El 10
de marzo recién pasado se celebró el juicio al Médico y Teniente Primero Yader Nicolás
Montiel Meza, bajo la acusación de atentar contra el Decoro Militar. En dicho
juicio el oficial fue encontrado culpable por parte del Juez Militar encargado
de ejecutar la voluntad, disfrazada de sentencia, del mando del Ejército y se
encuentra a la espera de su condena, que según se especula, podría ser de unos
pocos meses hasta dos años de prisión.
¿Qué
hizo el Teniente Primero Yader Montiel para merecer semejante condena?
Sencillamente expresar su opinión como ciudadano, formado en una Institución
que le inculcó desde el inicio de su carrera el respeto a la integridad de la población
civil, el rechazo a todo intento de violentar los derechos individuales de la ciudadanía,
a respetar la libertad de expresión y de movilización de la misma, de acuerdo
al juramento del Servicio Militar Activo que tuvo un día que hacer, rodilla en
tierra y gritando a pulmón batiente: “Juro
Defender con honor, valentía y firmeza la
soberanía nacional, integridad territorial, independencia y autodeterminación
de Nicaragua, los derechos y libertades
del pueblo y luchar hasta las últimas consecuencias y dar mi vida por los
sagrados intereses de la nación y jamás traicionar a mí patria”.
Probablemente
no estaba enterado, o no le quisieron decir en su momento, de las
transformaciones profundas al Código de Organización, Jurisdicción y Previsión
Social Militar, expresadas en las Reformas del 30 de Enero del 2014 que
trastocaba en su totalidad el Código de Conducta del Ejército al definirle
Nuevas Misiones y dotarlo de una vieja, desfasada y desprestigiada Doctrina de
Seguridad Nacional, en la que el pueblo es culpable de conspirar contra el
gobierno mientras no demuestre lo contrario.
Es
posible que el Teniente Primero Yader Montiel estuviera totalmente confundido y
desubicado al expresar su opinión ya que una vez juró proteger al pueblo, pero
ahora y gracias a las mentadas reformas lo que hay que proteger, y precisamente
del pueblo mismo, son los intereses de la familia gobernante. Las protestas de
la población que se niega a aceptar la confiscación de sus propiedades en la
Gran Estafa disfrazada de Ruta Canalera, atentan contra esas Nuevas Misiones y
contra la Seguridad Nacional, algo quizás incompresible para el ahora acusado y
condenado. Es más que probable que dada su condición de médico, le haya resultado
chocante la brutal agresión física que estaban sufriendo muchos ciudadanos de
El Tule a manos de sus mismos compañeros del ejército y de miembros de la policía,
recordándole una historia ya lejana de represión y violencia, pero que con cada
agresión a la población civil reaparece en la mente de muchos.
Quizás el Teniente Primero Yader Montiel no consideró lesivo
al Decoro Militar expresar su opinión rechazando la paliza que recibían los
ciudadanos tuleños, ya que al final de cuentas casi nadie respeta el Articulo 1
del Código de Organización Militar que en parte expresa que: “Los miembros del Ejército no podrán realizar
proselitismo político, partidario ni dentro ni fuera de la institución”. Ver en las unidades militares afiches partidarios, banderas
partidarias y consignas partidarias, elementos que se consideraban olvidados y
superados desde hace muchos años, debe de haber sido su respaldo y motivación personal
para decir lo que dijo, solo que al ubicarse en la dirección contraria a los
intereses de la cúpula militar, partidaria y gubernamental se convierte automáticamente
en un atentado al ya famoso Decoro Militar, tan caprichoso en su identificación
puesto que depende de qué lado de la acera está quien exprese su opinión.
Podría
ser que el error del Teniente Primero Yader Montiel no fue expresarla delante
de un grupo de personas que han hecho del chivateo un modus vivendi, sino de
haber ignorado el caso del General Oscar Balladares, quien también manifestó su
opinión al no respaldar las reformas al Código de Organización Militar y la reelección
del actual Comandante en Jefe, ya que además de inconstitucional rompía el código
no escrito establecido en las cuatro sucesiones anteriores, de que el Jefe del
Estado Mayor General es quien releva en el cargo al Jefe del Ejército una vez
que este sale a retiro. Esta opinión, política según el interés de quien mire
el cristal, le costó su salida intempestiva de la institución castrense
evitando su ascenso al cargo inmediato superior, Comandante en Jefe del Ejército
y al grado máximo al que puede aspirar un militar en servicio activo, General
de Ejército.
Sin embargo, a pesar de que el Teniente Primero Montiel haya sido
condenado por la justicia militar, la sociedad nicaragüense que rechaza la sumisión
de las Fuerzas Armadas al proyecto personal, familiar y dinástico de los Ortega
– Murillo lo ha declarado Completamente Inocente, porque en este caso, Todos Somos
Yader!