jueves, 7 de marzo de 2019

LA NEGOCIACION Y LOS CONFLICTOS EXISTENCIALES


Para nadie es un secreto que Nicaragua al día de hoy se encuentra en una lamentable situación política, social y económica que hace inviable para cualquiera poder gobernarla. Desde abril del año pasado, el país que Ortega vendía al exterior desapareció por completo, así como desapareció el famoso modelo de consenso, los índices mañosos e inequitativos de crecimiento, la estabilidad social, el amor por los pobres y el buen vivir. No es solamente el incremento de la tasa de inflación, el aumento acelerado del desempleo, la elevación de los costos y de la incertidumbre de producir en el campo, la falta de crédito que genera iliquidez en toda la economía y el incremento del costo de la vida. Hay que sumarle el estado de criminalidad de un régimen, que independientemente de que ha sido acusado de Crímenes de Lesa Humanidad, continúa en su labor de captura, tortura y asedio a la ciudadanía indefensa, mediante sus cuerpos policiales, reforzados ahora por las huestes paramilitares, convertidos por la gracia del dictador, en policías voluntarios. Pero además, no podemos dejar de lado el hecho de que, fiel a su tradición, mantiene más de 600 rehenes en las ergástulas orteguistas, hombres y mujeres valientes, quienes han sido víctimas de una saña inaudita y un insano deseo de venganza de parte de la dictadura.

Consecuencia de lo anterior, la comunidad internacional no se quedó impasible y aunque no con la celeridad que todos hubiésemos deseados, reaccionó a su tiempo y la situación para el régimen es totalmente diferente a lo que pregonaba a finales del año pasado: Curas golpistas, terroristas presos, Golpe de Estado fallido, paz y reconciliación por decreto, el pueblo ama a los azulitos y un largo etcétera.  El 2019 empezó con mal pie para Ortega,  lo que habíamos analizado en el artículo del 28/01 titulado: Las Sorpresas de Enero (http://robertosamcam.blogspot.com/2019/01/las-sorpresas-de-enero.html). Pero no paró ahí, a la visita de los funcionarios norteamericanos, de los eurodiputados y su llamada de auxilio al Jefe de Gabinete del Secretario Luis Almagro, Gonzalo Koncke, para darle continuidad al suspendido y vilipendiado (por el mismo Ortega) proceso de reformas electorales, se sumó el bloqueo de los Estados Unidos a las operaciones de PDVSA, ALBANISA y BANCORP, la amenaza del Parlamento Europeo de sanciones individuales y colectivas, lo que implica la revisión del Acuerdo Económico con la Unión Europea, conocido como ADA y el eventual plazo dado por los norteamericanos para sentarse con la oposición antes del mes de marzo. Todo esto trajo como consecuencia el llamado al Gran Capital, al Cardenal Brenes y al Nuncio Apostólico a fin de iniciar un proceso de negociaciones, ya no de dialogo, que todos conocimos y que se encuentra en la etapa inicial para sentar las bases y reglas del proceso, conocido como la famosa Hoja de Ruta. 

Muchos se han dado a la tarea de vilipendiar el proceso actual y no de profundizar en por qué Ortega ha llamado a la Unidad Azul y Blanco, a través de la Alianza Cívica para la Justicia y la Democracia, a negociar, cuando renegaron de esta posibilidad después de aplastar a sangre y fuego la resistencia ciudadana con las Operaciones Limpieza del mes de Julio del 2018. Qué hizo que Ortega se echara para atrás luego de todo su discurso de “general” vencedor en una guerra de paramilitares, policías, oficiales retirados del Ejercito y desmovilizados del SMP y muchos miembros activos del Ejercito, ampliamente documentado por los jóvenes atrincherados, en contra de un pueblo desarmado? Está realmente el dictador con la fortaleza que la cúpula orteguista, la policía, sus paramilitares y la base fanatizada con la que aun cuentan, creen firme y ciegamente? Nadie en posición de fuerza y victorioso llama a negociar al contrario, salvo para tratar de someterlo más aun, cosa que pretendieron hacer con la famosa Ley de Reconciliación, la paz por decreto, sin tener que llamar a nadie para discutirla. Preguntémonos entonces, Por qué ahora? La respuesta es sencilla, Ortega no da para más. Su continuidad dejó de ser viable desde hace rato, solo que la comunidad internacional aún no se lo había dicho. Y ahora si se lo han comunicado en altas y claras voces. 



El país se desangra cada día mas en tanto Ortega continúe mas tiempo en el poder. La economía, Talón de Aquiles de cualquier gobierno, es como un náufrago en medio del océano. Nadie tiene confianza, ni adentro ni afuera de Nicaragua, en un gobierno que mandó a asesinar a su pueblo. Ningún productor se atreve a darle un voto de confianza a quien envía a sus incondicionales a tomarse las fincas y destruir lo que tanto les ha costado construir. No hay créditos en los bancos, la construcción se encuentra estancada, el turismo en el suelo, nadie quiere invertir por temor a perderlo todo en manos de antisociales, solo por citar algunos hechos a lo interno del país. A lo externo la situación es peor aún. La narrativa del Golpe de Estado cayó estrepitosamente y se hizo añicos de la mano de Organismos Internacionales de inmensa credibilidad como la CIDH, el GIEI, el MESENI, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, entre los más connotados. Señalado de cometer Crímenes de Lesa Humanidad y amenazado de ser “futuro cliente” de la Justicia Universal, con sanciones individuales y colectivas norteamericanas y europeas encima de su cabeza cual Espada de Damocles, con Venezuela colgando su suerte de un hilo y con cada vez menos amigos en el hemisferio, Ortega es como un paria, como un leproso al que nadie quiere tener a su lado, excepción hecha, claro está, de otros leprosos: el régimen cubano, los moribundos de Venezuela y un timorato presidente mejicano. Hasta Bolivia ha tomado prudente distancia. 

