Edición
Número 16. 5 de Marzo, 2022. San José, Costa Rica.
EDITORIAL:
EL SUEÑO IMPERIAL DE VLADIMIR PUTIN
Por: Ing. Roberto Samcam Ruiz. Mayor en
Retiro.
En el
año 2014, el títere de Vladimir Putin que gobernaba Ucrania huyó de su país
hacia Rusia, dejando un caos que él mismo había provocado. Víctor Yanukovich,
entonces presidente del país, abandonó su compromiso de asociación con la Unión
Europea, lo cual enfureció a la mayoría de la población ucraniana, cansada de
una relación de subordinación con los rusos y ansiosos de pertenecer a una
alianza occidental que se observaba con mayores libertades democráticas y
mejores posibilidades de crecimiento en todos los aspectos, en lugar de seguir
atados a la influencia de un país que siempre los ha visto como el traspatio
sobre el cual tiene absoluta propiedad.
Vladimir
Putin, el autócrata presidente ruso, antiguo oficial de los servicios de
inteligencia soviéticos, KGB, ha ejercido el poder con mano de hierro desde
hace 20 años, consolidándolo con el apoyo de las Fuerzas Armadas, los
organismos de inteligencia y la fuerza económica de los oligarcas rusos,
devenidos en multimillonarios luego de la desaparición de la Unión Soviética,
una Mega Piñata que dio paso al capitalismo de mafiosos. El presidente ruso
tiene una obsesión enfermiza por el restablecimiento del desaparecido imperio
soviético, el cual expiró oficialmente en diciembre de 1991. Durante todo este
tiempo en el poder, Putin ha venido fraguando el expansionismo ruso,
fortaleciendo las Fuerzas Armadas, estableciendo alianzas políticas y mejorando
la base económica del país. A pesar de ser la onceava económica mundial y ser
el país más grande del mundo, no ha respetado las formas de convivencia
pacifica con su principal vecino, Ucrania, a quien considera parte inalienable
de su territorio.
Luego
de la huida de Yanukovich en el 2014 y conservarlo bajo su protección, procedió
a anexar la provincia de Crimea, al sur de Ucrania, para garantizar la salida
del Mar Negro de la flota rusa basada en el puerto de Sebastopol, eliminando el
tratado entre Ucrania y Rusia el que permitía la estadía de dicha flota en
tierras ucranianas (Crimea y Sebastopol). Alegando que la caída de Yanukovich
fue por un “Golpe de Estado”, la anexión obedecía a un interés vital y
estratégico de las Fuerzas Armadas de Rusia. Pero había más, no contento con
esto, se aseguraron de que dos territorios al este de Ucrania, Lugansk y
Donestk, en la zona conocida como el Dombas, que en su mayoría hablan ruso, se
convirtieran en provincias separatistas, librando una guerra apoyada por
Vladimir Putin con el objetivo de ser los próximos territorios por anexar.
El
pasado 24 de febrero, inició la ofensiva rusa contra Ucrania, bajo el pretexto
de la violación de los Acuerdos de Minsk, de que la intención de las
autoridades ucranianas de pertenecer a la OTAN, el Tratado del Atlántico Norte,
ponía en riesgo la seguridad del país, destacando entre otras cosas, que por
historia, Ucrania le pertenece al país ruso, que había sido un invento de los
lideres de la desaparecida Unión Soviética y que al ser el gobierno producto de
un “Golpe de Estado”, no era reconocido por Rusia. Alegar intereses vitales
para invadir un país pacífico como Ucrania, blandiendo la amenaza nuclear
contra quienes se atrevan a apoyarlo, no solo pone a Putin como un delincuente
internacional, sino que lo sitúa a la par de Hitler, que en su afán
expansionista provocó la II Guerra Mundial. Hitler debió ser detenido en
Múnich, Putin debió ser detenido en Crimea, la pasividad de occidente ha traído
las consecuencias que hoy vemos en el oriente de Europa y la sombra de otra
gran guerra asoma sus narices en el horizonte.
