“Realmente
la gente vota por una bandera,
esa
es la realidad de las cosas.
Esa
es la cruda realidad, eso de la foto lo vamos a mantener
única
y exclusivamente para las elecciones presidenciales”.
Roberto
José Rivas Reyes
Magistrado
Presidente (De Facto) del CSE
“Vamos
a librar una nueva batalla electoral,
no
a favor de nombres y apellidos, porque nosotros somos transitorios,
lo
que queda es la fortaleza de las ideas, la fortaleza de la conciencia”.
Daniel
Ortega. Presidente Inconstitucional
sino al
Frente, a Daniel y al Modelo de Alianzas y
de Democracia Directa”.
Doña Chayo
En la primera parte de la saga de tres Editoriales
referidas a las elecciones municipales del próximo 4 de Noviembre,
mencionábamos que los dados ya han sido cargados en los procesos previos al
inicio de la campaña electoral con la cedulación amañada, la cartografía
electoral manipulada, la distribución de las presidencias de los Concejos
Electorales Departamentales y Municipales, la verificación y el padrón
electoral. En la segunda entrega, mencionábamos que hasta el mismísimo Luis Yánez,
Jefe de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea manifestaba que
ir a nuevas elecciones con “este” Consejo Supremo Electoral e igual Sistema
Electoral era una solemne pérdida de tiempo. En esta tercera y última parte nos
referiremos a las condiciones, ya no del sistema ni de los árbitros, sino de
los “competidores” que irán a la farsa electoral que ha iniciado el jueves
recién pasado, con más pena que gloria.
Como referencia hay que anotar que las dos
Alianzas y los cuatro partidos que participarán en la próxima contienda llevarán
en contra, de inicio, las estadísticas históricas que indican el alto nivel de
abstencionismo que las elecciones municipales acarrean entre la población. Durante
las elecciones del 90, el nivel de abstención fue del 13.43 %. En las del 96 se
incremento hasta el 24.21 %. En las municipales del 2000 el 42.98 % se abstuvo
de votar y en las del 2004 aumentó al 49.18 %. Durante las elecciones del 2008
fue imposible determinar a ciencia cierta el elevado nivel de abstención, debido
a que el fraude electoral cometido evitó que las mismas fueran auditables. A esta situación, que como
se puede apreciar, con el paso del tiempo se ha incrementado vertiginosamente,
habrá que agregar, en primer lugar, el hastío de la población hacia una clase
política vacilante, pactista, prebendaría y timorata; en segundo lugar, a la
desconfianza popular hacia el Magistrado Presidente (de facto) Roberto José
Rivas Reyes, al Consejo Supremo Electoral y al Sistema Electoral en su conjunto;
y en tercer lugar, a la percepción que tiene la mayoría de los votantes de que
todo está arreglado, que lo que se viene es una distribución de unas cuantas
alcaldías y la asignación de concejales entre los partidos políticos, de
acuerdo a los intereses del proyecto de la familia gobernante. Sin embargo, es
importante conocer quién es quién en este nuevo proceso electoral, mismo que se
antoja, ahora más que nunca, como de tigre suelto (y hambriento) contra burro
amarrado, algo así como que se jugará un partido en el que el dueño del
estadio, de las pelotas, de los guantes, de los bates, de los jueces y hasta de
las bases, es el mismo que hace las reglas (las que cambia a discreción en
cualquier momento del juego), que dice quienes pueden presenciar el partido y más
triste aún, de antemano ha dicho cual será el resultado final. Peor imposible.
Esta vez el partido de gobierno, que es
quien lidera esta Alianza, no se presenta tan monolítico como hace cinco años.
Claramente se perciben dos corrientes dentro del orteguismo, que se han
enfrascado en una lucha a muerte. Una de ellas, el murillismo, personificada en
la figura de la Primera Dama, secretaria de propaganda del partido, ideóloga, vocera
oficial del partido y del gobierno y primera ministro de hecho, que con los
jóvenes detrás, pretende sustituir al sandinismo por una nueva secta
política-religiosa en la que ella y solo ella, es la suprema sacerdotisa. Respaldada por los cuantiosos recursos que se
mueven alrededor de la privatizada cooperación venezolana, dispone a su antojo de
todos los resortes de poder en el gobierno y en el Estado y va en busca de la hegemonía
total, agenciándose no menos de 135 alcaldías municipales en el circo que
concluirá el 4 de Noviembre. Obtusos, mesiánicos e intolerantes, no están
dispuestos a permitir ni a perdonar cualquier disensión o voz disonante a la
línea oficial, así se llame Humberto, Bayardo, Lenin, Dionisio, René o Manuel.
