El
discurso del comandante Ortega el recién pasado 19 de julio sirvió para conocer
sus preocupaciones acerca del armamentismo de los países más desarrollados,
excluyendo a China y Rusia por supuesto, además del desvelo que le causa la
pobreza ajena producto, según él, por los cuantiosos gastos en los presupuestos
de defensa de estos países. Critica lo que hacen los demás pero es
condescendiente con lo que él hace con el paupérrimo presupuesto de nuestro
país. Como reza la cita bíblica, se preocupa por la paja en el ojo del vecino y
no atiende la viga que tiene en los propios.
Para
nadie es un secreto el gasto enorme que hizo el gobierno en la compra de 50
tanques T – 72, por el orden de los 80 millones de dólares. Un país, el
nuestro, que tiene un PIB de apenas 12 mil millones de dólares, el más bajo de
Latinoamérica y es la segunda economía más pobre del sub continente. Una
economía que depende en un 10 % de las remesas que envían nuestros migrantes,
por mucho el rubro más productivo de exportación.
El
Ejército Nacional posee, de acuerdo a publicaciones militares especializadas,
137 vehículos blindados de combate, entre los que se encuentran 62 tanques T –
55, tanques livianos PT – 76, vehículos de reconocimiento BRDM – 2,
transportadores blindados BTR 60 y BTR 152. Pero además, las mismas
publicaciones señalan dentro del arsenal militar nacional la cantidad de 166
vehículos armados del tipo GAZ Tiger, de reciente adquisición. En comparación,
las Fuerzas Armadas de Guatemala, El Salvador y Honduras suman juntas 79 medios
blindados, entre tanques livianos del tipo Scorpion y vehículos armados.
Esto
establecería una correlación de casi 4:1 en tanques y blindados en la región
centroamericana. 50 tanques más en el país, llevaría dicha correlación a 4.5:1,
sin embargo, lo interesante de esto es que más de la mitad de todos los medios
blindados se encuentran almacenados, por lo que su uso es únicamente para
demostraciones de fuerza en desfiles y fanfarrias gubernamentales. Por si esto
fuera poco, se menciona también dentro del arsenal militar 500 Misiles Anti
Tanques del tipo 9K-11 Malyutka o su versión occidental AT – 3 Sagger,
suficiente como para no dejar uno solo de todos los blindados juntos de los
ejércitos del triángulo del norte.
En
el caso de los Sistemas Antiaéreos ZU – 23-2, conocidas como 2 Bocas y que
también forma parte del arsenal comprado a los rusos, es necesario recordar que
de este tipo de armamento fue parte de los activos militares vendidos al Perú y
Ecuador a inicios de la década de los 90’s, por lo que parece ilógico volver a
adquirirlos. La existencia de más de mil misiles tierra – aire del tipo SAM – 7
hace totalmente innecesaria la compra de estos sistemas, ya que el total de
medios aéreos que disponen juntos Guatemala, Honduras y El Salvador suman
apenas 66 aviones y helicópteros.
Vistas
así las cosas, invertir 80 millones de dólares en armamento nuevo, cuando el
presupuesto destinado a defensa es casi la misma cantidad, en la práctica seria
duplicar el mismo, cuando las necesidades del país están muy distantes a este
tipo de gastos. Y si no estamos en guerra con ninguno de nuestros vecinos, lo
único que se nos ocurre es que estarían preparando la fuerza necesaria para
atemorizar a la población en vistas del próximo fraude electoral de noviembre
de este año. Puestas así las cosas, nuestro adalid de la paz mundial debería
ser congruente con su discurso y empezar a hacer lo que dice, pero adentro de
nuestro país.
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