sábado, 12 de marzo de 2011

LO QUE EL PRESIDENTE ORTEGA NO PUEDE DAR A LOS NICARAGUENSES

Esta semana se dio a conocer la última encuesta realizada por la prestigiosa firma M & R Consultores, misma que abarca el periodo del 18 al 28 de Febrero del año en curso y elaborada bajo el método de entrevista en línea, es decir vía correo electrónico, lo que supone que la muestra identificada son ciudadanos de clase media, mayoritariamente del área del Pacífico, con un nivel de educación que varía entre secundaria y universitaria, acceso a los medios de comunicación, lo que implica que es un segmento bien informado y aunque no lo dice la ficha técnica, se puede deducir que de acuerdo a las características señaladas anteriormente, pertenecen en su mayoría al llamado sector de los independientes o que no se identifican claramente con un partido político, pero constituyen al momento del sufragio electoral el grupo de electores que pueden inclinar la balanza a favor de quien tiene mayor oportunidad de derrotar al candidato del orteguismo.
La encuesta gira en torno a dos elementos fundamentales: los problemas del país y los valores de  los nicaragüenses, ambos distribuidos en dos grandes apartados: nivel de preocupación y orden de importancia. Para este caso, se puede definir un problema como la discrepancia entre el estado actual en que se encuentran los entrevistados y el estado en el cual desearían estar, lo que significa que los problemas identificados constituyen la carencia de determinados elementos que les impiden estar mejor. En cambio los valores son el  conjunto de normas o principios morales e ideológicos que dirigen el comportamiento de la persona o de la sociedad. De parte de las personas encuestadas, asumen como valores las guías que debieran orientar tanto la propia conducta, como la de la sociedad en su conjunto.
En relación a los tres principales Problemas del País, las  preocupaciones giran en torno al Desempleo (83.6 %), la Pobreza (83 %) y las Oportunidades Laborales para los nuevos profesionales (80.7 %). Dado que esta última tiene estrecha vinculación con la primera y se puede considerar una consecuencia directa de ella, el siguiente problema que preocupa es la Corrupción de la Clase Política (79.7 %). En orden de importancia, los entrevistados plantean el Desempleo, la Corrupción de la Clase Política y la Pobreza. Son los tres grandes flagelos que padece el país desde hace muchos años, pero que, lejos de disminuir, se han incrementado de manera alarmante a partir del 2007.
A pesar de que hace unos pocos días nos desayunábamos, durante una comparecencia pública del Presidente Ortega, que Nicaragua gozaba de Pleno Empleo (el pleno empleo es un concepto económico que hace referencia a la situación en la cual todos los ciudadanos en edad laboral productiva, y que desean hacerlo, tienen trabajo), la triste realidad de los nicaragüenses es que la inmensa mayoría no dispone de un trabajo digno para poder llevar el sustento a sus hogares y muchos de ellos tienen que marcharse del país rumbo al exilio  económico, para poder salir de la estadística que condena a cerca del 80 % de nuestros conciudadanos a vivir en situación de pobreza o pobreza extrema, con dos dólares o menos al día. Se ha disparado la delincuencia, la inseguridad ciudadana, la prostitución, la drogadicción, el alcoholismo entre jóvenes de ambos sexos, lacras sociales que son hijas legítimas del desempleo, la corrupción y la pobreza, aunque se pretenda ocultar las cifras reales con discursos demagógicos y estadísticas falsas.
Y mientras todo esto sucede, el pueblo contempla inerme la infame corrupción que se pasea alegremente en las instituciones del estado, en los más altos círculos del partido de gobierno y en una parte importante de la clase política nacional que ha perdido el decoro, la vergüenza y la dignidad. Pactos, re pactos, compra de conciencias, transfuguismo, compra – venta de votos, entre otras, son la tónica oficial de la relación entre los gobernantes y los que falsamente se auto proclaman de oposición. Son estos los verdaderos causantes de que la gente haya perdido la fe en la mayoría de los políticos.
Por otra parte, en cuanto a los valores y en grado de importancia, Trabajo, Salud y Familia son los que se ubican en los tres primeros lugares y en orden de importancia, Familia, Preparación Académica y la Relación con Dios. Familia es el común denominador entre ambas categorías evaluadas, la que entendemos como el núcleo vital de la sociedad y la fuente misma de generación y reafirmación de valores entre los ciudadanos. Pero el problema es que mientras unos la entienden bajo estos conceptos, otros tienen como referencia de familia la que se identifica en la magistral obra de Mario Puzzo: “El Padrino”, el grupo mafioso que con Don Vito Corleone al frente,  actúa encima de la ley, de la sociedad y además tiene sus propios códigos de conducta.
Trabajo, salud y educación es la aspiración de todos los nicaragüenses para poder crecer dignamente, con un presente asegurado y un futuro sin sobresaltos e incertidumbres. Están consignados en nuestra Constitución Política como parte de nuestros derechos sociales y por tanto no son un regalo o una dádiva del gobernante. Es obligación de este proporcionarlos, pero además con calidad y pertinencia. Son la base para el desarrollo actual y futuro del país y cada córdoba del erario público que se esfuma ilícitamente y va a parar a los bolsillos de los mafiosos, es un córdoba menos para que los nicaragüenses podamos tener acceso a un mejor empleo, a mejor atención en los hospitales, a una educación de calidad. Trabajo, salud y educación que deberían estar entre los temas mejor evaluados a nivel centroamericano, si los más de 500 Millones de Dólares anuales provenientes de la cooperación venezolana pasaran al presupuesto nacional, no a los bolsillos de la cúpula gobernante.
Finalmente, los encuestados plantean su relación con Dios como el tercer valor en orden de importancia. Fuera de cualquier discusión religiosa sobre si este debería ser o no el lugar de prioridad, lo que demuestra el estudio es que en el sector entrevistado está siempre presente el elemento espiritual. No es cierto que los gobernantes han apartado a los nicaragüenses de su amor a Dios, de la fidelidad a sus guías, sean estos sacerdotes o pastores evangélicos o que los hayan enredado en el sincretismo religioso que practican, una rara mezcla de cristianismo primitivo, esoterismo medieval y un desfasado hipismo de los años 60´s. Por más que intenten hacer creer que ya pronto les saldrán alas y ascenderán a los cielos, la población religiosa intuye que algo huele mal, mas a azufre que a incienso.