuestionara el abuso y la
prepotencia de elegir a una cantidad de funcionarios, muchos de ellos altamente
cuestionados por organismos nacionales y extranjeros, tales como los
“impolutos” magistrados del Concejo Supremo Electoral, el afable y educadísimo
Procurador de los Derechos Humanos y los siempre bien ponderados magistrados de
la Corte Suprema de Justicia, algunos de ellos salvados por sus “adversarios
políticos” de transitar por la dura calle estos próximos cinco años. Con una
parte de la población con memoria muy corta, la tembladera no causó estragos
asociados con el mal de Parkinson, sino más bien produjo un alzhéimer generalizado,
teniendo como consecuencia el olvido total del terremoto político cuyo
epicentro fue en el hemiciclo de la Asamblea Nacional. Objetivo cumplido.
LOS
GRANDES AUSENTES DURANTE LA CRISIS.
Es
en momentos de crisis cuando los estadistas se crecen y aparecen, guiando a la
población de manera serena y responsable, tomando todas las medidas adecuadas
para que la ciudadanía sepa qué hacer y cómo hacerlo. Al día de hoy, cuando la
situación creada por los sismos ha disminuido considerablemente, todavía nos
preguntamos que se hizo el comandante Ortega durante los días críticos. El país
prácticamente fue dirigido por la primera dama, quien en un alarde de
protagonismo hasta interpretó para todos nosotros, simples y viles mortales,
los informes de los especialistas, nacionales y extranjeros, que trataban de
explicar los riesgos asociados a las fallas sísmicas y la peligrosidad
volcánica en el país. Sismóloga, vulcanóloga, momotombologa, apoyecologa,
mombachologa, maremotologa y un montón
de “logas” mas, jamás permitió que los que verdaderamente saben de estas cosas,
le transmitieran al pueblo la situación real en sus propias palabras. De lo que
se trataba con este enorme filtro, era mantener el control sobre la información
y la capacidad de manipulación.
Y el
Vicepresidente, en donde estuvo? Por razones de su anterior cargo, se supone
que es la persona con mayor capacidad y experiencia para dirigir una crisis que
amerite evacuación y traslado de grandes masas de gente, planificación de
contingencias derivadas de una eventualidad de esta naturaleza, dirección y
coordinación de instancias gubernamentales involucradas en estos casos, sin
embargo, para la totalidad de la ciudadanía la impresión que quedó es que, una
vez más, el Gral. Halleslevens es apartado olímpicamente de las funciones
inherentes a su cargo, en beneficio de “La Presidenta”, a como se le llamó en
las emisoras del emporio mediático presidencial. No quieren esperar al 2016.
Primero fue la puesta en práctica del gobierno
paralelo, durante la famosa “muerte y resurrección” del comandante, ahora,
el manejo total y absoluto de la crisis de los terremotos, por parte de la
primera dama. Protagonismo electoral cumplido.
LAS
CONSECUENCIAS DEL TERRORISMO MEDIÁTICO.
El
COSEP fue el primero en hacer una evaluación económica de los daños asociados por
el impacto mediático de la crisis sísmica ocurrida en el Pacífico de Nicaragua.
Obviamente, el principal damnificado fue la industria turística nacional, vale
decir todos aquellos negocios vinculados al “clúster turístico nacional”, por
llamarle de alguna forma a hoteles, hospedajes, bares, restaurantes,
comiderías, pulperías, taxis, caponeras, microbuses, tour operadoras, cambistas,
vendedores de recargas telefónicas y hasta los policías que dejaron de percibir
las “mordiditas veraneras”. Se esperaba que ingresaran 56 mil turistas
extranjeros en los días de Semana Santa. Se hace muy difícil creer en las
cifras oficiales que hablan de 47 mil turistas que llegaron en esos días. Dónde
estaban? La desolación que se notaba en los principales balnearios del país era
notoria. Después de tanta paranoia en que quedó sumida la población debido a la
descarga mediática que hablaban del Apocalipsis, quien en su sano juicio iba a
arriesgarse a desaparecer de la faz de la tierra, que era lo menos que se
ofrecía, si salías de tu casa. No es casualidad que los únicos dos muertos que
hubieron, en comparación con los más de 10 mil en 1972, fueron producidos por
infartos.
Conscientes
del daño ocasionado, casi nos obligan a ir a veranear en el fin de semana
larguísimo que se aproxima y que la doña nos otorga como premio de consolación.
Atrás quedaron los terremotos, lago-motos, erupciones krakatoicas, tsunamis,
hospitales de campaña a escasos kilómetros de Apoyeque, las invocaciones a las
100 mil vírgenes y a todos los santos de la corte celestial. Ahora hay que irse
a pasear y a esperar con que nueva locura van a salir. Ah! y por favor ni
se acuerden de los magistrados nuevos y viejos reelectos, eso ya es cosa
juzgada. Y para la próxima crisis, ni pregunten quien manda en el país, que a como
dice el comercial, esa pregunta ni se pregunta. Ya no saben pues!
Magnifica observacion. Te felicito.
ResponderEliminarLetzbia.
hay que colgarte
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