El mensaje es: El que se mueva no sale en la foto. Para ellos no hay
sandinismo, no hay Revolución, los
valores y principios revolucionarios son cosa del pasado, lo único que importa
es el poder y el dinero. Ebrios de poder y dinero son incapaces de ver los
errores estratégicos que cometen por montones y que marcaran, más temprano que
tarde, el final de su mesiánico proyecto.
La otra corriente, denominada por algunos
como “La Vieja Guardia”, representada por el a sí mismo considerado Sandinismo Histórico, agrupa a todos
aquellos que adversan, por distintas razones, a La Doña: viejos militantes
sandinistas replegados por la juventud murillista; sandinistas, con historia y
trayectoria, pero criticones que no asimilan ni están dispuestos a asimilar las
novedosas ideas de la nueva secta disfrazada de partido; retirados del EPS y
del Ministerio del Interior apartados repentinamente del poder; ex secretarios
políticos y dirigentes de barrio del partido, que ayer eran verdugos y hoy engrosan
la fila de las víctimas y una gran masa de hasta hace poco fieles seguidores
del orteguismo, que por “alguna” razón se dieron cuenta de que no existe
democracia interna para elegir candidatos en los territorios, como si alguna
vez lo hubo, pero sobre todo, porque al igual que el resto de la mayoría de
nicaragüenses, sufren por igual la crisis económica, empobrecidos, deambulan
sin trabajo y esperanzas pues dejaron de ser atractivos como fuerza partidaria,
comandos electorales o voto duro para el murillismo.
La fortaleza que tiene la Alianza en
mención, independientemente de los profundos conflictos internos, es que serán
ellos quienes contarán los votos de los que se aventuren a depositarlos el 4 de
Noviembre. Con el control total de todo el sistema electoral, decidirán, de
hecho lo tienen decidido ya, cuántas y cuales alcaldías les tocará a cada
quien, independientemente de la categoría en que se ubiquen: aliados,
adversarios, supuestos adversarios, topos y fantoches. Ellos parten y reparten
y por supuesto que les tocará la mejor parte.
La segunda Alianza en el juego es la del
PLI / VCE. Una alianza en la que no se encuentran tres de las más importantes
fuerzas políticas con que contaba para las elecciones del 2011: Liberales con
Visión de Nación, UCD y MRS, quienes, en ese orden, decidieron que ir a este
nuevo proceso estaba de mas, sin garantías, sin observación neutral, con los
dados cargados, con un CSE cuestionado por moros y cristianos y con Roberto
José, reencarnación corregida y aumentada del Dr. Modesto Salmerón, contando
los votos de sus patrones. Esta alianza prácticamente se sustenta en un
disminuido y cada vez más cuestionado Movimiento Vamos con Eduardo, quien, al
igual que pasó con ALN, enfrenta la resistencia de quienes lo acogieron, el
PLI, un partido de tradición, de historia y fundamentos políticos. Se presenta,
sin convencer todavía a la población, como herederos de ese fenómeno político
que representó Fabio Gadea en el 2011, quien junto a Mundo Jarquin lograron el
milagro de sacar de la apatía y la desconfianza a más de un millón de
nicaragüenses para que fueran a depositar su voto en contra de la
inconstitucionalidad, el continuismo, el autoritarismo y el hegemonismo. Con
grandes dificultades para completar las listas de candidatos en muchos
municipios, no se les ve con muchas oportunidades de defender el voto con
fiscales experimentados y motivados. Mas dedicados a exterminar al PLC que
ofrecer soluciones a los nicaragüenses, serán la pieza vital que usará Ortega,
cuando en el mes de Diciembre se sienten a “dialogar por el bien de la Patria”.
Tiempo al tiempo.
Luego están los cuatro mini partidos políticos
que correrán en solitario: PLC, ALN, APRE y PCN. El Partido Liberal
Constitucionalista pasó de ser la fuerza mayoritaria en el país, que gobernó
durante dos periodos consecutivos, organizado y con estructuras partidarias en
todos los departamentos, municipios y barrios de la geografía nacional, a un
fantasma que recorre Nicaragua hablándonos de sus mejores épocas. Ataron su
suerte a la del caudillo y se hundieron con él. Pactista, prebendario y ahora
zancudo, Arnoldo Alemán enterró al PLC. De un 52 % de votos pasó a un miserable
6 %, mas como dádiva y compasión de su socio mayor, que por merecimientos propios.
