Haciendo un poco de memoria, en el mes de Agosto del 2012 habíamos escrito
dos artículos titulados “De tontos nada, de demagogos mucho” para analizar la incursión de
la familia presidencial en los negocios de la industria energética y
planteábamos que dicha incursión se basaba en la creación de monopolios,
amparados en el abuso del poder y en la usufructo particular de la cooperación
venezolana. Reseñábamos como se había consolidado el monopolio de la
importación de petróleo, al ser ellos y solamente ellos los únicos importadores
del petróleo venezolano, cuyo precio, no está demás repetirlo, es en promedio
10 dólares más caro que el WTI, el petróleo de Texas, que es el de referencia
nuestro. 10 millones de barriles anuales implican arrancar con 100 millones de
dólares como “ingresos extras”, lo cual no está mal para los nuevos empresarios
que todavía no tienen una gran experiencia en estos asuntos de los negocios.
Que tal cuando la tengan!
Por otra parte, analizábamos en los mismos artículos, que adicional al
monopolio de la importación del crudo, disponen del 100 % de la capacidad
instalada para el almacenamiento del petróleo venezolano y el 30 % de la cuota
de mercado de la distribución de combustible, gracias a la “nacionalización”
por parte del estado y posteriormente privatizados ilegalmente, ahora por la fammilia, todos los activos que manejaba
la compañía Glencore, lo que significa que de cada 100 litros de combustible
que se venden en el país, 30 litros lo venden ellos a través de la red de lo
que en su momento era Petronic. De no ser por Puma y Uno, las otras dos grandes
distribuidoras de combustible, y el refinamiento, tendrían el monopolio
completo y cerrado el círculo en relación a la estratégica industria del
combustible en nuestro país. Algo sumamente peligrosísimo para los intereses
nacionales.
Pero como el asunto no para ahí, también analizábamos que la fammilia se ha diversificado en la misma
industria energética, ya que lo que sobra es dinero para hacerlo. Han
incursionado en el sector de la generación eléctrica. Por arte de magia, aunque
no fue precisamente un acto de magia haber privatizado, otra vez de manera
ilegal, las plantas donadas por Taiwán y Venezuela, pasaron de la noche a la
mañana en convertirse en los más grandes generadores de energía en Nicaragua.
600 MW de capacidad instalada y próximos
a pasar a los 900 MW gracias a Tumarin, Alba Geo y Alba Vientos, la planta
hidroeléctrica más cara del mundo, relativamente hablando, el proyecto geo
térmico y el proyecto eólico respectivamente, en los que invertirán este año. Con
esa capacidad, serían uno de los mayores generadores de energía a nivel
centroamericano. Con unos cuantos generadores que existen en el país, esta
industria en la práctica se comporta como un Oligopolio, sin embargo, todas
ellas le venden la energia al único distribuidor que existe en el país, Gas
Natural, anteriormente Unión Fenosa, en las que el Estado nicaragüense tiene el
16 % de las acciones, con la particularidad de que el Estado está representado
por el Tesorero del partido de gobierno, como una prueba palpable de la
confusión familia – estado - partido.
En estas condiciones, lo único que haría
falta para cerrar el círculo de esta estructura monopólica en la industria energética
es copar el mercado de la distribución, en manos, como decíamos, de Gas
Natural, empresa de capital transnacional español, que como se informaba en el
mes de Agosto del año pasado, presentaba problemas de pérdida de energía, las
que se ubicaban en 55 Millones de Dólares anuales, además tenían la deuda con
Alba Generación en concepto de compra de energía, que sumaba 80 Millones de
Dólares y a esta había que agregar la deuda con bancos y proveedores de
energía, de aproximadamente 70 Millones de Dólares. Hablabamos en Agosto del
2012, de 205 Millones de Dólares entre pérdidas y deudas, en una empresa cuyas
operaciones están valoradas en 340 Millones de Dólares en todo el país. El pronóstico
hecho en aquel entonces, de que la fammilia
le había echado el ojo a Gas Natural, como el eslabón final para tener el
control total de la industria energética en el país, seis meses después se
confirma.
Es cuestión de tiempo saber quiénes son los encargados de dar la cara por
ellos, ya que la empresa española TSK desmintió que fueran los testaferros de
esta operación. Lo que sí está claro es que la familia presidencial tiene su
propio Plan B: Volverse imprescindibles en la economía nacional, incrustándose en
sectores estratégicos de la economía mediante la conformación de estructuras monopólicas,
de tal forma que cualquier gobierno que llegue al poder en el futuro sea un rehén
de esta gente, ya que si antes, durante los 16 años de gobierno libero –
conservadores, los pusieron de rodillas mediante asonadas, ahora serán más
sutiles y la presión será por la vía económica.
Una vez más la puesta en práctica de la vieja escuela de los dinosaurios
del PRI mexicano: “Un Político Pobre, es
un Pobre Político”. Y como siempre, tendrán gente a su alrededor que los aplauda
y estimule, porque precisamente provienen de esa escuela corrupta. Gente
acostumbrada a vivir de Hinojos, es
decir postrados, de rodillas, sin dignidad, agachados, esperando que el gran patrón
les felicite por cumplir la triste tarea de servir de ciegos corifeos de la
danza millonaria, nacida de la corruptela, de la rapiña, del robo de los
caudales públicos. No dudamos que este monopolio se consolidará y a pasos rápidos,
pues la carrera es contra el tiempo, el poco tiempo que le queda al Gran
Benefactor. Tampoco dudamos que dicho monopolio en nada beneficiará el pueblo pobre,
porque independientemente que se dé el famoso cambio de la Matriz Energética de
la que mucho se habla, las deudas que hay que pagar al prestamista oficial de
la fammilia es tanta, que las tarifas
de la energía eléctrica que pagamos todos los nicaragüenses no disminuirán en
los próximos 30 años, según palabras de ellos mismos. Y a esto, como dice
Tijerino, póngale sello.
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