“No se puede esperar que la gente sea sensata
con el estómago vacío”.
George Eliot.
Una serie de eventos
ocurridos en las últimas semanas y que han sido minimizados, o ignorados en el
peor de los casos, por los medios de comunicación, no han pasado desapercibidos
para otros sectores, quienes consideran
que la crisis interna en las filas del orteguismo es mucho más profunda de lo
que se podría pensar, a la que habría que añadir otros elementos, que tienen o
podrían tener una gran incidencia en la situación que vive el gobierno familiar
de los Ortega – Murillo.
La pugna interna
desatada entre los grupos que se disputan la sucesión del poder, es al igual
que sórdida, silenciosa, para no llamar mucho la atención de los adversarios
del régimen, sin embargo, podría decirse que es una lucha casi a muerte por
controlar la mayor cantidad de espacios que permitan estar en mejor posición
ante cualquier eventualidad. Los dos grupos en disputa están caracterizados por
ser Pro y Anti Rosario Murillo, el primero encabezado por ella misma y sus
hijos, y el segundo teniendo como cara más visible al Comandante Bayardo Arce,
a quien acompañan otros elementos históricos del sandinismo. La lucha en
cuestión está planteada por el control de las instituciones claves en la
sucesión: Corte Suprema de Justicia y Asamblea Nacional, estando en segundo
plano los otros espacios, Procuraduría y Contraloría, fundamentalmente.
El Grupo Pro Murillo dispone
del control absoluto de las empresas y del capital acumulado producto de la
privatización de la cooperación petrolera venezolana, controla totalmente el
gobierno central y la mayoría de los gobiernos locales, estos últimos altamente
vulnerables por la dependencia de las asignaciones presupuestarias a través del
Ministerio de Hacienda. Tiene como fortaleza adicional a la llamada juventud
sandinista, que aunque carece de experiencia en estas lides, representan una
importante fuerza de choque y han sido moldeados personalmente por la primera
dama. Becas de estudio, cargos en las estructuras territoriales, estadios
virtuales, regalías de todo tipo y la promesa de que son el futuro, el relevo
del nuevo sandinismo – murillista, son parte de los “alicientes” para mantener
este control. Es importante destacar el hecho de que de cara a la población, la
crisis económica de los hogares nicaragüenses es achacada a Ortega y no a ella,
y no menos importante está señalar que la “compañera” tiene un importante control de las acciones de su
marido, por razones harto conocidas por los nicaragüenses.
El Grupo Anti Murillo,
con más experiencia conspirativa pero con menos recursos, disputa espacios en
la Asamblea Nacional y la Corte Suprema de Justicia. Tres eventos de esta
lucha, dos de ellos hechos públicos, fueron, primero, el intento de colocar
nuevamente al Coronel Lenin Cerna en espacios de control del poder judicial,
intento fallido por demás, ya que fue defenestrado de inmediato y sin
miramientos por doña Rosario; el segundo fue la intentona de decapitar a Rene
Núñez en la Presidencia de la Asamblea Nacional, sin tener que llegar a Enero,
que es cuando se tendría que elegir una nueva Directiva del Parlamento. La
expulsión de Xóchitl Ocampo dejó al descubierto una grave fisura en la bancada
oficialista, que no está por la labor de obedecer ciegamente a Murillo. El
tercer evento, que no fue público, lo constituyó la barrida de todo el personal
cercano a Arce que laboraba en diferentes dependencias del gobierno a mediados
del primer semestre, por orden de la doña.
Paralelo a la lucha
planteada por estos dos grupos, existen otros elementos que el poder tendría
que conjugar, para neutralizarlos o ponerlos a su favor, ya que aunque actualmente
no representan un peligro real, potencialmente pueden ser determinantes a mediano
plazo.
OPOSICION, IGLESIA
CATOLICA Y VIEJA GUARDIA SANDINISTA.
Hay tres sectores que
se han caracterizado por su distanciamiento del régimen: una parte de la
oposición, la Iglesia Católica y lo que se da en llamar la vieja guardia del
sandinismo. En el primer caso, la aparición de Unidad por la Republica,
aglutinando una serie de partidos, organizaciones políticas y de la sociedad
civil, entraña en el mediano plazo en enorme peligro para las aspiraciones
políticas, ya sea de Ortega en una nueva reelección, previas reformas
constitucionales, o de Rosario Murillo, si logra imponerse al grupo que le
adversa. Si esta alianza logra sobrevivir al 2015 sin mayores fisuras, se
convierte en un peligro real a Ortega o a Murillo. Por otra parte, la posición
de la Conferencia Episcopal es una piedra en el zapato orteguista, ya que su
actitud crítica directa ante situaciones coyunturales afecta seriamente la
imagen del gobierno. Ceder a las reformas a la Ley 779 es un paso calculado del
gobierno para intentar un acercamiento con la Conferencia Episcopal, adicional
al esfuerzo del siempre presente Cardenal Obando para seguir atrayendo sacerdotes
a la causa del gobierno. La situación que se vive dentro de las filas de la
vieja guardia sandinista es significativa. Alejados de las estructuras
oficiales, se debaten en la búsqueda de sus propios espacios, desconfían por
razones ideológicas de los sectores liberales, no están convencidos de apoyar
al sector Anti Rosario y por motivos económicos tienen dificultad en organizarse
como un movimiento político independiente, aunque poseen la experiencia y gente
suficiente en los barrios para hacerlo.
UNIDAD DE LOS
LIBERALES.
