Luego
de un prolongado y obligado receso, reiniciamos nuestros escritos ya con el
panorama electoral bastante despejado, enfocando nuestro análisis en el proceso
electoral que se nos avecina en noviembre del año en curso, con el principal
objetivo de proporcionar una idea más clara de lo que se debatirá en los meses
que faltan para dichos comicios. En cuatro entregas, analizaremos dicho proceso
electoral, iniciando con el Entorno
Internacional que tiene que tomar en cuenta el régimen de Ortega para tomar
las decisiones necesarias que puedan legitimar los resultados de las próximas
elecciones. En una segunda entrega analizaremos las Obligaciones del CSE para llevar a cabo comicios justos, limpios y
transparentes, en tanto institución del estado encargada por ley de
proporcionar a la ciudadanía las condiciones necesarias para que la justa
electoral cumpla con los estándares aceptables para la comunidad internacional
y satisfagan a los votantes nicaragüenses. En una tercera entrega haremos el
análisis de la situación a lo interno del partido de gobierno y la crisis que
atraviesa, imperceptible para unos, más clara para otros, pero que al final del
día tratan de resolver haciendo uso del enorme eco del pool mediático del
régimen, que nos quiere vender, una vez más, el mito de su invencibilidad. Finalmente,
analizaremos en la cuarte entrega, los dilemas en que se debate la oposición
para enfrentar al orteguismo.
ARGENTINA:
EL PRIMER DESGRANE DE LA MAZORCA LATINOAMERICANA
La
mayoría de los politólogos coinciden en que la historia política en
Latinoamérica se ha vivido por ciclos, algunos de ellos tutelados e inducidos
por las conveniencias e intereses de los Estados Unidos de América. El ciclo de
las dictaduras militares, la Política de Seguridad Nacional y el fantasma del
comunismo; el ciclo de las luchas revolucionarias y su culmen, la victoria sandinista
del 79; el ciclo del Neoliberalismo; el ciclo del Socialismo del Siglo XXI y la
reivindicación política de las masas populares; y finalmente, el inicio de un
nuevo ciclo, el retorno de los regímenes de derecha, ante el fracaso político,
económico y moral de sus antecesores inmediatos.
Argentina,
con la victoria de Mauricio Macri se inscribe en el inicio de este nuevo ciclo
en Latinoamérica, ante el cansancio de los argentinos por la corruptela que
significaron los nueve años de Kirchnerismo, una época de enriquecimiento
ilícito desmedido a costa del erario público, de trafico de influencias, de
asesinatos políticos, de contubernio con el terrorismo internacional y de la
falsedad de un liderazgo que promulgaba por un lado su adhesión a la causa de
los pobres, pero por el otro hacia totalmente lo contrario, por un lado
satanizaba la corrupción de los gobiernos anteriores, pero por el otro hacia
exactamente lo mismo que sus antecesores. La victoria de Macri es señalada por
muchos como la expresión del inicio de un nuevo ciclo que se comienza a vivirse
en Latinoamérica, el ciclo de regímenes de derecha que vienen a sustituir a los
regímenes de izquierda o que se consideraban a sí mismos como de izquierda, moralizando
a los partidos de la derecha latinoamericana y señalando el camino hacia nuevos
derroteros. La llegada de Macri al poder elimina una aliada de quienes basaron
en el populismo y el autoritarismo su principal estrategia para gobernar. Un voto
cómplice menos en la OEA y una voz crítica en el concierto latinoamericano.
BRASIL:
UNA CAIDA ANUNCIADA
El
segundo deshoje de la margarita política latinoamericana es Brasil. El gigante
de Sudamérica se debate entre el enjuiciamiento político a la mandataria Dilma
Russef y la prolongación de la agonía de un régimen que resultó igualmente
corrupto que todos los que proliferaron durante la época de la dictadura
militar, entre 1964 y 1985. Luis Ignacio Lula da Silva, el carismático obrero
metalúrgico devenido en presidente constitucional durante el periodo entre el
2003 y el 2010, fue una figura clave en el posicionamiento de su país como
potencia económica mundial, pero igualmente cayó en las garras de la corrupción
y los cantos de sirena del enriquecimiento ilícito, a pesar de una gestión
política y económica exitosa que sacó de la pobreza extrema a millones de
brasileños. El escándalo de PETROBRAS lo señala como uno de los principales receptores
del desvío ilegal de miles de millones de dólares, en una orgia de corrupción
en la que aparece la empresa constructora más grande de Latinoamérica, Odebrecht
SA, favorecida mediante el tráfico de influencias del expresidente, con contratos
dentro y fuera del país, además del señalamiento de su hijo como dueño del hato
ganadero más grande del continente americano: 850,000 reses acumulado en poco
menos de 10 años.
