Hoy 19 de Julio, se
conmemora un aniversario más, el 35, de la caída de la dictadura del Gral.
Anastasio Somoza Debayle, último eslabón de la dinastía de los Somoza, una
cadena que inicio con el asesinato del Gral. Augusto Cesar Sandino el 21 de
Febrero de 1934 y que dio pie a que dos años más tarde, en 1936 y auspiciado
por los Estados Unidos, Anastasio Somoza García se hiciera elegir Presidente de
la República, hasta su muerte un 21 de Septiembre de 1956 a manos del poeta
Rigoberto López Pérez, quien ponía fin, mediante su sacrificio personal, a la
vida de un personaje que llenó de luto, sangre y lágrimas al país entero. Sin
embargo, a la noche oscura vivida durante los 22 largos años que estuvo en el
poder Somoza García, se sumaron 23 años más de feroz dictadura, esta vez mediante
su sucesor, Anastasio Somoza Debayle, quien continuó la nefasta labor heredada
de su padre hasta 1979, un 19 de Julio, cuando el pueblo nicaragüense, liderado
por el FSLN, se levantaba victorioso sobre la figura de un hombre que
representaba un sistema perverso de dominación, sobre un personaje que creyó
que la fuerza de las armas, la represión y el chivateo institucionalizado eran
suficientes para mantener sometida a la nación, que asumió en lo profundo de su
soberbia y borrachera de poder que los gritos a plaza llena demostrando
lealtad, fidelidad y exigiéndole eternidad con el “Somoza For Ever” y el “No te
vas, Te quedas” eran reales y que se asumió como el caudillo indispensable,
el elegido por la Divina Providencia para gobernar los destinos de Nicaragua.
Durante los 45 años que
transcurrieron entre el asesinato de Sandino y la caída de Somoza Debayle, tuvo
que pasar un torrente de sangre y muerte a lo largo y ancho de todo el
territorio nacional para alcanzar el derrocamiento de la dictadura familiar dinástica,
cuyos principales hitos históricos datan desde 1954 con los Sucesos de Abril;
en 1958 con los movimientos guerrilleros del Coronel del Ejército Defensor de
la Soberanía Nacional, Ramón Raudales; en 1959 con los movimientos armados de
Olama y Mollejones, El Chaparral y de Manuel Díaz y Sotelo; en 1960 con el
movimiento guerrillero de Julio Alonso Leclaire y la toma de los cuarteles de
Diriamba y Jinotepe el 11 de Noviembre de este año; en 1963 con el accionar de las
guerrillas de Bocay, Raití y Rio Coco; en 1967 con la guerrilla de Pancasan; en
1974 con el Asalto a la Casa de Chema Castillo por parte del Comando Juan José
Quezada; en 1977 con el inicio de la Ofensiva Ininterrumpida; el 22 de Agosto
de 1978 con el Asalto al Palacio Nacional en la “Operación Chanchera” y en Mayo
de 1979 con la Ofensiva Final. Se calcula en 50 mil muertos el costo de este
ciclo de violencia, el costo de 45 años de dictadura somocista, el costo que
tuvo que pagar Nicaragua y sus mejores hijos, para derrocar el proyecto
dictatorial, dinástico y mesiánico de la familia Somoza.
El día de hoy, 35 años
después de esa gesta épica, heroica y sangrienta, es necesario volver la vista
atrás para evaluar si los sueños de todos los que se sacrificaron en el camino
por una Nicaragua Libre se han cumplido. Porque una efemérides como la que se
conmemora este día, no se limita a hacer un acto partidario a plaza llena para
hablar de glorias ajenas, de nostalgias pasadas, de recuerdos que se difuminan
en el tiempo y se agitan cada año. El 19 de Julio debe servirnos para sacar
nuestras propias cuentas y hacer igualmente nuestras propias conclusiones. Es
esto por lo que luchó el pueblo nicaragüense? A esto se referían los mártires
gloriosos de todos los movimientos y luchas armadas que quedaron en la ruta a
la liberación? Somos más libres hoy? Nuestra Soberanía Nacional, nuestra Patria
y nuestra Libertad, Santo y Seña del
Gral. Sandino, están a salvo de los nuevos filibusteros, que como buitres
hambrientos acechan para caer sobre los despojos de la nación? Los vicios del
pasado, contra los que lucharon y murieron miles y miles de hombres y mujeres,
fueron enterrados para siempre, o simplemente se transformaron en una nueva versión?
La Moral Revolucionaria, seguida al pie de la letra y hasta el sacrificio por
los Héroes y Mártires del pasado, es lo que guía el presente? El modelo de
dominación somocista, basado en el populismo, el prebendarismo, el caudillismo,
la lisonja, la compra de conciencias y voluntades, la corrupción del sistema
político, el fraude electoral, el amarre de cúpulas, el saqueo de los bienes
del estado, el enriquecimiento ilícito, la depredación de los recursos
naturales, fue enterrado para siempre o simplemente mutó hacia formas más
perversas y corruptas? Continuamos siendo lo revolucionarios que decíamos ser
en el pasado, o sencillamente nos convertimos en una gleba de oportunistas,
vividores, acomodados y sinvergüenzas? En fin, Evolucionamos o Involucionamos?
Ciertamente, que a 35 años
de distancia, tenemos mucho que preguntarnos y cuestionarnos acerca de lo que
somos hoy en día y lo que éramos hace tantos años. Nadie duda que el sacrificio
de todos los nicaragüenses, grande, mediano o pequeño, valió la pena para salir
de 45 años de dictadura. No creo en los que ahora pretenden justificar el
somocismo de antes para atacar el somocismo de hoy. Ninguna dictadura es buena,
ni de derecha, ni de izquierda; ambas niegan la libertad de expresión, de
movilización y el derecho a la protesta; ambas oprimen, reprimen y sojuzgan a
los pueblos; ambas hablan del pueblo y viven a costa del pueblo; ambas utilizan
al gobierno, al estado, a las fuerzas armadas, policiales y de seguridad para
mantenerse indefinidamente usando y abusando del poder; ambas son dañinas,
perversas y corruptas. Ambas son la negación de la libertad.