Por: Stylianos Ramos
La
tragedia que vive el pueblo de Ucrania es muy lamentable porque no se trata de
una guerra entre dos bandos que entraron en conflicto, sino porque se trata de
una salvaje invasión sin ninguna justificación, violando el derecho
internacional y las más elementales normas de convivencia civilizada. Putin, el
sanguinario dictador ruso, ha tenido el mismo comportamiento que tuvieron los
Talibanes contra las mujeres afganas la primera vez que asumieron el poder, y
se ganaron la repulsa de casi toda la humanidad: La invasión a Ucrania no es
ninguna victoria militar, porque se trata de una lucha asimétrica, entre una
dictadura nuclear y un Estado soberano y democrático que se desnuclearizó con
la desintegración de la Unión Soviética; se trata por tanto de una ocupación
militar que se convierte en una derrota política para el invasor desleal y
cobarde, y a su vez en una victoria
política para el supuesto derrotado.
Si
algo quedará claro para todo el mundo a partir de este salvaje disparate de la
invasión rusa a Ucrania, es que Putin es un vulgar matón, mentiroso, cobarde,
que chantajea a la comunidad internacional con utilizar la bomba nuclear si no
se le permite hacer las ilegalidades que desea. Putin intentó justificar la
invasión alegando razones de seguridad, pero Ucrania nunca fue una amenaza;
desde el 2014 fue ocupado su territorio por tropas rusas, despojada de la
península de Crimea y de las provincias de Donest y Lugants y nunca ha salido
un tiro del territorio nacional ucraniano hacia territorio ruso. A lo que
realmente le teme Putin, que tiene más de 20 años de gobernar como un dictador,
es a la democracia y las libertades civiles que Ucrania representa y ya el
mundo se enteró y miles de periodistas estacionados en Ucrania así lo
atestiguan.
Putin,
un oportunista y ambicioso ex espía sin ningún antepasado político, surgido
bajo la sombra de Boris Yeltzin, representa un intento de fusionar el pasado
imperial de los zares, con el control social y la fuerza que representó la
URSS, y así convertirse en el amo y señor de toda el Asia Central donde aspira
rodearse solo de dictadore sumisos; quizá por las reminiscencias de sus
antepasados mongoles, intenta convertirse en el nuevo Atila, amenazando con desaparecer
del mapa (con la bomba nuclear) a quien intente interponerse en su camino. El
pueblo de Ucrania, con su resistencia, lo ha desnudado y su imagen de asesino y
genocida quedará para la posteridad.
Con
este Putin es con quien la dictadura de los Ortega- Murillo se ha esmerado en
expresar su servilismo y ha comprometido al país en una alianza que sobrepasa
la tradicional relación de cooperación. Hace un mes el Canciller ruso Serguei
Lavrov declaró que las relaciones con Nicaragua, Cuba y Venezuela adquirirán un
nivel superior; el 17 de febrero llegó al país el viceprimer ministro ruso Yuri
Borislov, quien confirmó que ese incremento en el nivel de las relaciones de
cooperación con Nicaragua serían también en los ámbitos “técnico-militar” y
“científico-militar”; y una semana después, el 23 de febrero, llegó al país el
presidente de la Cámara Baja del Parlamento ruso, Vyacheslav Volodin.
El 21
de febrero, coincidiendo con el 88 aniversario del asesinato del Gral. Sandino,
el dictador Ruso Vladimir Putin reconoció la independencia de las provincias
ucranianas de Donest y Lugansk, como repúblicas de opereta, para enmascarar la
invasión a Ucrania, alegando que solo atendía el llamado de dichas “repúblicas”
y brindar protección a los ruso-hablantes de la zona, todo lo cual terminó
siendo falso. Ese mismo día Ortega, convertido en la némesis de Sandino y por
congraciarse con el invasor, aplaudió con entusiasmo la invasión y se sumó en
la práctica al reconocimiento de las falsas repúblicas, arrastrando con ello al
país a una aventura, que aparte de ridícula, puede resultar catastrófica para
los nicaragüenses.
