“Sería una locura ir a otras
elecciones
en las mismas
condiciones del 2011”
Luis Yáñez
Jefe de la Misión
de Observación Electoral de la UE.
En el editorial anterior hacíamos referencia a como se
han venido cargando los dados durante la etapa previa al Día “D”, el día de las
elecciones. De acuerdo a esto, nada parece indicar que vayan a cambiar los
resultados del próximo 4 de Noviembre, porque precisamente se continúan
haciendo las mismas cosas – y mas - hechas durante los fraudes del 2008 y el
2011 y como ya se sabe, “si continuas haciendo lo que siempre hiciste, tendrás
los resultados que siempre obtuviste”.
Tal a como se ha informado hasta la saciedad, durante las
elecciones del 2008 se puso en escena un modelo de fraude electoral en el cual
el robo a la voluntad popular era en las Juntas Receptoras de Votos, JRV. Las
trabas puestas a los organismos nacionales de observación electoral perseguían
limitar la cantidad de testigos que podían estar dentro de las Juntas e
informaran al exterior del atraco que se fraguaba a la voluntad popular. Paralelo
a esto, se disminuyó al mínimo la presencia de fiscales del partido que en ese
momento encarnaba a la oposición y se incremento la cantidad de agentes
hostiles a los mismos, bajo el disfraz de policías electorales y fiscales de
los otros partidos aliados del oficialismo, los que actuaron como verdaderos
Caballos de Troya. Los resultados fueron los que quisieron que fueran: Victoria
del orteguismo en 108 alcaldías.
En el 2011 la metodología fue diferente, había
observación electoral internacional y se tenían que guardar las apariencias.
Desde tiempo atrás la Secretaria de Propaganda del Partido comunicaba a sus
acólitos la trascendencia de estas elecciones. La continuidad del modelo
Cristiano, Solidario y Socialista que encabezaba el comandante Ortega era un
asunto de vida o muerte y como tal había que enfrentarlo. Si se perdía, amenazaba,
la derecha oligárquica e imperialista haría desaparecer el zinc, los
chanchitos, las gallinas y las vaquitas. Lo que no decía es que en realidad el
peligro era que desapareciera la fuente inagotable de los recursos de la
cooperación venezolana, ya que una victoria de la formula Gadea – Jarquín
indefectiblemente iba a transparentar dicha cooperación, incluyéndola dentro
del presupuesto de la República, a como debería de estar desde el año 2007.
Y se puso en marcha el plan. Básicamente consistía en combinar
la práctica aprendida en el 2008, el fraude en las urnas y rematarlo
electrónicamente en el computo final. Había que salvar ciertos obstáculos y a
estas alturas del campeonato ya las formas no importaban. Lo primero fue
limitar la fiscalización de la oposición. Sospechosamente se presentaron
cambios en miles de fiscales dentro de las filas de la oposición, lo que implicó
el cambio en igual número de acreditaciones un día antes de las elecciones. En
una importante cantidad de Juntas a nivel nacional no se permitió la presencia
de fiscales opositores y observadores internacionales, coincidentemente eran
lugares donde tradicionalmente el partido de gobierno ha perdido. Se montó la
figura del Coordinador de Centro de Votaciones, con amplísimos poderes, que le
permitían hasta sacar del recinto de votaciones a cualquier fiscal que
protestara por los desmanes en su Junta respectiva. En el colmo de la
desfachatez se entregaron las boletas pre numeradas de imprenta, lo que facilitó
preñar las urnas y después las maletas en las que se trasladó el material
electoral hacia los CED. Posteriormente vino el tiro de gracia en el Centro
Nacional de Cómputo donde se terminaron de “cuadrar” las cifras que daban una
aplastante victoria al candidato inconstitucional. Cuentan los que estaban a
cargo de introducir los datos en las computadoras, que en determinado momento
al comandante le habían acreditado ya el 76 % de los votos, por lo que alarmado
se presentó determinado personaje del partido a increpar a los eficientes
escribanos que se les había pasado la mano, por lo que debían bajar de
inmediato el porcentaje al 60 y pico por ciento.
Tomando en cuenta
todas las experiencias anteriores, las del 2008 y 2011, el modelo del fraude que
se prepara para estas próximas elecciones será diferente a los anteriores, ya
que además de la desconfianza y falta de credibilidad de los jueces ante la
comunidad internacional y la ciudadanía nicaragüense, existe la invitación a la
OEA para que envíe una misión de observación electoral, lo que supone que habrá
un cierto recato en las JRV, no así en el Centro Nacional de Computo, pues a
esta instancia nunca se presenta la Observación Internacional. La experiencia
dice que estas misiones se concentran más en los recintos de votaciones y en
los días previos a las elecciones, no atendiendo a la organización global del
proceso y a sus etapas iniciales, que es precisamente donde se cargan los dados
a favor del partido de gobierno.
En los últimos días,
el CSE ha subido a su página Web la información tantas veces solicitada: los
cómputos finales de cada JRV de las elecciones del 2011. Arteramente, lo han
hecho casi diez meses después de haber dado el resultado final de las mismas,
cuando ya la ciudadanía se ha “tragado” el cuento de la aplastante victoria del
orteguismo con el 63 % de los votos de los nicaragüenses y no cuando en
realidad se necesitaba para poder medir el colosal fraude de Noviembre pasado.
Esa información, mas las encuestas que últimamente están saliendo y
coincidentemente dan cifras cercanas a los datos que recientemente saca el CSE,
no hacen más que presagiar que ya las cifras están cocinadas y la victoria en
no menos de 135 alcaldías por parte del partido de gobierno es solo cuestión de
tiempo.
Como se sospecha, el
fraude no será en las Juntas Receptoras de Votos sino en el Centro Nacional de
Cómputo, lugar en donde el orteguismo siempre ha hecho lo que ha querido, en
primer lugar por la falta de firmeza, beligerancia y acuciosidad de los
fiscales de la oposición, en segundo lugar por la voracidad y voluntad
fraudulenta de los fiscales del partido de gobierno y en tercer lugar por la
complicidad del organismo encargado de velar por la pulcritud, transparencia y
honestidad de los procesos electorales: El Consejo Supremo Electoral.
No en balde el Dr.
Luis Yáñez, Jefe de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea dijo
en la presentación del informe final de dicha misión: “El proceso electoral 2011 ha
estado dirigido por un Consejo Supremo Electoral poco independiente y ecuánime,
que no ha cumplido con su firmeza de transparencia y colaboración con todos los
partidos”. Y fue mas allá todavía al decir que: “Si de aquí a noviembre, 2012, no
hay reforma alguna del proceso electoral, de acuerdo a las recomendaciones que
hemos hecho nosotros u otras organizaciones nacionales e internacionales,
tendría poco sentido venir a observar en noviembre”.
Más claro no canta un
gallo.
Los que participan en estas elecciones municipales como seudo opositores, justifican su decisión afirmando que lo hacen para no permitirle al Orteguismo el control del 100% de las alcaldía, ignorando que todo aquellos alcalde, principalmente en el pacífico y el centro del país, que no se vendieron, fueron desalojados por la fuerza de la comuna, por otra parte, estos seudo opositores, observan como normal, que el orteguismo siga utilizando los recurso económicos, materiales y humanos del estado para realizar la campaña proselitista de los candidatos oficialista, que ni en su mismo partido gozan de respaldo.
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