BOLETIN A FONDO CON ROBERTO SAMCAM. EDICION N° 24

EDITORIAL: EL RELEVO DE LA SECTA. ¿O LA BURLA A LOS HISTORICOS?

Por: Ing. Roberto Samcam Ruiz. Mayor en Retiro.

Durante la celebración del 1 de Mayo recién pasado, Dia Internacional de los Trabajadores, (celebrado por alguien que en su vida ha trabajado), Daniel Ortega habló del relevo de lo que él llama “El Partido”, refiriéndose con esto a la secta fanatizada en que han convertido lo que otrora fuera realmente un partido de masas y que encabezó la Revolución Popular Sandinista durante los años que duró. Luego de finalizada esta, el FSLN comenzó un proceso de descomposición encabezado por Ortega, que mantuvo en jaque a los tres gobiernos democráticos que la sucedieron, pero que además purgó a todos los que se opusieron al control absoluto que pretendía (y al final logró), para su beneficio personal, familiar y el de una claque que se mantuvo fiel a quien les garantizaba vivir del erario público.

Durante años, más concretamente los 16 años de la sequía del poder, dependieron para las asonadas y acciones delincuenciales en contra de los gobiernos de la época, de todos aquellos que aún creían en los cantos de sirena que en las plazas lanzaban a los cuatro vientos, los eternos entonadores de las canciones revolucionarias que evocaba un pasado “glorioso”, los fieles seguidores del “líder de los pobres” y los nostálgicos de una revolución que se alzaría nuevamente sobre las cenizas del neo liberalismo, el capitalismo salvaje y el Imperialismo Norteamericano. Eran la “carne de cañón” que únicamente servía para presionar al gobernante de turno, a fin de que las dentelladas que el grupo alrededor de Ortega hacía, no tuvieran respuesta y cedieran a las demandas o exigencias planteadas, cobijadas bajo el sagrado nombre de “proteger las conquistas de la revolución” y que generalmente estaban asociados a obtener mas prebendas, como el famoso intercambio de la CORNAP por el APP, o la devolución de empresas que no quedaban en manos de los obreros, pero si eran obtenidas en nombre de ellos, o sencillamente arrancar un trozo más del pastel, a costa de la amenaza o el chantaje. Aquí cabían retirados del Ejercito, del Ministerio del Interior, desmovilizados del SMP, cooperativas de cualquier cosa, pobladores pobres y marginados, así como los grupos de presión institucionalizados, ANDEN, UNEN, FETSALUD, entre otros.

Llegó el retorno al poder en el 2007 y la esperanza del “reconocimiento al sacrificio de los 16 años” era esperada por los “borregos de desfile”, sin embargo, esto estaba lejos de suceder y el partido ya convertido en una banda delincuencial, mutó en una secta que combinaba la política, prácticas supuestamente católicas, magia de varios colores, esoterismo y otras hierbas, en la que había un Líder y la Suprema Sacerdotisa. No cabían los “Históricos” y pasaron a ser los “Histéricos”, los elegidos eran unos jóvenes que se hacían llamar JS-19 de Julio, desplazando a los primeros de los ansiados puestos en el gobierno, en el estado y en los entes “autónomos”. Los de mayor trayectoria, guerrilleros de la lucha contra Somoza, dirigentes en los años 80’s y que fueron fieles a Ortega en los famosos 16 años, se consideraban los llamados a ser el relevo partidario y del poder, pero nunca entendieron que eran un estorbo para la “Suprema”, precisamente por eso, por tener la trayectoria de la que ella adolecía, y fueron apartados. Ya no eran históricos, eran historia.

Muchos de estos históricos, histéricos e histriónicos, como le gusta clasificarlos a un estimado amigo, tampoco entendieron que los dictadores no preparan relevos fuera de la familia, primero, porque se creen eternos, segundo, porque no confían en nadie fuera del entorno familiar y tercero, porque han acumulado un enorme capital a base del robo y el pillaje a los fondos públicos, el cual debe quedar siempre dentro de la familia. El relevo es familiar, y lo ha dejado muy claro Ortega el 30 de abril recién pasado. Al entendido por señas, los únicos jóvenes llamados a sucederle en el poder son sus hijos, vagos y parásitos profesionales, sin más méritos que ser sus hijos, aunque todavía no está muy claro el papel de la Rosario en esta sucesión, por los anticuerpos que genera en el ejército, fundamentalmente, y entre la legión de apartados, los de historias pasadas, que han jurado hasta con los dedos de los pies que nomás esperan que Daniel “haga el tránsito hacia la inmortalidad”, para ajustar cuentas con la causante de todas sus desgracias, miserias y frustraciones. 

