sábado, 9 de noviembre de 2013

LAS REFORMAS DE LA IGNOMINIA

Adiciones a las Reformas a la Constitución Política:
“Se declara el color Amarillo Simpson como el color oficial del Estado Nicaragüense.
Se declara el Árbol de Latón como el árbol nacional, en sustitución del Madroño.
Se declara la bolsa de agua como la flor nacional, en sustitución del Sacuanjoche.
Se declara el pijul como ave nacional, en sustitución del Guardabarranco”.

La Gran Hermana

A través de la historia, nuestro país ha tenido 10 Constituciones, 13 Asambleas Constituyentes  y un sinnúmero de reformas constitucionales, en una muestra inequívoca de la inestabilidad política, fragilidad institucional y del ventajismo atávico de los políticos nicaragüenses. Constituciones han habido para todos los gustos, y nombres ya ni se diga, en el colmo de la creatividad y el ingenio, no menos profuso que el cinismo y la perversión de nuestra clase política. Así, tenemos dos Constituciones conocidas como las “Non Natas”, sabrá Dios si se les aplicó la eutanasia o el aborto terapéutico; otra conocida como “La Libérrima”, “La Autocrática” y la última en vigencia, que bien podría llamarse sencillamente “La Violentada” o en su defecto “La Sistemáticamente Violada”.  

Constituciones, Constituyentes, Pactos y Reformas Constitucionales han sido los mecanismos perversos de caudillos, dictadores o aspirantes a dictadores para sacar ventajas políticas, extender plazos de gobierno, repartirse cuotas de poder o sencillamente consolidarse en el gobierno. A excepción de dos Constituciones, todas las restantes han rechazado la reelección presidencial, lo cual no ha sido impedimento para que el tagarote en funciones les dé la vuelta y de rienda suelta a sus ambiciones personales de perpetuarse en el poder. Sin embargo, es importante destacar que la historia nacional da cuenta de los constantes conflictos bélicos y las alteraciones sociales que han provocado los intentos reeleccionistas. Levantamientos armados, golpes de estado, guerras civiles, escisiones partidarias y ajusticiamientos han sido parte de las respuestas dadas a tantas ambiciones, pero desde que Nicaragua redactó su primera constitución como República Independiente en 1838 hasta nuestros días, al parecer los caudillos y dictadorzuelos que ha engendrado la clase política nicaragüense, no han aprendido las lecciones de la historia y tozudamente se empeñan en repetir los errores del pasado.

El 31 de Octubre recién pasado, nuevamente fue puesta a prueba la paciencia de los nicaragüenses, al enviarse a la Asamblea Nacional las esperadas reformas a la Constitución Política, en la que sus promotores pretenden legitimar y lavar los pecados originales que los tienen en donde están. Inconstitucionalidad, mayoría espuria en la Asamblea producto del fraude electoral e ilegalidad en el ejercicio de sus funciones no pueden ser legitimados o subsanados por una reforma constitucional, estas son más bien la aceptación de la ilegitimidad e ilegalidad en la que han gobernado durante todo este tiempo. Nuevamente, y como una repetición absurda de los errores de la historia, el dictador de turno pretende perpetuarse en el poder, quizás por la estúpida creencia, igual que creyeron quienes lo antecedieron en esta ignominia, Zelaya, Chamorro, Somoza García y Somoza Debayle, de que han sido predestinados para gobernar eternamente. 

Las reformas dejan entrever varios aspectos interesantes, que son necesarios analizar, ya que estos ayudarían a indicar el trasfondo de las mismas. Uno de ellos, es que aparentemente el grupo que adversa a la primera dama se ha recuperado de los golpes propinados por ella misma y le han dado una estocada mortal a sus aspiraciones de sucesión en el poder, al eliminar las restricciones a la reelección de Ortega, pero dejando en firme las restricciones a su persona, en tanto pariente dentro del segundo grado de afinidad de quien ejerce la presidencia actualmente. Esto no será negociable por la mayoría orteguista en la Asamblea, por lo que ahora se entienden los denodados esfuerzos de la señora Murillo por decapitar al Presidente de la misma, el Ing. Rene Núñez Téllez.

