SITUACION
INICIAL DEL PROCESO DE NEGOCIACION
1.- La composición del
equipo negociador esta desbalanceada pues hay mayor presencia del sector
empresarial, quizás como consecuencia lógica de la reunión entre el Gran
Capital, el Nuncio Apostólico y el Cardenal Brenes. Esto, evidentemente le
resto representatividad y legitimidad ante una población excesivamente
desconfiada y ansiosa de resultados inmediatos.
2.- El proceso de
negociación es legítimo, pues además de ser la única opción que apoya la
comunidad internacional, no existen condiciones para otro tipo de soluciones,
me refiero a aventuras de lucha armada. Por lo tanto, se debe continuar el
esfuerzo negociador, pero luego de un exigido replanteamiento del mismo.
3.- El proceso de definición
de la Hoja de Ruta, el elemento fundamental antes de iniciar la negociación, es
dominada por Ortega, imponiendo sus condiciones, lo cual es hasta lógico, toda
vez que es a él a quien se le estaría arrancando la principal demanda nacional,
su salida del poder. Creer otra cosa, basada en la correlación de fuerzas internas
antes del sábado, es un error.
4.- La salida de la Alianza
de los representantes del Movimiento Campesino y el retiro temporal de los
estudiantes y de los Movimientos Sociales daña la credibilidad de la ACJD,
además de restarle fuerza a cualquier decisión que tomen. Evidentemente, Ortega
está detrás de todo este esfuerzo, tanto de la composición del equipo
negociador, como de todas las acciones encaminadas a dinamitar la credibilidad
de la ACJD. La salida de los sectores antes mencionado no hace más que
debilitar cualquier proceso negociador de una parte y fortalece a la otra, en
este caso a Ortega.
5.- El cronograma de salida
de los secuestrados políticos negociado con el gobierno no fue cumplido por
este, evidentemente para dejar en mal predicado a la ACJD, lo cual se cumplió
en su totalidad pues los ataques a esta arreciaron al máximo. El mayor problema
de la ACJD es haber dicho lo que iba a hacer, no volver a la mesa de negociaciones
condicionando el regreso a la salida de TODOS los secuestrados políticos, y no
hacerlo. Esto lo hace quedar muy mal ante la oposición de adentro y de afuera
del país.
6.- La UNAB vive un proceso
de reacomodamiento e indecisiones a lo interno. El hecho de plantearse la
composición del Consejo Político dando plazo hasta el 6 de marzo y no
cumplirse, deja un mal sabor a lo interno y de cara al exilio. Esto lo que hace
es incrementar la percepción de la ciudadanía de la ausencia de liderazgo y permite
a sectores vinculados a los partidos tradicionales y a los detractores de la
UNAB y de la ACJD a sacar provecho de esta situación.
CONCLUSIONES
A LA SITUACION INICIAL
1.- Ortega tiene una clara
idea de sus objetivos y de la debilidad de la UNAB y de la ACJD. Ha trabajado
consistentemente en función de alcanzar dichos objetivos, torpedeando de paso
la credibilidad de su contraparte en la mesa de negociaciones.
2.- La ACJD no tiene una
estrategia clara de negociación, está supeditando sus decisiones, en
parte, a los intereses del sector
empresarial, más proclive a la búsqueda de acuerdos rápidos.
3.- Toda indecisión o falta
de decisiones consensuadas, afecta la credibilidad y apoyo de la población lo
cual es grave ya que le quita legitimidad y fortalece a los sectores que
adversan a la UNAB y ACJD.
4.- La ACJD debe volver al
objetivo fundamental, la salida de Ortega. Los secuestrados políticos deben
salir como acción previa a la negociación, tal a como fue expresado por la
CIDH, MESENI, GIEI, ACNUDH, UE y otros. El objetivo principal de la negociación
NO SON los secuestrados políticos, es la SALIDA DE ORTEGA DEL PODER.
QUE
EVIDENCIO LA MARCHA DEL SABADO 16 DE MARZO?
1.- Si fue algo planificado
o no, la realidad es que Ortega cayó en la trampa de la marcha, ya que se puso
a prueba, de cara a la comunidad internacional, su voluntad represora, grave en
el contexto de un proceso de negociación. Las acciones de la policía y los
paramilitares dieron al traste con el lobby internacional que venía
desarrollando el régimen, tratando de convencerlos de su “buena voluntad” de
llegar a acuerdos satisfactorios para todos en el corto plazo.