ASALTO Y ROBO DE DOCUMENTOS EN SEDE DE LA OEA CAUSA ESTUPOR INTERNACIONAL

Por: Stylianos Ramos.

Una vez más, la actuación de la dictadura de los Ortega Murillo mete en vergüenza a toda Nicaragua, al actuar como ladrones en pleno día, asaltando una sede diplomática, como es la representación en Managua de la Organización de Estados Americanos, OEA. La dictadura no respetó la más mínima forma para cometer el atropello al derecho internacional público, a la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas, al Acuerdo Sede suscrito entre la OEA y el Estado, ni al Acuerdo bilateral sobre el régimen de inmunidades y privilegios suscrito también entre la OEA y el Estado de Nicaragua.

La abrupta actuación de la dictadura orteguista fue un acto, como los muchos en los cuales atropella derechos, causa daños y perjudica a terceros. No sólo bastó cerrar intempestiva y unilateralmente una representación diplomática internacional, sino que, de paso, y como para darle carácter circense y mostrar que ellos “no se andan con vainas”, deciden confiscar de hecho el local, asaltan el local, se roban los archivos, y ya cuando han causado un escándalo mundial reparan en que han metido la pata y comienza a fase de “control de daños”.

Una dictadura de por sí es un régimen de excepción y su característica principal es estar al margen del derecho y principalmente de los Derechos Humanos, de ahí que no le importe ni los daños que causa a los presos políticos, a quienes le infringen daños y somete a tratos crueles; tampoco parece importarles que quienes en el pasado, tanto nacional como internacionalmente, sentían alguna atracción por la lucha contra la dictadura de Somoza, hoy sientan la misma repulsión que sentían hacia dicha dictadura. La razón de esa desvergüenza es que esta dictadura se ha convertido en un Cartel del Crimen Organizado incrustado en el Estado; sólo eso explica el salvaje asalto a las oficinas de la OEA y el robo de documentos.

Debido al daño causado a los propietarios del inmueble y para no demostrar “debilidad” ante su fanaticada prebendaria, han decidido inventar una salida burda, como es declarar de utilidad pública un bien que no presta el más mínimo mérito para sostener la “función social” que alegan, no solo porque la zona es exclusivamente residencial, donde los únicos pobres que circulan por el sector son obreros, empleadas domésticas, choferes y vendedores ambulantes que se ganan dignamente sus sustento, además de los promesantes de santo Domingo en agosto de cada año.

La Ley 229, “Ley de Expropiación”, publicada en La Gaceta No. 51 del 9 de marzo de 1976 (vigente a la fecha), establece un procedimiento administrativo que contempla el derecho del afectado a oponerse al intento de expropiar su bien, así como la necesidad de que el Estado justifique mediante un estudio técnico la viabilidad de la expropiación, así como el aspecto “social” del proyecto. Dicho procedimiento contempla una fase de negociación del monto de la indemnización, y sólo si no se llega a una arreglo satisfactorio, el Estado opta por impulsar un juicio de expropiación forzosa ante un juez de distrito civil conforme las normas procesales, lo que implica contestación de la demanda, apertura a pruebas, nombramiento de un perito valuador (e incluso hasta tres peritos), porque el objetivo es que la expropiación se haga “previo pago en efectivo de una justa indemnización”, tal a como lo establece el Artículo 44 de la Constitución; artículo que además prohíbe expresamente la confiscación, todo lo cual fue olímpicamente obviado y transgredido por los Ortega y Murillo.

Con toda seguridad, el bochorno creado por la dictadura contra la sede diplomática de la OEA es motivos de asombro por los juristas y estudiantes de derecho a nivel mundial. Posiblemente, las cátedras de Derecho y de Relaciones Internacionales de los países de América Latina, España, Portugal y de otros países, incorporarán esta acción como tema de estudio, por lo que la actual y efímera dictadura nicaragüense será recordada igual que cuando los fanáticos iraníes se tomaron la embajada de EE. UU. en Teherán, o cuando los “Kaibiles” guatemaltecos asaltaron la embajada de España en Guatemala y masacraron a los campesinos que se habían refugiado en ella. Es decir, serán recordado como asaltantes, ladrones, genocidas y salvajes.