En la
historia ha habido victorias pírricas, o sea, muy costosas, pero también han existido
supuestas victorias militares que son en realidad verdaderas derrotas políticas
y morales, que a la postre terminan siendo causa de las derrotas totales, eso
es lo que le ocurrirá a Putin en Ucrania y la dictadura Ortega-Murillo, en su
desesperación por aferrarse al poder, están sudando una calentura ajena y hará
que el pueblo de Nicaragua pague por una derrota ajena. Esa factura el pueblo la sabrá cobrar a su
tiempo.
EL PRESIDENTE ZELENSKI, EL HEROE DE UCRANIA
Desde La Redacción.
Contrario
a la actitud matonesca y amenazante a la seguridad de Europa de un iracundo
Vladimir Putin, sobresale la serenidad y valentía del presidente de Ucrania,
Volodimir Zelenski, un abogado y comediante, que llegó a la presidencia en mayo
del 2019. El joven presidente ucraniano le tocó la época más difícil de
cualquier mandatario a nivel mundial, ya que su país se enfrenta a su poderoso
vecino, el país más grande del mundo y con capacidad nuclear para reducir a
cenizas y borrar del mapa a la nación que dirige.
El
presidente Zelenski lejos de amilanarse ante el enorme desafío que significa la
invasión rusa a su país, ha optado por ponerse al frente de la nación
reclamando que toda la población debe enfrentar al invasor, dando el ejemplo
personal junto a los miembros de su gabinete. La respuesta no se ha hecho
esperar y las imágenes de cerca de un millón de ucranianos saliendo hacia los
países fronterizos en especial Polonia, son en su inmensa mayoría mujeres y
niños, los hombres se quedan para defender la soberanía y la dignidad nacional.
En contraste, el autócrata presidente ruso, Vladimir Putin, amenaza a diestra y
siniestra con desatar el infierno sobre Ucrania si no se rinde y acepta sus
demandas, que no son otra que la anexión del país entero, todo esto desde la
comodidad de su residencia, en la que sobresale una mesa de proporciones
exageradas para tener el mínimo contacto con sus subordinados.
El
presidente Volodimir Zelenski sabe mucho mejor que occidente, que Putin no se
detendrá en Ucrania, los sueños imperiales del aprendiz de Zar Ruso son
resucitar de nuevo el imperio desaparecido en 1991, reclama las fronteras de
Europa del Este de antes de la caída de la Unión Soviética y se ha preparado
para esto desde hace años, con la complicidad de los halcones de las Fuerzas
Armadas Soviéticas, muchos de los cuales vienen de esa época, que ellos
consideran “gloriosa”. Ucrania ha sufrido la intromisión rusa desde el 2014,
cuando se apoderaron de la Península de Crimea y la ciudad de Sebastopol, y en
ese mismo año armaron a los separatistas del Dombass, quienes declararon la
guerra a su propio país en beneficio de los intereses de Putin, los Oligarcas y
los militares rusos.
Ocho
años después de la caída de Víctor Yanukovich y su huida a Rusia, Putin decidió
que era hora de atacar, calculando que occidente iba a tomar la misma actitud
del 2014, que la OTAN estaba fracturada y débil y que los Estados Unidos no
tenia ni la fuerza ni el liderazgo para detenerlo. Un mal cálculo y un
gravísimo error estratégico, pues no solo terminó de consolidar la Alianza
Atlántica, ya que los eventos ocurridos han provocado que la mayoría de los
países que la conforman incrementen el presupuesto de gastos de defensa y se
muestren más preocupados por la seguridad continental; el rechazo a la invasión
ha sido total, salvo 5 países, tal a como se vio en la votación de la
resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, siendo apoyado
únicamente por Bielorrusia, Corea del Norte, Eritrea, Siria y la propia
Federación Rusa; y la reacción de los Estados Unidos liderando las sanciones de
la Comunidad Internacional, es mas que un claro mensaje a Vladimir Putin que su
aventura en Ucrania, no solo no va a ser tolerada, sino que ha puesto a su país
en un problema mucho mayor, que puede causar la postración económica, el
retraso tecnológico y volver nuevamente al mundo bipolar, esta vez entre China
y Estados Unidos, sacando del juego a Rusia y relevándolo a un nivel inferior.
