sábado, 16 de febrero de 2013

VIVIR BONITO: LA INTERPRETACION MURILLISTA DE LA PAZ AUGUSTA DE ORTEGA




El nuevo decreto de la Secretaria de Propaganda del régimen orteguista ha causado mucho revuelo a nivel nacional, tanto que hasta el día de hoy se continua analizando el mismo desde diferentes ángulos y a excepción de los plumíferos del régimen, todos sin excepción, bueno, casi todos, destacan el lado perverso de los postulados de la “Estrategia de Vivir Limpio, Vivir Sano, Vivir Bonito, Vivir Bien”. Desgraciadamente para el régimen, no todos los nicaragüenses vivimos en el limbo y nadamos en la ingenuidad política, como para aparecer tan inocentes, dándole el beneficio de la duda a las pretensiones hegemonistas de un proyecto que, ahora, se oculta bajo el disfraz de “Gabinetes de la Familia, la Comunidad y la Vida”, pero que antes fue “CDS: Ojos y Oídos de la Revolución” y después los “Concejos del Poder Ciudadano” definidos claramente como una parte importante en la lucha ideológica en nuestro país.  No todos andamos detrás de una Magistratura o un “hueso” en el estado, como para bendecir semejante intromisión de un proyecto totalitario, que pretende infiltrarse hasta en los aposentos de las casas. 

Luego de dos fraudes electorales, uno en las elecciones nacionales del 2011, que dejó al orteguismo con 63 diputados en la Asamblea Nacional, una mayoría absoluta que representa en la practica un lastre para legitimar todo lo actuado, y otro en las elecciones municipales, que representan 153 alcaldías “ganadas” en el 2012, Ortega quiere pasar página de estas manchas presentándolas como cosas juzgadas y pretendiendo que la ciudadanía se disperse en nuevos focos de atención. Al igual que en la antigua Roma en tiempos del Emperador Augusto, se pretende imponer la Paz Armada en Nicaragua, un viejo concepto de sometimiento de la población al poder, solo que ahora este emana de la pareja presidencial. 

Se quiere persuadir a los ciudadanos de que ya no hay nada que hacer, más que aceptar el decreto de estabilidad del país. Las voces que en coro repiten las nuevas consignas de mejoría económica, seguridad ciudadana, cambio de la matriz energética para bien de los nicaragüenses (bien que no se ha visto, ni se verá en los próximos 30 años), records de las exportaciones (no se habla del record en las importaciones), cifras record en la Inversión Extranjera Directa y otras maravillas del régimen orteguista, son variadas, sobresaliendo entre estas las del Gran Capital, de una que otra cúpula empresarial, las de políticos ansiosos que se disfrazan de opositores, las de curas en rebeldía con sus líderes espirituales (no con el “buen vivir”), pastores que se suman gustosos al rebaño que pastorean los nuevos profetas, comunicadores de diferentes tipos, colores y tamaños, y por supuesto, las voces de todos los funcionarios públicos y aspirantes a serlo, que dependen de su sumisión y flexibilidad de carácter y columna para mantenerse viviendo bonito a costa del erario público. 
  
Cuáles son las características de esta moderna Paz Augusta, que desde la colina del poder se nos quiere imponer a todos los nicaragüenses, acompañados de las consabidas letanías de que estamos bendecidos, prosperados y en victorias, y por supuesto de la cartilla que respalda la nueva lucha ideológica que se libra para imponer el proyecto totalitario? 

1.- Estabilidad en el país a cualquier costo. El pasado año, durante la celebración del 33 aniversario de fundación del Ejército Nacional, Ortega decretó la paz, enviando un claro mensaje de que aquí nunca más habría guerra, lo que traducido al cristiano, era la orden a las Fuerzas Armadas de que no se reconocería ningún grupo armado y que debían combatirlos hasta el exterminio, sin prisioneros. Por eso los Jahob, los Pablo Negro y otros asesinatos denunciados en su momento por la Coordinadora Guerrillera 380. 

