Cada
día que pasa, la población que será confiscada por la empresa HKND,
concesionaria de la construcción del Canal Interoceánico, hace más patente su
rechazo a servir de moneda de cambio de un enorme negocio, en el cual miles de
propiedades cambiarían de dueños en un abrir y cerrar de ojos. Se habla ya de
los inmensos márgenes de ganancia que dejará el diferencial de los precios de
compra de las propiedades a humildes ciudadanos nicaragüenses y los precios de
venta de dichas propiedades a la empresa china, un negocio redondo que dejaría en
manos de los confiscados cerca de 1,200 millones de dólares y otro tanto a los
segundos, solamente por intermediar la compra - venta de las propiedades
confiscadas.
Todos
los habitantes de las comunidades afectadas de Rivas, San Miguelito, Nueva
Guinea y el Caribe Sur están conscientes de que una vez que vendan, no podrán comprar
ni la misma cantidad de tierra que vendieron, ni al mismo precio que les
ofrecieron los filibusteros canaleros. Nadie en su sano juicio venderá tierras a
los precios actuales, sabiendo que habrá mucha demanda y los demandantes cargarían
una importante cantidad de dinero, máxime que el tráfico de tierras y propiedades
está en lo fino en nuestro país, siendo los principales latifundistas y
terratenientes los vinculados de alguna forma al gobierno y al partido de
gobierno y los testaferros del narcotráfico, que necesitan de tierras alejadas
de las zonas urbanas para desarrollar su infraestructura de almacenamiento y
traslado. Si alguien duda de esto, los invitamos a darse una vuelta por los
registros de la propiedad de muchos lugares donde está trazada la ruta canalera
y comprobarán que los cambios de asientos de las propiedades, muchos de ellos
sin el consentimiento de sus legítimos dueños, son abundantes.
En
Rivas, todos conocen que la presión ejercida por grandes y medianos negocios de
la industria turística permitió cambiar el lugar de construcción del proyecto turístico
San Lorenzo. Pareciera una broma de mal gusto, en la cual los que tienen plata,
platican y los que no, solo escuchan. Cómo interpretar que un Mega Proyecto,
valorado entre 50 y 100 mil millones de dólares, con una supuesta ruta ya
trazada, con supuestos estudios técnicos elaborados y presentados con toda la
fanfarria del caso por chinos y vende patrias nacionales, de repente, se cambie
de un día para otro, por el solo hecho de que el mentado proyecto pasaría arrasando
propiedades valiosas de dos personajes, que juntos exportan cerca del 90 % del café
que se produce en el país? Por cosas como esta es que el comandante Bayardo
Arce, principal asesor económico del gobierno, se desentiende del proyecto? Por
la falta de seriedad y consistencia para ser presentado y defendido como un PROYECTO
NACIONAL y no como lo que en realidad es, un negocio personal y familiar de
unos cuantos vivianes que trafican con la Soberanía Nacional?
Cada
día se hace más evidente que no habrá canal y lo único que veremos será la construcción
de los famosos Sub Proyectos, transformados en lo que realmente serán, el
negocio del siglo para la elite familiar que gobierna el país a su gusto y
antojo, de la mano de un testaferro de lujo, que solo por administrar la lavandería de clase mundial que tendremos
en la nueva Nicaragua, la del enclave neo colonial, recibirá enormes ganancias
a costa de miles de familias sencillas, cuyo pecado es estar en la ruta de la ambición
desmedida de un puñado de traidores al legado de Sandino y de Carlos Fonseca, a
quienes únicamente ocupan como mampara para ocultar sus miserias humanas. Sin
embargo, en Rivas, Chontales, Rio San Juan y el Caribe Sur la gente no está
dispuesta a dejarse confiscar y perder todo lo que han construido durante años
y generaciones enteras; continúan marchando y sumando cada día mas a muchos ciudadanos
que defenderán sus propiedades hasta las últimas consecuencias.
La
lucha está planteada: por un lado la ambición, la avaricia y la codicia, y por
el otro, el derecho de la población a vivir en sus propiedades, en las tierras
que los vieron nacer. Por un lado, quienes trafican con el desasosiego de la
gente, por el otro, quienes defienden su derecho a vivir en paz. Por un lado
quienes vendieron a precio de guate mojado la Dignidad y la Soberanía Nacional,
por el otro, quienes levantan con honor y patriotismo las banderas de lucha de Augusto
Cesar Sandino, el General de Hombres Libres.
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