Queda
por ver cuál será la reacción de los Oligarcas rusos y las Fuerzas Armadas ante
el desafío que representan las oleadas sucesivas de sanciones. Algunos
multimillonarios ya comienzan a romper filas con Putin, exigiendo el cese de la
invasión y que haya negociaciones serias que conduzcan al fin de la guerra. Por
la fuerza y gravedad de las sanciones en contra de ellos, es mas que probable
que se sumen más en los días subsiguientes. Todavía los militares no han
abierto la boca, pero la lentitud de la campaña bélica por la resistencia
heroica de los ucranianos, los conocidos problemas logísticos considerados como
una pésima preparación estratégica y operativa de la invasión, asumiendo que sería
un paseo de dos o tres días, pero sobre todo las bajas en hombres y equipo
bélico, los ha dejado en muy mal predicado, lo cual podría tener un efecto
devastador para Ucrania, ya que los altos mandos militares querrán cubrir esas
flaquezas con un sostenido bombardeo aéreo y de artillería de largo alcance.
Mientras
tanto, la figura de un hombre, Volodimir Zelenski, se agiganta con cada día de
resistencia y en la otra acera, Vladimir Putin comienza a ser odiado en toda
Europa y las manifestaciones antibelicistas en Moscú y otras ciudades comienzan
a despegar. Lo mas duro de todo esto y que abre los ojos de muchos, sobre todo
de una agazapada China, son las palabras lapidarias del Premio Nobel de
Economía, Paul Krugman, al señalar que “Rusia es aún más débil de lo que la
mayoría de la gente, incluido yo mismo, parece haber creído”.
LA INVASIÓN A UCRANIA Y LOS DESCOLOCADOS
Por:
Stylianos Ramos
No hay
duda que la invasión de Rusia a Ucrania está marcando un giro espectacular en
las relaciones internacionales, lo cual indica que estamos asistiendo a un
importante cambio geoestratégico, en el cual la adormecida y pacifista Europa,
ha despertado de un salto para convertirse en una zona geopolítica dispuesta a
no seguir tolerando veleidades al dictador ruso Vladimir Putin, quien pretende
pasearse por el mundo con sus ojivas nucleares colgadas de los arneses de su
mochila, al mejor estilo de Rambo.
Dicha
invasión fue una sorpresa para casi todo el mundo, pues nadie en su sano juicio
se la imaginaba, dado que una locura de esa magnitud solo pueda caber en la
cabeza de alguien con desequilibrios mentales, o con serios nubarrones que le
impidan ver las consecuencias que podrían acarrear en todos los campos ese tipo
de aventuras guerreristas. O sea, Putin no es normal, es un dictador paranoico,
y como tal solo consulta con su almohada, que es a la única que a quien le
tiene confianza, porque sabe que no lo traicionará. Quizá, uno de los pocos que
no se sorprendió fue el Presidente Biden, a quien muchos vimos como “loco”
repitiendo y repitiendo que los rusos estaban preparando una acción de
envergadura; obviamente, la información de inteligencia de su sistema satelital
no nos llega a todos.
Y como
sorpresa que fue, a algunos (como el dictador Ortega y familia) les alegró la
vida, mientras el mundo entró en pánico; para los primeros, la alegría se tornó
en “alegrón de burro” como se dice popularmente, porque el cálculo de Putin de
ocupar militarmente Ucrania, meter en miedo al presidente al que llamó
burlescamente “el comediante” y colocar en su lugar a un títere suyo, en menos
de 72 horas, le salió mal, y muy mal. El pueblo ucraniano demostró su amor
patrio y el presidente Zelensky ha respondido con la misma valentía que mostró
Sandino frente a la ocupación norteamericana.