Perdieron mucho más votos, que libras el “máximo líder”. Como un muerto
viviente, un zombi, camina penosamente tratando de rescatar a sus antiguos
adeptos y queriendo convencer a la gente de que el caudillo ya no domina el
partido, aunque las reuniones se hacen en El Chile, las listas se elaboran en
El Chile, los cumpleaños se celebran en El Chile y todos llegan a pedir la
venia al que vive en El Chile. Calculador como es, Ortega seguramente lo
mantendrá en la misma situación, medio vivo y medio muerto, como una carta
disuasoria frente a la otra corriente liberal. Al igual que el eduardismo, el
arnoldismo está más interesado en destruir al otro que presentar alternativas
al país. Son, para desgracia del pueblo, parte de los responsables de la apatía
y desconfianza ciudadana en la clase política. Tradicionalistas por naturaleza,
estarán más pendientes de las alcaldías que les suelte Ortega, que en hacer
campaña electoral. Y bajo esa premisa de sumisión, esperaran su turno en
Diciembre para decir presente en la Gran Mesa de Dialogo y Repartición que se
nos tiene preparada.
ALN, APRE y PCN son la prueba fehaciente de
que Roberto José es un verdadero Hacedor de Milagros. “El Profeta” del CSE se
ha superado a sí mismo. Ya no se trata de levantar a los muertos y mandarlos a
votar, ni de convertir en oro todo lo que toca o amasar una inmensa fortuna a
partir de un burrito muerto. Ahora el milagro llegó hasta el límite del
paroxismo: tres partidos que apenas tuvieron votos en el 2011, tienen más
candidatos que votantes y por supuesto, tendrán mucho más fiscales que adeptos.
ALN, que inauguró la modalidad de la comercialización del tendido electoral a
escala nacional, obtuvo poco mas de 10 mil votos el año pasado, justamente
cuando su principal candidato nos juraba hasta con los dedos de los pies que
tenia y de sobra, los 60 mil hombres que demandaba la defensa del voto de los
nicaragüenses. Con costo “arañaron” el 0.5 %, en una muestra más que fehaciente
del repudio popular hacia la clase política que piensa más con el estomago y a
partir de sus propias conveniencias que en los problemas de la nación.
APRE, partido fundado por el caraceño Miguel
López Baldizon en tiempos del Presidente Bolaños, fue llamado en su momento “El
Taurete”, porque no competía con los grandes sillones que representaban las
bancadas del FSLN y el PLC. Su origen se debió a la necesidad de que el
gobernante tuviera una bancada propia que sirviera de bisagra ante los dos
grandes adversarios que lo acosaban. Igual que con el PRONAL, quedó demostrado
que no es con plata, al amparo del gobierno y de un día para otro que se
construye un partido de alcance nacional, sin embargo, sus altas capacidades
simbióticas y miméticas han mantenido con vida al APRE, más conocido por el
atuendo estrafalario de su principal dirigente que por sus acrobacias
políticas. Después del orteguismo, fueron el partido que mas candidatos puso y
aquí es donde opera el verdadero milagro del Profeta RRR: en el 98 % de los
municipios del país! Quien no se convenza de la santidad del Hombre del Consejo
estará condenado a sufrir en el fuego eterno.
Y finalmente el PCN. Herederos de gloriosas
épocas idas, tienen tres hitos históricos como referencias principales: los 30
años de gobiernos conservadores, la época dorada durante el caudillismo de
Emiliano Chamorro y el liderazgo nacional indiscutible del finado Fernando
Agüero Rocha. De los tres, decidieron eliminar el primero, que es sinónimo de
honestidad, transparencia, decoro, amor a la patria y dignidad personal. Se
quedaron con los ejemplos de Chamorro y Agüero: traición a los ideales que
enarbolaron, pacto de los Generales y el Kupia Kumi y un zancudismo permanente,
persistente y altamente mutante. El colmo de los colmos es que a pesar de lo
minúsculo que es, se han dividido en dos facciones, porque de lo que se trata
es agarrar lugar en la repartición, aunque sea al final de la fila. Al igual
que los otros tres, tienen mucho mas candidatos que votantes y lo más probable
es que ni siquiera conozcan a quienes van en las listas, pero amor con amor se
paga y mantener la personería jurídica bien vale el escarnio público.
Vistas así las cosas, la inmensa mayoría de
la población rechazará este circo electoral y se quedará en sus casas este
próximo Noviembre, no porque los queramos nosotros o lo decida algún iluminado,
sino porque la población se resiste a que le sigan dando “Atol con el Dedo” y percibe que lo que ya empezó el jueves recién
pasado son los previos de la Obra “La Pax Augusta de Daniel y Rosario”, que será
puesta en escena a partir de Enero del 2013, luego de conocer las nuevas
victorias de los “bendecidos y prosperados” en Noviembre y la distribución de
los panes en Diciembre.
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