“Entonces Moisés subió al monte, y una nube cubrió el monte.
Y la gloria de Jehová reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días; y al séptimo día llamó a Moisés de en medio de la nube.
Y la apariencia de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la cumbre del monte, a los ojos de los hijos de Israel”. Capítulo 24 del Libro del Éxodo.
Y la gloria de Jehová reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días; y al séptimo día llamó a Moisés de en medio de la nube.
Y la apariencia de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la cumbre del monte, a los ojos de los hijos de Israel”. Capítulo 24 del Libro del Éxodo.
De acuerdo a la fanfarria que puso en escena la Primera Dama Rosario Murillo para la celebración del 32 Aniversario de la Revolución, misma que nos ha llegado por las fotos en los periódicos a los que no tenemos ni la paciencia, ni la capacidad de aguante para tragarnos tanta estupidez por la televisión, lo que se vivió en la Plaza de La Fé “Juan Pablo II”, fue ni más ni menos, una burda, ofensiva y grosera manipulación religiosa, intolerable para los católicos y cristianos y para todos aquellos que no comulgan con el sincretismo religioso que viene impulsando doña Rosario, afanada en hacer del orteguismo la nueva religión oficial en nuestro país, en la que ella se erige como la Sacerdotisa Primera y Única del nuevo becerro de oro al que hay que adorar. Ella y El, nos lo recuerdan a cada momento en los spots televisivos, “SOMOS DOS”.
El respaldo de la Concha Acústica, no cansa recordarlo, construida por Herty Lewites, semejaba o pretendían los responsables de semejante disparate que semejara, el fuego abrasador del que nos habla el Libro del Éxodo cuando Jehová entrega las Tablas de La Ley a Moisés. El Capítulo 20 del mismo Libro nos revela que: “Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos”.
Poco a poco se viene desenmascarando el vulgar manoseo de los símbolos religiosos del que reclama insistentemente Monseñor Silvio Báez, pero sobre todo, de la mezcolanza entre figuras bíblicas sagradas para los creyentes y de dioses paganos precolombinos, como el siempre presente “Quetzalcóatl”, la Serpiente Emplumada, Ser Supremo en las culturas mesoamericanas precolombinas, que aparece como protegiendo a los iluminados de este nuevo experimento ideológico-religioso, nuevo en Nicaragua, pero ya practicado por otros en otras latitudes y que llevaron a sus pueblos al sacrificio innecesario.
Según el diccionario digital Wikipedia, la combinación Quetzal-Cóatl contiene los siguientes significados, todos relativos a las funciones de Quetzalcóatl en la teología tolteca: “serpiente con plumas”, “doble precioso”, “ave de las edades”, “gema de los ciclos”, “ombligo o centro precioso”, “serpiente acuática fecundadora”, “el de las barbas de serpiente”, “el precioso aconsejador”, “divina dualidad”, “femenino y masculino”, “pecado y perfección", “movimiento y quietud”. Lo que significa para el buen entendedor, que ella y él, Rosario y Daniel, son la divina dualidad, una divinidad femenina y la otra masculina. Uno, Daniel, refleja el PECADO, del que ya todos los nicaragüenses estamos enterados y ella, Rosario, representa la PERFECCIÓN.
Tanto disparate no causaría mayor problema si se diera en otro país, no en el nuestro con los niveles educativos que tenemos, 4 años y medio de escolaridad promedio nacional y con los niveles de pobreza y abandono de los que hacemos gala. Una inmensa mayoría paupérrima de nicaragüenses, que está a merced de los cantos de sirena de quienes disponen de millonarios recursos económicos, para acompañar al sometimiento económico en el que se encuentran, con este arroz con mango político – ideológico - religioso – cultural – esotérico.
Por otro lado, el Presidente Ortega en su siempre aburrida alocución, volvió por sus fueros en el arte de la demagogia politiquera, al anunciar la posibilidad de un referéndum para que el pueblo, siempre el pobre pueblo, decida si se formaliza el reclamo de los 17 Mil Millones en los que Nicaragua tasó la deuda por la agresión norteamericana a nuestro país durante la guerra de los años 80´s. Tardó cuatro años y medio el Presidente Ortega en acordarse de esta famosa deuda, luego del juicio al que fue sometido Estados Unidos de Norteamérica en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Es precisamente en este año electoral y teniendo como marco la celebración del triunfo del 19 de Julio del 79, ante una multitud de partidarios, una buena parte de ellos empleados públicos, llevados “voluntariamente” so pena de perder el trabajo, para no abandonar el libreto, intenta movilizar a sus bases con un discurso anti imperialista desfasado y demagógico. El Presidente Ortega lo que debería de hacer, luego de tan lamentable olvido por más de cuatro años, es llevar a los “enemigos imperialistas” a La Haya nuevamente, acusarlos y si se resisten a pagar, cortar relaciones diplomáticas con ellos, amén de echarle las “turbas divinas” a la sede de la Embajada Americana, de lo que ya se tiene sobrada experiencia. Si tanto habla de dignidad y soberanía nacional, que actúe más y hable menos.
Lo que pasa es que una cosa es el discurso y otra la cruda realidad. La gravísima enfermedad de Hugo Chávez lo ha hecho poner los pies sobre la tierra y sabe que ante la eventual desaparición de su patrocinador, quedaría huérfano de plata y de padrinazgo político – ideológico y pelearse con los gringos en estas condiciones sería la peor locura, máxime con la presión que están ejerciendo los Republicanos, que nada tienen que ver con la blandenguería y la excesiva tolerancia del Presidente Obama y su Gabinete.
Finalmente y como para no perder la costumbre, viola una vez más la Constitución Política, haciendo el velado anuncio de que la Comisionada Aminta Granera se queda en su cargo un período más. Pasa encima de la Ley de la Policía Nacional y su Reglamento Interno, el cual había sido reformado convenientemente por el Presidente Ortega, con la única finalidad de dar tiempo a que su elegido y consuegro esté en la línea de sucesión, para guardar, aunque sea solo por esta vez, las apariencias.
Lo extraño de esta anómala situación, es la complacencia de la Comisionada Granera ante semejante atropello al orden jurídico que rige los plazos de retiro de los mandos de la institución policial. Esto constituye, por enésima vez, la cooptación de la Policía Nacional en un proceso que se inició en Enero del año 2007 y que se ha venido desarrollando consistentemente en todo este tiempo. Un proceso de demolición de la institucionalidad, la credibilidad y el respeto que con tanto esfuerzo y sacrificio se había venido construyendo y que muy aceleradamente el cuerpo policial ha ido perdiendo.
En resumen, este año la celebración del 32 Aniversario del triunfo de la Revolución nos trajo más de lo mismo, solo que esta vez aumentado y corregido. Falsa e hipócrita religiosidad, antiimperialismo para bobos y más autoritarismo y violación a la Constitución. Veremos que dice el pueblo nicaragüense el próximo 6 de Noviembre en el mejor de los referéndums, las Elecciones Nacionales. Si quiere un gobierno serio y responsable, Un Gobierno Para Todos, o continuar cinco años más de disparates y de relajo institucional.
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