2.- Legitimación de todo lo actuado en el pasado reciente, fraudes incluidos. Para eso se necesita el concurso o complicidad de los diputados de la bancada opositora en la Asamblea Nacional para un nuevo amarre que ya empezó con la aprobación de los nombramientos en el gobierno. Es la única que puede legitimar al régimen y en su minoría reside su fortaleza, aunque muchos son ciegos a esta circunstancia. O se ven enanos, o son demasiado ambiciosos como para ejercitar el poder que tienen siendo minoría. Muchos se han acomodado a sus sillones en la Asamblea, que de por si a algunos se les han encarnado en sus posaderas, y están dispuestos a dejar pasar y dejar hacer, con tal de seguir “sacrificándose por Nicaragua”, mas ahora que se están barajando nombres para unos “huesitos” con mas carne en las instituciones del Estado.

3.- Criminalización de la protesta popular. La Pax de Ortega implica que todos bailemos el mismo son que se toca desde las alturas del poder, sea este político o económico, que para el caso es lo mismo ya que ambos están en contubernio para aplacar al país. No se permitirá ningún ruido que altere esta paz, independientemente de las razones que den lugar a las protestas. Los robados en las elecciones municipales, robados se quedan. A los inconformes hay que “profilactarlos” para que callen y acepten el nuevo status quo. Es la primera etapa. Si no aceptan la profilaxis, viene la presión y el chantaje. Segunda etapa. Luego la represión, abierta o selectiva. Tercera etapa. Si no se puede hacer con las instituciones oficiales, Policía y Ejército, para eso están los cuerpos paramilitares. Todos tienen ya la suficiente práctica como para desplegarse según las necesidades del momento. Denis Obando, alcalde robado de Nueva Guinea es el testimonio fiel de este proceso. El exilio le salvó la vida.

4.- Control absoluto de las instituciones del estado. Esto permite la judicialización de la política. Toda la fuerza del gobierno y el estado contra los que levanten cabeza. Si no es por la vía de los jueces, será a través de la UAF, o de la DGI, del MINSA o del nuevo garrote represivo: los Gabinetes de la Familia, la Comunidad y la Vida. Todos los mecanismos de control institucional en manos de dos personas, o una, y al servicio de un proyecto totalitario y hegemónico para imponer una sola verdad, una sola idea, un solo discurso. Ellos lo son todo, nosotros no somos nada. 
5.- Crecimiento económico gracias a la paz y estabilidad alcanzada por el régimen. Es la parte que le interesa al Gran Capital y a las cúpulas económicas cómplices del desmadre institucional que ahora se quiere remediar a fuerza de mejorar la imagen de un régimen inconstitucional, fraudulento, ilegal e ilegitimo. Nuevos mega proyectos que serán la panacea para que el maná caiga indeteniblemente a los más pobres. Nuevas inversiones que demuestran la confianza del capital nacional en el gobierno. Mayor inversión extranjera en nuestro país. Maquillaje de las cifras oficiales que nos hacen el cuento de cómo disminuye la pobreza en nuestro país. Cifras record en remesas familiares. A partir de ahora todo será de Record. Pero no nos dicen cómo es que en medio de tanta pobreza, tenemos 190 millonarios con más de 30 millones de dólares cada uno, a como lo denunció el Diputado del MRS Enrique Sáenz. 105 más que Costa Rica, que exporta más de 10 mil millones de dólares, casi cuatro veces más que Nicaragua. 45 más que El Salvador, que exporta poco mas de 4,100 millones de dólares, casi el doble de nosotros, y asústense, 85 más que Panamá, cuyo Producto Interno Bruto es de más de 50 mil millones de dólares. 

La Pax Augusta de Ortega implica el establecimiento de un modelo económico que privilegia a los más ricos, pues de ellos depende el impulso del modelo. Un modelo económico excluyente, que se fundamenta en que a los más pobres les caerá, por efecto de derrame, las sobras que dejen los más ricos. Lo perverso del modelo, igual que con Somoza, es que Ortega es el principal beneficiado por ser quien tiene en sus manos todos los mecanismos del poder y se ha convertido en uno de los hombres más ricos del país, quizás el primero o el segundo de la lista de los 190 bendecidos y prosperados que señalaba Sáenz.

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