No hay
duda de que fue una gran ironía de la historia, que Ortega haya utilizado el
aniversario del martirio de Sandino para aplaudir la invasión imperialista de
Putin a un Estado soberano y democrático, y no solo aplaudirla, sino que además
exaltarla y exclamar admiración por su poderoso padrino. Sin embargo, ante el
repudio mundial y la preocupación de su otro padrino (China), Ortega se metió
en su cueva, para salir al quinto día expresando su abstención, al igual que
Cuba, ante el máximo foro político mundial; como diciendo “ese muerto no lo
cargo yo…”. Definitivamente, Ortega quedó descolocado con la acción de Putin,
esperaba lluvia fresca y recibió un baño de lodo; de manera que, si las
relaciones con Rusia en un primer momento representaron un activo esperanzador,
casi de inmediato se volvieron un pasivo, y muy costoso, por sus posibles
consecuencias.
Los
cambios geopolíticos y geoestratégicos del empantanamiento de Rusia ante la
valentía de los ucranianos, está marcando una nueva época, una nueva era.
Europa sacó los dientes, mostró estar dispuesta a no seguirse dejando
chantajear, y a un alto costo, ha preferido aplicar sanciones fuertes que sin
duda quebrarán la retaguardia de Putin, lo cual ha sido apoyado por EE. UU. y
muchos otros países.
La
vieja izquierda que se quedó estacionada en la guerra fría fue otro de los
descolocados, algunos han salido a justificar la invasión de Putin, mientras
otros se refugian en una retorcida retorica para no condenarla, dejando al
desnudo que su “antimperialismo” era falso, y que era sólo de opereta. Independientemente
de cómo termine la invasión, el hecho real es que a la dictadura de Ortega le
espera un mal tiempo, pues el mundo ha cambiado y quienes se colocaron en el
bando equivocado no podrán seguir impunemente violando los DD. HH., manteniendo
a los líderes opositores como rehenes y refugiándose en una falsa “soberanía”,
que quedó demostrado que es lo que menos les importa. El pueblo nicaragüense ha
observado el ejemplo del pueblo de Ucrania y sabe que no está solo en su lucha
por liberar a sus Rehenes y Presos Políticos, recuperar su democracia y las
libertades ciudadanas.
LA GUERRA EN UCRANIA COMO PARTE DE LAS GUERRAS MODERNAS.
Tomado
de la Televisión India.
Traducción
e interpretación a cargo del Capitán en Retiro Federico Aguado Matus.
La semana pasada vimos un ejército ruso a
las puertas de Kiev Capital de Ucrania, días después siguen ahí. Pero no están
dentro. ¿Qué es lo que está pasando? En términos de correlación de fuerzas y
medios, el ejército ruso es muy superior al ejército ucraniano, tiene más
soldados, tanques, artillería reactiva, una aviación superior y más misiles de
corto y mediano alcance. Pero las guerras no se pelean en los mapas decía un
viejo zorro profesor de Táctica de academia y veterano de guerras pasadas. En
2022 las guerras modernas enfrentan dos grandes frentes: uno en el campo de
batalla y otro en las redes sociales y en Ucrania no vemos un ejército ruso
saliendo victorioso o ganando ninguna de estos dos frentes. Nosotros haremos
una aproximación de las causas de tal desacierto por parte del ejército ruso en
su “Campaña de Operación Especial en Ucrania”.
Falla
Numero 1: La estrategia del ejército ruso.
Tenía
dos opciones de cómo llevar a cabo esta operación militar. La primera: Política
de arraso, quemar todo completamente. La segunda: Una invasión lo más barata y rápida posible.
Vemos que al final optaron por la última. En sus análisis los estrategas rusos
fallaron creyendo que tomarse Ucrania sería algo muy fácil y rápido, quizás
parecido a aquellos grandes avances de kilómetros como en la II Guerra Mundial
con grandes columnas de ocupación y con avance ininterrumpido.