El régimen de los Ortega – Murillo hasta el papel higiénico asaltó en la sede de la OEA en Managua

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ASALTO A LA SEDE DE LA OEA EN MANAGUA.

Por: Christy Melissa

Las sedes diplomáticas tienen una característica particular: son inviolables. Las autoridades gubernamentales no tienen la autoridad para ingresar a las instalaciones de organizaciones o instituciones que gocen de protección internacional. El pasado 24 de abril de 2022, el canciller Denis Moncada anunció la expulsión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) de Nicaragua, así como el retiro de las credenciales de sus diplomáticos para cumplir misión en el país, reiterando también el desconocimiento del instrumento constitutivo de la organización, llamándole instrumento diabólico y procediendo al cierre y confiscación de sus oficinas.

Los actos antes mencionados ejecutados por el Estado de Nicaragua corresponden no solo a una violación a convenios y tratados internacionales sino también a un hecho sin precedente en materia de Derecho Internacional. La Convención de Viena de 1961 regula la inviolabilidad de las sedes diplomáticas, señalando que incluso en caso de conflictos o guerras, la inviolabilidad de un recinto diplomático se respeta.

El artículo 21 de la Convención de Viena señala que: "Los locales de la misión son inviolables. Los agentes del Estado receptor no podrán penetrar en ellos sin consentimiento del jefe de la misión". El Convenio de Viena sobre relaciones consulares de 1963 es aún más claro: "Los locales consulares gozarán de la inviolabilidad que les concede este artículo. Las autoridades del Estado receptor no podrán penetrar en la parte de los locales consulares que se utilice exclusivamente para el trabajo de la oficina consular, salvo con el consentimiento del jefe de la oficina consular. El Estado receptor tendrá la obligación especial de adoptar todas las medidas apropiadas para proteger los locales consulares, con arreglo a las disposiciones de los párrafos anteriores, contra toda intrusión o daño y para evitar que se perturbe la tranquilidad de la oficina consular o se atente contra su dignidad. Los locales consulares, sus muebles, los bienes de la oficina consular y sus medios de transporte, no podrán ser objeto de ninguna requisa, por razones de defensa nacional o de utilidad pública. Si para estos fines fuera necesaria la expropiación, se tomarán las medidas posibles para evitar que se perturbe el ejercicio de las funciones consulares y se pagará al Estado que envía una compensación inmediata, adecuada y efectiva".

Aun así, el miércoles 27 de abril la Procuradora General de la República convalidó la agresión realizada por la policía nacional, ocasionando un gran conflicto diplomático para Nicaragua e incurriendo en una gran responsabilidad internacional, pues, aunque Nicaragua haya denunciado la Carta de la OEA, mientras no se cumpla el plazo para que dicho acto entre en vigencia, el Estado tiene la responsabilidad de seguir cumpliendo sus obligaciones. El artículo 33 del instrumento antes mencionado señala que: “La OEA goza en el territorio de cada uno de sus Miembros de la capacidad jurídica, privilegios e inmunidades diplomáticas”.

Por otro lado, la legislación interna de Nicaragua, específicamente la Constitución Política de la República, reconoce los tratados y convenios firmados y ratificados por Nicaragua como parte de su legislación nacional, dotándolos incluso de jerarquía constitucional (Art 46 Cn) y violando principios de legalidad y del debido proceso establecidos en los artículos 32, 34, 130, 160 y 183 de la Constitución. Asimismo, tanto el acuerdo, como la confiscación resultan inconstitucionales, porque se han dado después de los mismos y la ley en nuestro país no es retroactiva, es decir, no es válida para actos anteriores, pues entra en vigor a partir de la publicación en La Gaceta diario oficial. Según la ley, el mecanismo correcto debió ser la promulgación del acuerdo, una declaración de utilidad pública con detalles de las instalaciones y no una expropiación inmediata como la realizada.

Podría seguir hablando de las leyes y acuerdos violentados por el gobierno, sin embargo, en Nicaragua no existe Estado de Derecho y la mera existencia en el poder de la pareja dictatorial y su partido, corresponden a una total ilegalidad e ilegitimidad, como señaló incluso la OEA, cuando rechazó la ocupación de su oficina en Managua con un comunicado en el que tildó de “ilegítima” la acción y advirtió de que los archivos y documentos del edificio “gozan de la más absoluta inviolabilidad”, y que “su violación por las autoridades nicaragüenses les hace internacionalmente responsables por sus consecuencias”.