Otro elemento importante es el afán de concentración de poder y la extensión del control del comandante Ortega con las reformas. Cualquiera puede pensar que con lo que tenía bastaba y sobraba para hacer y deshacer en el país, sin embargo, los dictadores nunca están satisfechos y siempre quieren más. No quieren dejar espacio ni resquicio sin controlar y vigilar. Sea por la vía de los nuevos CDS, por el control de Internet o de las comunicaciones telefónicas, la idea es que el Gran Hermano nos vigile hasta cuando vayamos al inodoro. El poder es una droga irresistible y altamente adictiva, pero como toda droga, también enferma al vicioso. Mussolini, Hitler, Stalin, Caucescu, Trujillo, Pérez Jiménez, Gómez, Los Somoza, Los Castro, Chávez, son algunos ejemplos de personajes adictos y enfermos de poder que llevaron a sus países al desastre político, social, económico o moral. Al final se mueren o “los mueren”, pero dejan al país en un relajo peor que el que tienen sumido a Managua los del MPeso.  

Un tercer elemento es la pretendida militarización del estado. Nada nuevo, fue el recurso que utilizó Somoza Debayle en la etapa de declive de su régimen, a partir del terremoto del 72, cuando el cuestionamiento a su gobierno provenía de todos los sectores sociales y su situación se volvía  insostenible. La estrategia era simple, si se hundía el, se hundía la Guardia. Para los Somozas, esa fue siempre la estrategia para mantener a la Guardia Nacional convertida en SU guardia personal. El premio a la sumisión, la complicidad, el silencio o la incondicionalidad, eran los cargos más jugosos en el gobierno. La aduana, la lotería, determinados ministerios y entes autónomos, estaban entre los más apetecidos. Las reformas de Ortega contemplan la reedición de esta deleznable práctica, solo que ahora no será solamente el Ejercito, ya que a última hora se coló la Policía, quien reclama también los caramelos envenenados que se están ofreciendo a los uniformados. Pronto veremos al Doctor y Coronel fulanito de tal en la Corte Suprema de Justicia, en los Tribunales de Apelaciones, como Jueces de Distrito, ministros y quien sabe que más. El mensaje será el mismo, si me hundo YO, se hunden ustedes.

Pero en el tema militar aún hay más. Las reformas contemplan el estacionamiento de personal militar extranjero para fines de adiestramiento, instrucción e intercambio, lo que deja abierto a que tropas de ejércitos extranjeros se mantengan indefinidamente en suelo nacional. Este articulo está pensado para permitir que sean tropas del Ejército Chino quienes se encarguen de la protección de los Sub Proyectos establecidos en el Tratado Ortega - Wang. Para muestra dos botones, en Costa Rica construyeron un estadio sin contratar un solo operario tico, ya que trajeron todo el personal y maquinaria de China, y actualmente en Venezuela no han contratado ni un solo obrero venezolano para la construcción de miles de apartamentos en Fuerte Tiuna, Caracas, ya que al igual que en Costa Rica, todos los trabajadores fueron traídos de China. A quien se le ocurre entonces que van a contratar a miles de CPF para cuidar instalaciones? Qué pensaría Sandino, quien luchó contra la intervención yanqui, ahora con la amenaza real de que nuestro país sea ocupado por otro ejercito extranjero?

Finalmente otro elemento y es la novedosa institucionalización del ya famoso modelo de gobierno corporativista, un modelo que privilegia al Gran Capital, ya que salvaguarda sus intereses, al igual que en una empresa corporativa se salvaguardan los intereses de los accionistas, solo que en esta empresa, el estado nicaragüense, ellos también son accionistas y de los más fuertes. Más de 3,500 millones de dólares en sus cuentas, producto del usufructo de la cooperación venezolana, así lo certifican. Ahora hasta un banco quieren, para evitar que sean otros los que puedan “jinetear” la plata, además de la consabida secretividad, aunque ya sabemos que la plata y la panza son cosas difíciles de ocultar. Capitalismo puro y duro, capitalismo salvaje, excluyente, oligárquico, elitista, cínico e inmoral, que se quiere cobijar con la falsedad de declarar el estado cristiano, socialista y solidario.

Reformas que atraviesan la médula del entramado jurídico para consolidar a la dictadura orteguista. Reformas que persiguen la concentración de poder, el control absoluto sobre la ciudadanía y la entrega “oficial e institucionalizada” de la soberanía nacional. Reformas para los ricos, pero no para los pobres, la inmensa mayoría de los nicaragüenses. Reformas para poner la bota militar en el pescuezo de todos los nicaragüenses que se oponen al régimen. Reformas producto del temor, del temor al resquebrajamiento de un partido otrora sólido y cohesionado, del temor al fin del clientelismo, del temor a que el pueblo les dé la espalda, a como ya lo está haciendo, por eso la mayoría simple y la muerte decretada a la segunda vuelta en las elecciones. Reformas para profundizar la mortal enfermedad de los caudillos y dictadores, la perpetuidad en el poder.