La
regla número uno del combate moderno es establecer supremacía en el aire. Como
producto de las grandes distancias y la alta movilidad de las tropas por sus
recursos, la marcha y combate de encuentro es una de las principales
características del combate moderno, la presión a las unidades de retaguardia,
en su movilidad para el abastecimiento, es fundamental para el éxito. Rusia no
pudo controlar el aire ucraniano, muy a pesar de su superioridad en aviones
cazas, bombarderos, así como helicópteros de apoyo de fuego. La implementación
de una estrategia de emboscadas aéreas por parte de la resistencia ucraniana
con Misiles Stinger, al mejor estilo de guerra de guerrillas, sin un frente
definido, desajustó los planes de tiempo e impusieron una norma de combate no
esperada.
Falla
Numero 2: La inteligencia subestimó a
la resistencia ucraniana.
En
sus mal elaboradas conclusiones el ejército ruso creyó que serían recibidos
como libertadores de un régimen opresor y despreciado por el pueblo. Muy al
contrario, los ucranianos están poniendo una defensa inspiracional, la gente
está en líneas haciendo fila para donar sangre, están todos enlistándose para
apoyar la resistencia a la invasión, vemos hombres regresando desde el
extranjero al país de origen para defender su Nación, esto está moviendo la opinión
pública y el veredicto final es claro…. !NO A RUSIA!!
Falla
Numero 3: El análisis, táctica y estrategia escogida por el ejército ucraniano
es la correcta.
La Planeación de sus defensas de manera
casi perfecta, el uso adecuado de los pocos recursos, la no definición de un
frente fijo de batalla, la participación popular con cócteles Molotov en
emboscadas callejeras ha puesto en serios problemas la estrategia rusa de
ocupación. Esperaban un reprise del 2014
ocurrido en el Dombass, Crimea y Bielorussia, y lo que realmente les salió fue
una máquina de guerra armada hasta los dientes, con una táctica y estrategia
que rompió el paradigma en las batallas por ellos conocidas. Voy a presentarles
un poco de cifras poco conocidas sobre la ayuda recibida en armamento por
Ucrania: en el 2019 Estados Unidos les proporcionó $427 millones de dólares en apoyo militar, en el 2020 fueron $412 millones de dólares y en el 2021 $650 millones de dólares. Esto incluye
armas de última generación de alto desempeño, tales como misiles antitanques “Javelin”,
misiles tierra aire “Stinger” entro otros, y déjenme decirles que
la inteligencia del ejército ruso ya manejaba esta información, sin embargo,
fallaron en prepararse.
Falla
Numero 4, La opinión pública doméstica
en Rusia no fue considerada y es una acción que se les ha revertido a Putin.
Constantemente los historiadores hablan
de “guerras justas” y “guerras injustas”, aunque déjenme decirles que
técnicamente ninguna guerra es buena, pero algunas guerras tienen un increíble
apoyo público, por ejemplo, la segunda guerra mundial o la primera guerra del
golfo, que movilizaron a la opinión pública mundial a su favor. En cambio,
están las malas guerras, estas son apoyadas por gobiernos y no tanto por el
público. El mejor ejemplo de estas sería la guerra de Vietnam. Para Rusia, la
guerra con Ucrania es una “guerra mala” y vemos ciudadanos rusos protestando
ante la invasión de Ucrania en el mismo Moscú, dejando 4.000 mil detenidos.
Vemos un Parlamento Europeo en una ovación de aplausos al presidente de Ucrania
luego de su última intervención, Una Georgia demandando un alto a la invasión
rusa a Ucrania. Esta es la guerra que Vladimir Putin no se esperaba, y eso
limita la habilidad de Putin para escalar la situación.
Falla
Numero 5: Una retaguardia ineficiente y
sin una operatividad a la altura de la movilización de fuerzas y medios
realizada.