Una necesidad de
Ortega para neutralizar la naciente Unidad por la Republica y el viejo sueño
del Máximo Líder próximo a cumplirse, de acuerdo a los vientos que soplan últimamente.
Sacar del ostracismo al Caudillo liberal, aprovecharse de la condición de rehén
de Ortega en que ha quedado su contraparte y el estímulo de la entrega a ambos
grupos de algunos cargos en las instituciones del estado que estarían próximos a
repartirse, son algunos de los ingredientes para la unificación forzada de los
liberales. Esta decisión prácticamente ya tomada en las altas esferas de ambos
partidos, tendría el contrapeso en la base, tomando en cuenta la desconfianza
mutua existente y el rechazo palpable a la dirigencia territorial por sus actuaciones
personales en las dos últimas campañas electorales.
EL FACTOR EMPRESARIAL.
La última reunión entre
el Gran Capital, el COSEP y Ortega, estableció claras diferencias entre el
empresariado nacional. Por una parte, las 11 familias más poderosas del país definiendo
la hoja de ruta económica del gobierno y el COSEP tratando de incidir políticamente
en el día a día del gobierno y velando por el cumplimento de lo acordado entre
los grandotes. Por la otra, Ortega sacando provecho, nacional e internacional,
de su alianza con los empresarios y captando su apoyo incondicional para las próximas
reformas constitucionales, su objetivo mayor. Mientras unos suspiran por creer
que ataron al Ortega de los años 80’s, el otro goza de felicidad al ver
legitimado el capital que ostenta. Quedan por fuera del festín la inmensa mayoría
de los pequeños y medianos empresarios, los mayores generadores de empleo y
riqueza para el país, quienes tendrán que seguir valiéndose por sí mismos para
sortear el acecho de las alcaldías, la DGI, la DGA, el INSS, el INATEC y cuanto
coyote aparezca.
LA CRISIS CAFETALERA.
Casi un año después de
la aparición de la Roya en nuestro país, el gobierno aún no pone en práctica un
plan de apoyo para los pequeños cafetaleros, quienes prácticamente han sido
abandonados a su suerte. 70 mil de las 181 mil manzanas de café que se cultivan
en el país están en manos de 40 mil productores de 1 a 5 manzanas. Restan 3 mil
productores, medianos, grandes y “grandotes”, para completar los cerca de 43
mil productores de café del país. De esos 40 mil pequeños productores, 32 mil son
los afectados por la plaga y asumiendo familias de 5 miembros cada uno como mínimo,
tenemos una afectación económica directa en 160 mil ciudadanos pobres del campo,
un excelente caldo de cultivo para alimentar a los grupos armados en el norte. En
el colmo del cinismo, se habla de reconversión productiva para estos pequeños
productores, lo que significa sacarlos de la actividad cafetalera, a la que se
han dedicado durante toda su vida, y destinarlos a otros rubros productivos. Sembrar
frijol negro para salir del clavo con Venezuela? Con este gobierno todo es posible.
SITUACION ECONOMICA.
A la par de los éxitos
en el manejo macroeconómico de las finanzas públicas, es innegable el
estrepitoso fracaso del manejo microeconómico de la economía nacional, la que más
importa para la continuidad de cualquier gobierno. Alza constante en los
precios de la canasta básica; escalada constante en los precios del combustible;
disminución del salario real de los trabajadores a niveles del año 2001; lentísimo
crecimiento del empleo formal y explosión de la informalidad laboral, son
algunas señales evidentes de una profunda inestabilidad económica en la base de
la pirámide, que tarde o temprano se traducirá en inestabilidad social, cuyas
dimensiones y consecuencias solamente el gobierno dispondrá de los mecanismos
para controlarla. Es de esperar mayores niveles de inseguridad ciudadana, prostitución,
delincuencia infantil y juvenil. Con la ampliación del Canal de Panamá habrá mayor
emigración de la mano de obra calificada en la construcción y por consiguiente
una mayor fragmentación de los hogares de menos ingresos.
COOPERACION
VENEZOLANA.
La panacea de 7 años
de gobierno orteguista está llegando a su fin, por mucho que los voceros del
gobierno lo nieguen. El cuerno de la abundancia, el palito de cacao, no da para
más. La crisis venezolana según el economista venezolano José Guerra, “es el resultado
de una política económica que hizo de las expropiaciones de fincas, hatos,
haciendas y empresas una doctrina nacional. Ello como era de esperarse averió
severamente los incentivos para que la gente del campo y de las empresas
manufactureras se atreviera a ampliar sus negocios para dotar a los venezolanos
de alimentos abundantes. Por su parte, las empresas estatales han fracasado
estrepitosamente, son deficitarias, minadas por la corrupción y con
disminuciones en sus niveles de producción. Otro factor que ha afectado
negativamente la producción de alimentos es un esquema de control de precios
que literalmente ha barrido la rentabilidad de las empresas que todavía
producen en Venezuela, a lo cual hay que sumar una política antiinflacionaria
que al descansar exclusivamente en el anclaje del tipo de cambio, ha facilitado
las importaciones e incentivado la destrucción de las capacidades productivas
internas”.
Puestas así las
cosas, el gobierno no las tiene muy fácil que digamos. Son muchos frentes en
los que tiene que dar la pelea y al menos en uno de ellos, el más importante,
la situación económica de los hogares nicaragüenses, la está perdiendo y de
calle. Por eso la venta de ilusiones, los pleitos convenientemente rebuscados
con el vecindario y el circo que al por mayor se ofrece día a día.