2.- Es claro que la situación
creada durante la marcha fallida desnudó la contradicción manifiesta en el seno
del orteguismo a todos los niveles. En el sector de base, paramilitar y más
radical, se evidenció con mayor profundidad el desconcierto. No bastó el
comunicado de la policía desautorizando la marcha, no vieron contundencia ni
señales más claras de la cúpula del poder, llámese Daniel y Rosario. La salida
en horas de la noche de los capturados el sábado, no hace más que incrementar
el desconcierto de los fanáticos orteguistas. No se explican que los llamados
terroristas, golpistas, que han desafiado al régimen y a ellos mismos, después
de haber sido entrenados militarmente para sofocar cualquier levantamiento,
marchen, sean capturados y luego dejados en libertad. Esto podría desembocar en
un peligroso estado de anarquía, toda vez que dichos sectores están armados y
en un futuro no muy lejano podrían decidir operar por cuenta propia, poniendo
en riesgo, en primer lugar, a los secuestrados que se encuentran en régimen de
casa por cárcel y en segundo lugar, a los mismos jerarcas del régimen, a
quienes verían como los que si alcanzarán en el avión, dejándolos a ellos en la
estacada.
3.- Queda totalmente claro
que Ortega solo se mantiene por la fuerza de las armas. Ha perdido las calles,
independientemente de la retoma de las mismas en las Operaciones Limpieza del
mes de Julio pasado. La vuelta a las calles de una parte de la población de
Managua el sábado, aunque pequeña en comparación con las marchas de los
primeros meses de la rebelión cívica ciudadana, fue lo suficientemente
importante para moralizar a toda la población. Ortega sabe que si permite que
el pueblo se exprese con libertad, nuevamente cientos de miles marcharán como
en los primeros meses de la lucha cívica.
La marcha cumplió dos objetivos de cara a nuestros intereses: medir el
pulso de la gente de cara a la calle y reposicionar a la UNAB ante la población
nicaragüense. Ambos casos arrojan resultados muy positivos.
TAREAS
PENDIENTES
1.- Recomponer al ACJD. Se
debe y se tiene que disminuir el peso del sector empresarial y darle mayor peso
a la representación de los otros sectores. Tres delegados empresariales es
demasiado. La representación del Movimiento Campesino debe y tiene que volver a
la mesa de negociaciones y por un problema de confianza, sacar a las personas
que han sido señaladas por la ciudadanía de ser afectos al régimen. Debería estar una de las secuestradas políticas
dejadas en libertad, como una muestra de buena fe de la ACJD ante la población.
2.- La ACJD NO
puede regresar a la mesa de negociaciones si antes el régimen no ha dado
libertad a TODOS los secuestrados políticos. La represión del sábado deja
en una debilidad extrema al régimen. No es válido el argumento de que hay
algunos que ya están juzgados por delitos cometidos en el contexto de las
protestas. Un miembro de la CSJ, el ex magistrado Rafael Solís, ha declarado la
invalidez de todos los juicios y acusaciones, ya que todas las sentencias
fueron elaboradas en El Carmen, anulando las competencias de los tribunales de
justicia. A como dice el refrán: A confesión de partes, relevo de pruebas. La
calendarización de la salida de los secuestrados debe ser pública y certificada
por la OEA, la Nunciatura y los Estados Unidos.
3.- La UNAB y la ACJD deberían
de iniciar a lo inmediato un proceso de denuncia de la represión vivida el día
sábado a nivel internacional, empezando por el Cuerpo Diplomático acreditado en
nuestro país. Hay suficientes pruebas gráficas para demostrarlo. Igualmente,
las Caravanas de Denuncias que están en el exterior, deberían usar todos los
testimonios gráficos para fortalecer el proceso de denuncia internacional.
4.- Se debe hacer mayor
presión a Ortega para la salida de todos los secuestrados políticos y para llegar
a acuerdos en relación a las elecciones adelantadas, solicitando se aceleren
las sanciones de parte de la UE, los Estados Unidos y la OEA. En el caso de
esta última, debe continuar con el proceso de aplicación de la Carta
Democrática Interamericana. Hay que entender que Ortega no sabe de buenas
razones, está acostumbrado a negociar al filo de la navaja y al borde del
abismo, solo que esta vez tenemos que estar claros que es EL quien está del
lado del abismo. Si no sabemos aprovechar esto le estaríamos dando una señal
equivocada al pueblo nicaragüenses, dando la razón a quienes se oponen
fervientemente a la negociación, a la UNAB, a la ACJD y a todos los demás, en
tanto no sean ellos los protagonistas.
5.- Finalmente, se debe
volver a interiorizar que el objetivo principal de esta negociación es la salida
de Ortega del poder. La vuelta a la Mesa de Negociaciones debe dejar
claramente establecido que el único tema de agenda es la calendarización de las
elecciones adelantadas y la salida del poder de Ortega y su familia. Establecer
esto es fundamental para terminar de fracturar la base de apoyo del régimen,
una vez que estos se den cuenta que en el avión no alcanzarán todos y al igual
que posterior a la salida de Somoza el 17 de Julio de 1979, el resto quedará abandonado
a su suerte.
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