¿Quién
no ha podido ver en todas las redes sociales tanques y vehículos de combate
abandonados por falta de gasolina, largas columnas de carros blindados de hasta
64 Kms varadas por más de tres días, soldados rusos capturados, afirmando que
tenían dos días sin comida ni abastecimiento, algunos inclusos pocos claros de
su misión de combate, asegurando que estaban en un ejercicio militar?
Tomemos
el ejemplo del uso de los misiles balísticos de alcance medio. Hasta el momento
rusia ha disparado 320 misiles la
mayoría de ellos son MCA (SRBM) misiles de corto alcance (short range ballistic
missile), algunos de los disparos han fallados, otros han salido del objetivo
muy fuera del blanco dañando infraestructura civil e impactando gente inocente,
y varios días después del inicio de la invasión, el ejército ruso no controla
el espacio aéreo aún. Muchos analistas dicen que se podría catalogar al
ejército ruso como un “Tigre de Papel”, pues en realidad esto debería preocupar
a todos aquellos ejércitos que utilizan o compran armamento ruso, puesto que en
la práctica se demuestra que es tecnología de combate desfasada la que se
entrega a estos países y vamos a traer a colación el caso de los Jet MIG-21
comprados por la india, 872 en
total, de ellos perdidos 400 en
accidentes aéreos, llamados por eso los “Ataúdes Aéreos”. Esto debería
ser un llamado de atención para aquellas naciones que optaron por el uso de
esta tecnología.
Vemos pues, un mal análisis, mala
planificación, malos cálculos y mala estrategia por parte del ejército ruso que
se traduce en un desacierto en la operación. Pero Rusia no solo está fallando
en el campo de batalla, también está fallando en la guerra de los medios
sociales y su narrativa en estos. Miren cualquier red social el día de hoy y
verán a Ucrania dominando los titulares y los posts públicos: Historias
verdaderas e inspiradoras de la resistencia y del honor. Memes humillantes en
contra de Rusia, bromas humillando a Vladimir Putin. Claramente la máquina de
propaganda rusa ha fallado en el campo de los medios sociales y ha sido muy
significativo el apoyo para ello del oeste. Hay que recordar que la mayoría de
las plataformas de redes sociales son creadas y administradas por América,
ellos han removido sistemáticamente propaganda rusa al mismo tiempo que el
hashtag #Ucrania creció como un hashtag de inspiración gracias a este hombre
(el Presidente de Ucrania Vladimir Zelensky)
Nosotros apuntamos a una entrevista
realizada al presidente Zelensky antes de la toma de posesión de la presidencia
donde él se refería que sería abucheado antes de recibirla y que cuando se
retirara del cargo llorarían por él. Vemos a Zelensky como una excelente
herramienta de marketing para la resistencia y defensa de la soberanía y la
gente lo ama, representa la tradición del pueblo ucraniano de Paz, pero también
de Lucha. “Zelensky camina en las calles de Kiev”. “Zelensky come con los
soldados”. “Zelensky se viste con su traje de combate a la par de su pueblo”
Por
otro lado, vemos un Vladimir Putin con aspiraciones y añoranzas de una época
que nadie quiere evocar, visto como un enemigo público número uno que sangra la
economía nacional rusa con un colapso del 40% de la caída del rublo, con el
disparo del interés en el banco central de más del 20%, sus reservas canceladas
por los EE. UU. Los oligarcas rusos perdieron más de 126 mil millones de
dólares. ¿Esto significa que el Oeste y los ucranianos van ganando? Yo diría
que las guerras tienen una esencia netamente económica y que tus fortalezas
serán también determinadas por tus capacidades para enfrentar la misma. En la
guerra no solo se debe analizar la toma y ocupación, si no también la etapa más
compleja y difícil como es la pacificación del país, etapa que generalmente
involucra a fuerzas políticas internas y títeres del país ocupado. En la
mayoría de las guerras modernas, es en esta etapa donde han fallado las grandes
potencias o ejércitos, por sus altos costos económicos y en vidas, la
