Debe ser mucha la desesperación
de Ortega ante el impasse en el proceso de negociación para haberle pedido al
Nuncio Apostólico que visitara a algunos secuestrados políticos y dar fe, gráfica,
del “buen trato” y lo “contento” que se encuentran, en oficinas hasta con aire
acondicionado. Vamos! Todos sabemos que son fotos para enviar un mensaje a la Unión
Europea y otros actores internacionales, para que las amenazas de sanciones no
se concreten. El tiempo corre y no es precisamente a favor del régimen. Sin
embargo, tenemos que estar pendientes de todas sus acciones para presionar a la
ACJD a que vuelva a la mesa de negociaciones, sin compromisos ni acciones
concretas de parte de Ortega. Algunos
elementos a los que hay que prestarle atención, son los siguientes:
1.- La huelga de hambre de Nelly
Roque, Amaya Coppens, Karla Matus, Johana Delgado, María Peralta, Yaritza
Mairena, Solange Centeno y Yamileth Gutiérrez se mantiene. La mayoría de
ellas en extrema debilidad y sometidas al asedio de los carceleros, hombre y
mujeres, quienes no les entregan las medicinas, mantienen equipos de sonido hasta
altas horas de la noche y madrugada para ni siquiera dejarlas dormir, cocinan
asados cerca de sus celdas para tratar de rendirlas por hambre, entre otras
torturas psicológicas. El Nuncio tuvo que haber conocido de esto de boca de las
afectadas, por lo que deberíamos de esperar que informe al dictador de su visita
y le de sus recomendaciones. Es evidente que esta apresurada visita tiene mucho
que ver con las denuncias de torturas y salvajes golpizas que sufrieron los
secuestrados políticos dias antes de la visita, entre ellos Chester Membreño,
Francisco Sequeira, Jeffrey Isaac Jarquín, Fredrich Castillo, Yubrank Suazo,
entre otros. Ortega sabe que esta visita “opacaría” la denuncia anterior, por
lo que cabe preguntarse si el Nuncio se prestó para semejante manipulación. Si
no es así, lo invitaría a que visite o solicite visitar el tristemente famoso “Infiernillo”
y se le permita conversar con los secuestrados vapuleados y torturados mencionados
anteriormente.
2.- La ACJD ha planteado su reposicionamiento
en relación a una vuelta al diálogo, tal a como lo había venido demandando el
pueblo, dentro y fuera del país. Su comunicado del 11 de marzo es claro y
contundente: 1) Liberación y seguridad de los presos políticos y restablecimiento
de las libertades, derechos y garantías establecidos por la Constitución Política;
2) Reformas electorales que garanticen unas elecciones adelantadas, justas,
libres y transparentes; 3) Justicia, reparación y no repetición. Debemos cerrar
filas en torno a estas demandas. La dispersión nuestra es la fortaleza de
Ortega. Ni la OEA, ni la Unión Europea van a ceder en esto. La primera,
establece como prioridad ante su participación en la negociación entre la ACJD
y el régimen, la salida inmediata de los secuestrados políticos. La segunda,
prepara para el 13 y 14 su resolución sobre la situación de los Derechos
Humanos y las eventuales sanciones a Ortega. No hay vuelta atrás, al dictador
solo le queda cumplir las exigencias o rechazarlas y suicidarse junto a toda su
claque política.
3.- Como lo mencioné en mi
escrito anterior, a Ortega solo le quedará para negociar la fecha de las
elecciones adelantadas, a fines de este año o a más tardar en el primer
trimestre del próximo. Los secuestrados saldrán libres muy pronto, no podrá usarlos
como rehenes o fichas de cambio. Es secreto a voces que los principales
operadores políticos del orteguismo están dados a la tarea de preparar al
rebaño para cuando esto se anuncie y no cunda la desmoralización, la
desconfianza y el pánico. Lo que no les dicen es que la negociación pretenden
centrarla en la Amnistía para Ortega y su círculo más cercano a cambio del
adelanto de las elecciones, dejando a su suerte a todos los que creyeron que
esto iba a ser eterno. Ya está anunciado que la policía será la gran sacrificada,
igual que en los años 90’s, solo que esta vez tendrán que pagar por sus crímenes,
torturas y violaciones. La aceptación del “consuegro en Jefe” de que los
paramilitares eran policías voluntarios o profesionales con pasamontañas, es la
señal más clara para anunciar quienes serán los becerros que irán a la piedra
de los sacrificios. Esto lo deberían tomar muy en cuenta los oficiales que aún
no tienen manchadas las manos de sangre, ni han participado en la orgia criminal
ordenada por Daniel Ortega y Rosario Murillo. Todavía están a tiempo.