Dilma,
heredera política de Lula arrastra también los señalamientos de corrupción,
expresados masivamente por la población brasileña antes del mundial de futbol y
ahora, antes del inicio de las Olimpiadas de Rio de Janeiro. Dejada a la deriva
por su principal aliado político, el PMDB, nadie duda que el juicio político o
Impeachment en su contra será impulsado en el Congreso brasileño, luego que la
comisión creada para tal efecto lo recomendara, por lo que luego de su votación
pasaría al Senado, donde es casi segura la derrota de la actual presidenta. Una
baja menos en el panorama político de la izquierda latinoamericana y un mal
ejemplo que la deja mal parada.
EL
PRAGMATISMO CUBANO
El
otro caso, dramático para la izquierda latinoamericana, fue el protagonizado
por Cuba y sus no tan secretos acercamientos con delegados del gobierno de los
Estados Unidos, que finalmente cristalizaron en lo que ya todos conocemos.
Mientras otros, incluido el de aquí, gritaban vituperios en contra del
“Imperialismo Norteamericano”, los cubanos fingían demencia ante tanta alharaca
incómoda dado lo que venían construyendo. Luego de sufrir lo indecible,
posterior a la caída de la Unión Soviética, se subieron a la tabla de salvación
que les llegó desde Venezuela de la mano de Hugo Chávez y por casi dos décadas
lograron superar los escollos económicos que el bloqueo norteamericano imponía
al pueblo cubano. Posterior a la muerte de Chávez, manejar la política
venezolana con alguien tan incapaz al frente de la misma, resultó sumamente complicado
hasta para ellos, por lo que, advertidos de la debacle del régimen de Maduro,
han preferido, con el pragmatismo que los caracteriza, construir un buen
arreglo con los norteamericanos que les abra las puertas a los mercados e
inversionistas norteamericanos y lo más importante, finalizar el bloqueo de más
de medio siglo. La aceptación del fracaso del régimen, después de 57 años, debe
de resultar dramático para quienes lo tenían como el referente político por
casi seis décadas, aunque a decir verdad, para otros, con la llegada del aluvión
de los petrodólares, el modelo cubano era nada más que un triste recuerdo.
EL
SOCIALISMO DEL SIGLO XXI: EL FRACASO DE UN SISTEMA FRACASADO
El
experimento cubano en Venezuela llegó a su fin con la muerte de Hugo Chávez. El
Socialismo del Siglo XXI no era ninguna ideología, aunque sus creadores
pretendieron darle esa categoría, simplemente era la compra de influencia política
a cambio de petróleo barato. La mayoría de los socios que participaron en la
creación del “club” lo hicieron más pensando en la plata que llegaría a manos
llenas y las posibilidades de enriquecerse más fácilmente sin tener que robarle
al presupuesto nacional. Total, era plata que llegaba de afuera y a como dice
el dicho “Fiado y regalado, hasta caer morado”. Al final del día, ante tanto
desmadre económico, el fracaso político del régimen que le dio vida al modelo “sociolista”
estaba a las puertas, por lo que el gobierno de Nicolás Maduro, presa de sus
propios demonios, espera pacientemente su triste final y darle con él la última
palada de tierra al engendro que sus mentores, Chávez y Fidel, crearon. Sera el
fin de un modelo que se aprovechó de las libertades que encontraron en la
democracia para enquistar regímenes corruptos, autoritarios y dictatoriales,
pero además significa la pérdida de una bandera que resulto más falsa que un
billete de cuatro pesos.