determinación a la resistencia ha jugado un papel determinante en la historia a
favor de los países invadidos, pese a sus desventajas numéricas y tecnológicas
El
fenómeno del uso de las armas de destrucción masiva es un fantasma presente y
real en estas contiendas actuales, su uso como una solución inmediata ante la
impotencia de terminar un conflicto de manera satisfactoria, y no estoy
diciendo que Putin vaya a usar las armas nucleares, pero hay que tomar en
cuenta que está dispuesto a amenazar al mundo y a Ucrania con esto y eso
debería de preocupar al mundo. Ya se están alargando los plazos de tiempo de
Rusia para una guerra de este calibre, los costos son altísimos para una
economía desgastada y con apenas el nivel comparable a una economía como la de
México o España o a la de dos estados de los EE. UU. El Origen de este
conflicto, con la venta de gas a Europa y la inclusión de Ucrania a la OTAN, ha
escalado a un problema mayor y sin retroceso. Veremos a un ejército ruso
ocupando territorio ucraniano, queriendo garantizar su traspatio con un
gobierno exactamente igual al de antes del 2014. Sabemos que para Putin y el
ejército de ocupación, la pacificación de Ucrania será una tarea monumental e
imposible con costos económicos desastrosos para la economía rusa. La pregunta
que cabe entonces será: ¿Habrá ganado el ejército ruso?
DICTADURA COLOCA A NUEVOS OPERADORES POLÍTICOS EN LA RECTORÍA DE LA UNAN, LEÓN
Por:
Corresponsal en la Zona de Occidente.
La
dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, no ratificó para un nuevo período
a la actual rectora de la UNAN León, Flor de María Valle, quien tampoco fue
reasignada como diputada por el FSLN por el departamento de León, en las
votaciones de noviembre pasado. El régimen
designó como fórmula única a la rectoría y vicerrectoría a los
militantes del partido oficialista Almarina Solís y Wilber Salazar, quienes son
de plena confianza del orteguismo, por su lealtad y servilismo.
“En
esta universidad desde hace muchos años, las autoridades son impuestas, desde
decanos, hasta los representantes de la rectoría. Esos cargos son asignados a
obedientes militantes del partido de Daniel Ortega”, dijo
una fuente que pidió protección a su identidad por temor a represalias.
Los
decanos y resto de miembros de los Consejos Facultativos de la UNAN, León, son
puestos en base a la selección de los operadores políticos de la dictadura, por
confianza y lealtad partidaria, explicó nuestra fuente informativa en el
anonimato.
Almarina
Solís Santos es la designada por el régimen sandinista para ocupar la rectoría
de esta casa de estudios, junto al militante sandinista Wilber Salazar Antón,
quien es el actual vicerrector en esta universidad. Solís es la actual
secretaria general del Sindicato de Profesionales de la Educación Superior de
la UNAN León y es militante del partido en el gobierno.
Como
es del conocimiento público, la rectora saliente Flor de María Valle, fue
acusada por los líderes estudiantiles que fueron parte de la rebelión cívica de
abril de 2018, de reprimir a los estudiantes y de cumplir con la orientación de
expulsar a los dirigentes estudiantiles críticos al gobierno de Daniel Ortega. Asimismo,
se le acusa de borrar los registros académicos de los principales dirigentes
universitarios que promovieron actividades de protestas contra la dictadura de Daniel
Ortega y Rosario Murillo, entre ellos, los expresos políticos, Amaya Coppens y
Byron Corea Estrada, entre otros.
Flor
de María Valle también fue enviada por el régimen sandinista a participar en
las mesas de diálogo nacional con la oposición, y desde ahí culpaba a los
líderes universitarios de promover un “golpe de estado” en contra de su
gobierno y alzó su voz a favor del orteguismo, justificando la represión del
régimen en contra de la población civil. Los operadores del orteguismo en la universidad
mantienen herméticas las causas por la cual sacaron a la fiel y ardiente
defensora de Ortega y Murillo, en la universidad de León.
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