Sin embargo, lo más complicado para avanzar exitosamente en este proceso de negociación no está en manos de la comunidad internacional, está en manos nuestras. Si no hay respaldo efectivo a la UNAB y a la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, ACJD, será poco lo que se podrá lograr y la culpa no será de los negociadores, será nuestra. Mientras no asumamos que no hay otra opción más que negociar y vencerlo en la mesa de negociación, estaremos sujetos a que sean otros, de adentro y de afuera, quienes decidan el futuro de Nicaragua. Algunos aun ven la lucha armada como la única solución, quizás porque aún no han estado en una verdadera guerra o porque usufructúan dinero de oscuros donantes para provecho propio. Las guerras, pequeñas o grandes, siempre han sido un jugoso negocio para unos cuantos, que desde sus refugios, mandan a morir a otros sin exponerse ellos. Hay que decirlo con toda claridad, no hay opción armada para salir de la crisis, la única opción es cívica y está en marcha. 

Que podemos hacer en este proceso para no torpedearlo? Dejar de criticar? No. Todos nos estamos jugando algo y por lo tanto tenemos la obligación de ser parte activa de las negociaciones. Pero parte activa no significa montarnos al vehículo y atacar al chofer para que choque, o poncharles las llantas para que se descarrile. Tampoco es darle un cheque en blanco a quienes están frente a los emisarios del régimen. Es presionar, desde la proximidad de la unidad de criterios, para la obtención de los resultados esperados: Justicia, Democracia, Libertad. Debemos presionar por la salida inmediata de los secuestrados y secuestradas políticas. Debemos denunciar en todo el mundo las atrocidades cometidas por los asesinos, con nombres y apellidos, con fotos, con testimonios. Debemos y tenemos que exigirles a los distintos sectores UNIDAD, no necesitamos dividirnos mas de lo que estamos. Debemos presionar por la salida de Ortega, no hasta cuando él quiera, sino con fechas de vencimiento. Las elecciones adelantadas, guste o no, es la vía constitucional que respalda la comunidad internacional. Y para eso tenemos que estar unidos en torno a una sola opción, si fuera posible. Tenemos el espejo del 90, cuando al día siguiente del triunfo de doña Violeta de Chamorro, la UNO se partió en mil pedazos por la ambición de siempre y Ortega continuó gobernando, solo que ahora desde abajo. Debemos estar alertas y tomarnos de nuevo las Redes Sociales, no para el famoso Fuego Amigo atacando a los nuestros, sino para hacerle la vida imposible al régimen. Ortega tenia perdida la lucha en las Redes Sociales durante los primeros meses de la Insurrección Ciudadana, sin embargo reaccionó, contraatacó y se adueñó de estas. Basta entrar a ellas para comprobar que los miles de “ciber activistas” y “analistas políticos” que comentan a diario, atacan con más virulencia al Dr. Carlos Tunnerman o a Mario Arana, por citar  dos nombres, que al mismo Ortega o a Rosario Murillo.

Mientras perdemos el tiempo atacando a quienes están ahí dando la cara por nosotros en la mesa de negociaciones, mientras nos enfrascamos en quien satiriza más la famosa Hoja de Ruta, Ortega se complace de tanta idiotez y se dedica afanosamente a lavar todo el capital robado, a traspasar propiedades, empresas de la familia, como las Empresas Medicas Previsionales conocidas como SERMESA, que están siendo trasladadas al PAME, Empresa Médica del Hospital Militar y propiedad del Instituto de Previsión Social Militar, IPSM, el brazo económico del ejército, convirtiendo a dicha institución castrense en los nuevos testaferros institucionales. O pasando las gasolineras DNP – Petronic que estaban bajo el control de uno de los hijos de Ortega y su mujer, a manos de testaferros individuales. O vendiendo el banco de la familia Ortega – Murillo, el BANCORP, al Estado Nicaragüense! en una descarada operación de lavado de dinero a vista y paciencia de todos. 

Y mientras perdemos el tiempo dividiéndonos, haciendo lo que le conviene y quiere el dictador, no nos preguntamos por qué tanto afán en estas operaciones? No será esta la nueva piñata previo a la estampida? Inconscientemente o conscientemente? les estamos dando el tiempo suficiente para poder hacer dicha piñata más y mejor organizada. Creo que son preguntas que nos deberíamos de estar haciendo en lugar de continuar siguiendo el juego en el que Daniel Ortega nos quiere tener entretenidos. No será más productivo y un mejor blanco, preguntarle en las redes a los fanáticos del orteguismo, si ellos ya traspasaron sus propiedades y bienes ahora que los de arriba se vayan?  Porque se tendran que ir! Tendrán idea del desamparo en el que quedarán? Sabrán lo que significará  para ellos Justicia Transicional? Habrá que recordárselos a cada momento y con la misma devoción con la que atacamos a los miembros de la ACJD.


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