LA
OEA: DE UNA DIRECCION INSULSA A LA DIGNIDAD DE ALMAGRO
Miguel
Insulza resultó un fraude para los pueblos latinoamericanos que se debatían y
se debaten aun entre el populismo y el autoritarismo de gobernantes que se
dicen de izquierda, pero que son más derechistas que cualquiera en la historia.
Si antes Fidel y el Che señalaban a la OEA como el “Ministerio de Colonias de
los yanquis”, con Insulsa se convirtió en el súper ministerio del Socialismo
del Siglo XXI impulsado por Chávez. Jamás se enteró de la demolición del estado
de derecho, de la democracia y de la institucionalidad en todos los países
miembros del “club”, jamás se dio cuenta de los continuos fraudes electorales,
le dio terror enfrentar a Chávez y su legión de votos sumisos en la
Organización de Estados Americanos. La llegada de Luis Almagro, ex canciller
uruguayo del único buen ejemplo de la verdadera izquierda en Latinoamérica, ha
permitido la entrada de aire fresco en la OEA. Ahora existe un ojo crítico, no
un socio complaciente. Los procesos electorales no serán más legitimados con
una llamada desde Caracas. Ahora habrá que poner la barba en remojo antes de
robarse otras elecciones. Una cosa es un fraude con Insulsa y otra con
Almagro.
LA
CRISIS DE LOS MIGRANTES CUBANOS Y EL AISLAMIENTO DE ORTEGA
La migración
masiva de los ciudadanos cubanos que buscan como llegar a los Estados Unidos
atravesando Centroamérica dejó en evidencia la sumisión del régimen de Ortega
ante el gobierno cubano, pero además, dejó al descubierto su servilismo para
congraciarse con el gobierno norteamericano, convirtiéndose de hecho en el solícito
guardián de la frontera centroamericana del país del norte. Su alevosa actitud
y las groseras acciones en contra de los migrantes cubanos le sirvieron para
ganarse el repudio y el aislamiento en Centroamérica, ya que los demás países tuvieron
que hacer un puente aéreo y marítimo para no pasar por tierras nicaragüenses y
que los migrantes pudieran llegar a suelo norteamericano, cuyo gobierno había anunciado
su venia para recibirlos. Con sus acciones, el régimen orteguista quedó muy mal
parado ante sus colegas del istmo por lo que habrá que esperar que la factura
le sea pasada en el momento que pretenda legitimar unas elecciones
fraudulentas.
ELECCIONES
USA: APOSTANDO AL MAL MENOR
Finalmente,
en el escenario internacional, uno de los elementos más importantes a tomar en
cuenta por el régimen de Ortega en noviembre de este año son las elecciones en
los Estados Unidos de América. El peor escenario que contemplan es llegar al
poder con Donald Trump como presidente; igualmente, aunque menos complicado resultará
gobernar con Hillary Clinton en la presidencia y el sueño dorado seria tener
como contraparte norteamericana una administración liderada por Bernie Sanders,
de quien se dice tiene hasta carnet de los CPC. El retraso del llamado a
elecciones por parte del CSE, en parte obedece a tener la mayor certeza posible
de quien será el potencial gobernante en el país del norte y por consiguiente
con quien se deberá sentar a negociar en un eventual gobierno. Se ve muy difícil
la llegada de Trump al poder, lo más probable será que tendrán que vérselas con
la Sra. Clinton, de quien habrá que recordar, fue la que promovió la finalización
de la Cuenta Reto del Milenio debido al fraude electoral en las elecciones
municipales del 2012. El escenario de un
fraude electoral siempre está presente, pero una cosa es un fraude con Clinton
en el poder y otra con Sanders.
Vistas
así las cosas, el régimen de Ortega poco a poco se va quedando sin amigos y sin
la plata que antes llegaba a mares. El debate, en parte, es si permitirá
observación electoral o acompañamiento, si harán el mismo relajo fraudulento
que hicieron en el 2011 y el 2012, si hará los cambios en el sistema electoral
que advirtieron las misiones de observación electoral de la UE y de la OEA. La
mesa estaría servida en el plano internacional y es Ortega quien tiene la última
palabra.
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