A partir de la toma de posesión del Presidente Ortega, hace ya tres años, que demás está decirlo, han parecido eternos, la tónica del discurso oficial ha sido, responsabilizar a los 16 años de los gobiernos democráticos de todos los males del país. Luego del contundente fracaso económico de su gestión gubernamental durante el 2009, en el que el decrecimiento del Producto Interno Bruto fue de - 1.5 %, tanto él, como sus principales voceros, ministros, diputados y demás funcionarios mayores y menores, han manejado con mucha habilidad, hay que admitirlo, y hasta el cansancio, el argumento de que los gobiernos neo liberales son los verdaderos culpables de todo lo negativo que acontece en el país.
Si la economía del país disminuyó, la culpa es de los 16 años de neoliberalismo; si la infraestructura escolar está a punto de colapsar, es culpa de los 16 años de neoliberalismo; si en estos 3 años de gobierno de los pobres, los índices de delincuencia se han disparado, la culpa la tienen los 16 años de gobiernos neo liberales; si hay hambre en el norte, la culpa es de los 16 años de gobiernos neo liberales; si hay corrupción gubernamental, es culpa de los famosos 16 años de neo liberalismo. En fin, el chivo expiatorio del fracaso, la inoperancia, la corrupción, la incapacidad, la falta de verdaderas políticas públicas que beneficien a los más pobres, el hambre y la miseria en que se debate el país, son los 16 años de neo liberalismo.
De acuerdo al diccionario virtual, Wikipedia, el termino Neo Liberalismo se usa con el fin de agrupar un conjunto de ideologías y teorías económicas, que promueven el fortalecimiento de la economía nacional (macroeconomía) y su entrada en el proceso globalizador, a través de incentivos empresariales que, según sus críticos, es susceptible de conducirse en beneficio de intereses políticos más que a la economía de mercado propiamente dicha.
Según este concepto, entonces, el llamado gobierno de los pobres, es mas neo liberal que los tres gobiernos que lo antecedieron, ya que el énfasis de la política económica del Banco Central, ha sido el fortalecimiento de la estabilidad Macroeconómica, lo que ha logrado con mucho éxito el presidente de esta entidad, el Dr. y Coronel, Antenor Rosales Bolaños. El país presenta a la fecha, el máximo nivel de reservas financieras internacionales que ningún gobierno anterior ha tenido: 1,500 millones de dólares.
Sin embargo, de acuerdo al economista Néstor Avendaño, y cito: “Esta alta acumulación de reservas, representa un costo económico para el país, traducido en una mayor desaceleración del crecimiento económico y de una mayor tasa creciente de subempleo y desempleo”, fin de la cita. Lo que significa que mucho de ese dinero que está en calidad de reservas y es intocable, debería de estar dinamizando la maltrecha economía del país.
Por otra parte y de acuerdo al concepto de neoliberalismo que analizábamos, en la referencia que hace acerca de los incentivos empresariales, susceptibles de conducirse en beneficio de intereses políticos, no puede estar más claro, si no veamos:
1.- El gobierno mantiene una alianza de hecho con los grupos económicos más fuertes del país, lo que ha permitido que estos, por ambición y cobardía, endosen y apoyen de hecho, la política económica, monetaria y fiscal del gobierno. Fueron ellos los que elaboraron el texto de la Ley de Equidad Fiscal, que empieza a ahogar a los pequeños empresarios y sus consecuencias las pagaremos la mayoría de la población en general. Lo anterior fue confesión pública del Asesor Presidencial Lic. Bayardo Arce Castaño, y a confesión de parte, relevo de pruebas. Han cedido en todo lo que en materia fiscal y económica les ha exigido el gobierno, a cambio de mantener los pocos privilegios de que todavía gozan. Ni más ni menos, se han dedicado a recoger las migajas del festín gubernamental.
2.- El acelerado crecimiento de la riqueza de la familia Ortega Murillo, originada en el manejo discrecional de la ayuda venezolana y las finanzas públicas, han devenido en la formación, y en franco proceso de consolidación, de un poderoso grupo económico, que al amparo del poder, extiende sus intereses en todas las áreas de la economía nacional. La omnipresencia del grupo ALBA en la vida económica del país es del amplio conocimiento público.
Su última adquisición fue el canal 8 y el rancho sigue ardiendo. Según Nicho Marenco, el padre intelectual de esta iniciativa, de la que fue desplazado posteriormente, llamada inicialmente ALBANIC, este grupo administra más dinero que todos los bancos de Nicaragua juntos y es manejado por el presidente Ortega como su negocio particular. A excepción del somocismo, nunca antes había estado tan evidenciada la contumacia entre el poder político y el económico y nunca antes, incluido el somocismo, ha sido superior el desparpajo moral que exhiben actualmente los gobernantes, en su afán de lucro, ilegal y desmedido.
En el editorial del sábado pasado, demostrábamos que el actual gobierno es una dictadura en ciernes, es decir, naciente, pero en un acelerado proceso de consolidación. El día de hoy comprobamos, que el comportamiento económico de que hace gala el gobierno, con todas sus acciones, es de una clara tendencia neo liberal, inclusive, más dócil con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que los tres gobiernos que lo precedieron. Sin embargo, la política oficial es achacar todos los males a estos.
Este simple análisis implicaría, que en la práctica y amparado en la contundencia de los hechos, este gobierno no es más que la continuación de los anteriores, que su política neoliberal no se distancia en lo absoluto a los gobiernos de Chamorro, Alemán y Bolaños y lo que hace la diferencia, es el camino democrático que siguieron estos tres, no exento de errores y corrupción, vamos a aclarar, y la opción dictatorial que ha escogido el presidente Ortega para gobernar.
Así que, amigos oyentes, cuando oigan hablar de los 16 años de gobiernos neoliberales, habrá que sumar tres más, y serán entonces 19 años de neoliberalismo y no los 16, con los que la propaganda gubernamental pretende, inútilmente, justificar su fracaso. Pero aun mas, dentro de estos 19 años de gobiernos neoliberales, habrá que distinguir, entre los tres gobiernos neoliberales democráticos anteriores y el gobierno neoliberal dictatorial del presidente Ortega.