¿Qué consecuencias? Esto aún está por verse. A como señalé inicialmente, los actos realizados por el Estado no tienen precedente alguno y no existe un mecanismo escrito por el que podría prever el tipo de consecuencias para Nicaragua, sin embargo, es posible suponer una respuesta fuerte por parte de la comunidad internacional, así como una limitación en la cooperación internacional y relaciones comerciales, afectando en gran medida a la población beneficiada y la economía del país.

VENGATIVOS Y DESPIADADOS. LOS MOTIVOS DE LA DICTADURA ANTE TANTA INFAMIA CONTRA LOS PRESOS Y REHENES POLITICOS.

Por: Ing. Roberto Samcam Ruiz. Mayor en Retiro.

Como una macabre película de terror, los Presos y Rehenes Políticos de la dictadura viven días trágicos, siendo torturados todos los días, bajo distintas modalidades, todas ellas cargadas de saña e infamia, que ni siquiera en la dictadura de los Somoza se vieron, incluso, quien esta en el poder actualmente en Nicaragua, cuando estuvo encarcelado no vivió ni sufrió los vejámenes a los que somete a un grupo de jóvenes, hombres, mujeres y hasta personas de la tercera edad. Son muchas las historias que se filtran a través de distintas personas, del calvario que viven todos aquellos que se atrevieron a desafiar al régimen, ya sea pretendiendo competir en el proceso electoral del pasado noviembre, criticar el autoritarismo en los medios de comunicación, pertenecer a un partido de oposición, desafiarlo públicamente sin medias tintas, o sencillamente no estar de acuerdo con la matanza hecha durante la Crisis de Abril.

Algunos son victimas de una venganza despiadada, por el solo hecho de pertenecer a una familia a la que una enferma mental odia desesperadamente, con toda su torcida y putrefacta alma. No es solamente un complejo de clase, sino algo mucho más sucio y pérfido, propio de personas que jamás superaron las realidades del pasado y achacan a otros las culpas de lo que asumen tuvieron que pasar y vivir. Otros son señalados de traidores, no a la patria, ni a la revolución, sino al líder, al que se asume todopoderoso y que camina desnudo por las calles, enseñando sus miserias, con el estigma de que cualquier comparación con quienes tiene encarcelados, sale perdiendo. Ese si es complejo, complejo de quien se asume inferior en historia, en audacia y valentía. Trata de borrar los hechos pasados, pues en ella solo puede caber una persona, El, los otros lo disminuyen, lo opacan, lo hacen ver como lo que es realmente, un cobarde que se vale del poder para hacer lo que en algún momento fue pecado: culto a la personalidad, enriquecimiento ilícito, reelección presidencial, sucesión dinástica. 

Hay jóvenes que lo desafiaron públicamente, que demostraron que había una generación dispuesta a no seguir siendo un ladrillo mas en la pared, que tenían convicciones, valores, principios, que querían un futuro distinto al mundo homogéneo, absolutista, uniforme, que pretendían construir. También están quienes se resistieron a perder sus tierras y las de miles de ciudadanos campesinos, en una colosal mentira que dieron el llamar El Gran Canal Interoceánico. Hay periodistas, empresarios, trabajadores de organizaciones privadas y mujeres. Mujeres que desafiaron de frente a los dictadores, los remedos de Mussolini y Clara Petacci, o de Nicolás Ceausescu y Elena, su mujer, conocida, cosas de la historia, como “La Bruja”. Una afrenta que no podía pasarse de lado, pues al igual que el dictador, ellas la desnudaron en su incompetencia, en su falta de liderazgo, en su miopía política y en su ambición desmedida de poder. Son con quienes mas se han ensañado, una saña desmedida, enfermiza, demencial, producto de una mente desquiciada, vengativa, insana.

De acuerdo con algunas fuentes en el país, incluso dentro de las mismas filas de la secta, las asambleas partidarias giran en torno precisamente a clamar venganza por el “fallido golpe de estado” de abril del 2018. Venganza por el descarrilamiento del sueño auto construido, de un país que era un “modelo” para Latinoamérica, donde empresarios y gobernantes vivían en paz y armonía, la economía crecía y todos eran felices. Venganza por las sanciones que dejarán en el limbo de la ilegalidad la sucesión programada para la nueva Elena Ceausescu, quien difícilmente verá culminar el sueño de su vida, ser la presidenta del país. Venganza por haber desnudado a una falange juvenil que se escondió al “ruido de los caites”, abandonando las calles y permitiendo haber perdido el poder por cerca de tres meses. Venganza por haber tenido que depender de los viejos desplazados, a los que nadie en el poder quería, pero que cumplieron la orden dada con gusto y pasión, los que fueron con todo. Venganza por la burbuja estallada, por el despertar de un pueblo, por la falsedad develada, por la mentira puesta al alcance de la vista de todos.

