viernes, 22 de agosto de 2014

TRES AÑOS Y CONTANDO

Dios es un Juez justo, atento siempre para castigar.
Arrepiéntanse o tengan cuidado:
El Señor tiene su espada afilada, su arco tenso y la flecha apuntando
Miren al hombre preñado de malicia: Concibe la desgracia y da a luz el fracaso.
Su maldad le recae en la cabeza y le rebota en la cara su violencia.
Yo alabare al Señor por su justicia y cantare al Nombre del Altísimo.
Salmo 7


TRES AÑOS Y CONTANDO


Hoy 22 de Agosto, se cumplieron tres años del vil asesinato del Padre Marlon Pupiro, cura párroco de La Concha y la inmensa mayoría de la población de este Municipio, sus amigos y en especial sus familiares, no creen, ni mucho menos, en la versión oficial que dio por cerrado el caso, acusando y encarcelando rápidamente a un supuesto autor material e intelectual, el mesero Yasker Blandón, condenado en un abrir y cerrar de ojos a 30 años de prisión.

Tres años después, la sangre del Padre Pupiro continua exigiendo justicia para los autores materiales e intelectuales de su crimen, quienes gozan de la impunidad que solo el poder puede conceder. Un crimen que pretendió silenciar la voz valiente de quien, desde el púlpito, instaba a los feligreses a no tener miedo, a denunciar con firmeza los abusos cometidos en contra de todos los ciudadanos.

Al igual que muchos sacerdotes y religiosos que han ofrendado su vida como testimonio de compromiso con lo que predican, el Padre Pupiro mantuvo una trayectoria y un apostolado en total sintonía con lo que exigía de sus feligreses. No pudieron, quienes quisieron mancharlo para confundir a la opinión pública, lograr que la gente dudara de su rectitud y de los valores morales y espirituales que lo sustentaban. Tampoco han podido hacer que su martirio caiga en el olvido y en el abandono entre quienes lo conocieron y convivieron con él.

Secuestrado, torturado y asesinado, el Padre Pupiro vivió y sufrió en carne propia el suplicio que purificó su alma en las que debieron ser sus terribles últimas horas de vida, al igual que todos los religiosos que en distintos lugares y épocas, han sido presa de la furia insensata del poder, llevando hasta las últimas consecuencias el compromiso con el evangelio, con la verdad y con la justicia.

No pudieron doblegarlo en vida y menos aún en el martirio de su muerte, pues su ejemplo guía a miles y miles de nicaragüenses que luchan por un presente y un futuro mejor para todos; para todos los que nos resistimos a vender nuestra alma al dinero, al halago, al chantaje y a la amenaza; para todos los que creemos que hay luz después de la oscuridad en que se encuentra sumida la patria; para todos los que creemos que la democracia, el estado de derecho, la institucionalidad, la paz y la verdadera reconciliación más temprano que tarde se hará realidad.

A tres años del crimen, el pueblo nicaragüense no ha olvidado al Padre Marlon Pupiro y continua exigiendo JUSTICIA y demanda CASTIGO  para los culpables, materiales e intelectuales, de su horrendo crimen.

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