Han comenzado con los que ellos denominan los “cabecillas del golpismo” y están felices de tenerlos encarcelados y bajo tortura permanente, no solo a ellos, sino también a sus familiares. Juran que seguirán con los que, en los territorios, aparecen como dirigentes de la Insurrección Cívica Ciudadana, analizando día y noche los videos y fotos de los meses de lucha, los meses en que se escondieron, los meses en que huyeron acobardados, identificando a cada uno de los que están en ellos, serán los siguientes en caer le aseguran a la cansada asistencia, con el objetivo que no disminuyan las ansias de venganza y la movilización permanente. Saben que quedan pocos, pero armados y fanatizados son la garantía de sostenerse en el poder a hierro y fuego. 

CREACIÓN Y USO DE LAS FUERZAS DE CHOQUE A LO LARGO DE LA HISTORIA

Extracto del libro: Ortega, el Calvario de Nicaragua. Autor: Ing. Roberto Samcam Ruiz. Mayor en Retiro.

El triunfo electoral de Violeta Barrios de Chamorro, el 25 de febrero de 1990, daría un respiro a la historia de crisis violentas en Nicaragua. Sin embargo, aunque concluía el tercer conflicto bélico en la era moderna nacional, no finalizaba el accionar de las fuerzas de choque sandinistas, que volverían a las calles para apoyar a Daniel Ortega y sus propósitos de “gobernar desde abajo”. Los siguientes tres períodos presidenciales conocerían la furia de las asonadas lideradas por el derrotado caudillo sandinista, quien no se resignaba a perder el poder ni el protagonismo en las calles.

Sucesivamente, los tres gobiernos de la posrevolución (1990–2006) sufrieron los embates y asonadas de las fuerzas de choque del naciente orteguismo, escudadas tras los principales sindicatos y grupos de presión que actuaban al vaivén de sus reivindicaciones. Los más violentos eran los elementos aglutinados en la cooperativa de transportistas “Parrales Vallejos”, que levantaron barricadas en las principales arterias de la capital, incendiaron edificios públicos y sometieron al terror no solo a los funcionarios del gobierno sino a la población en general.

Otro de los grupos de choque violentos del sandinismo, devenido ya para ese entonces en orteguismo, era la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN). Sus líderes eran quienes controlaban la organización en las universidades públicas del país y su principal reivindicación era asignar el 6% del presupuesto para la educación superior, algo que en la década de los 80 era imposible siquiera de proponer. Una de las características de la dirigencia estudiantil atornillada en las universidades públicas era su afición al tráfico de bonos de transporte que se entregaban a los estudiantes de bajos ingresos: existía un tendido mafioso en contubernio con la cooperativa de transporte Parrales Vallejos, con cuyos directivos los intercambiaban por dinero en efectivo.Cada vez que Daniel Ortega quería presionar al gobierno de turno para obtener alguna que otra prebenda que beneficiara a su grupo, desde propiedades hasta empresas del Estado, enviaba a los “muchachos” de la UNEN a reclamar por el 6% para las universidades. Una vez alcanzado el objetivo propuesto, se terminaba la protesta por el aumento presupuestario. Era un asunto de nunca terminar, con una evidente manipulación a este sector estudiantil.

Otros grupos de presión manipulados por Daniel Ortega para arrancar prebendas y beneficios de los gobiernos democráticos eran los sindicatos de educación y salud, ANDEN y FETSALUD respectivamente. Tenían la capacidad de paralizar las estructuras de salud pública y todo el sistema educativo de secundaria y primaria cuando su líder lo dispusiera. El liderazgo de estos sindicatos se había enquistado desde los primeros años de la revolución, como un premio a su devoción por Ortega y sus caprichos. Las demandas de ambas organizaciones giraban en torno a la obtención de bonos adicionales al salario, entrega de canastas navideñas e incentivos salariales por cualquier cosa que se les ocurriera, hasta llegar FETSALUD al absurdo de exigir parte del dinero obtenido por el servicio en las salas semiprivadas de los hospitales.