“…manipuladores, profanadores, provocadores, usurpadores,
grotescamente disfrazados y embanderados, pisoteadores de la historia,
renegados, ausentes, farsantes, inescrupulosos, arrogantes, depredadores,
comerciantes, decrépitos, mercenarios, mímica estrafalaria, líderes de mentira,
con el alma vendida y la conciencia alquilada…”
Compañera Rosario, año 2004. Visionaria?
Corría
el año 1949 en la inmensa China Comunista liderada por Mao Zedong (Mao Tse
Tung), El Gran Timonel, cuando Jiang Quing, conocida también como Chiang Ching,
cuarta esposa de Mao, es designada como Ministra de Cultura del primer gobierno
de la República Popular China. En 1966 es nombrada Directora de la Revolución
Cultural, una medida impulsada por su marido en contra de los altos cargos del
partido e intelectuales del país, acusados de incitar el retorno al capitalismo
y traicionar los ideales revolucionarios. En 1969 es elevada al Buró Político
del Partido Comunista de China, posición desde la cual se asocia con tres
dirigentes de la Provincia de Changai: Zhang Chunquiao, Yao Wenyuan y Wang
Hongwen, conformando la Banda de los Cuatro, quienes
escribirían una historia de purgas, crímenes y sangre en contra de todos
aquellos en los que recayera la inquina de la “Camarada Jiang”, destacándose el
asesinato de los hijos de Chou En Lai, Primer Ministro chino, lo que da una
ligera idea del poder que tenía la susodicha.
En
1976, tras el fallecimiento del Gran Timonel, los miembros de la Banda de los
Cuatro son expulsados del Partido y arrestados bajo la acusación de conspirar
para tomar el poder. Luego de cuatro años en prisión, en 1980 son sometidos al
escarnio público en un juicio que duró tres años, juicio en el que la Camarada
Jiang argumentaba en su defensa: “Yo era
el perro enojado de Mao. A quien él dijese que había que morder, yo le mordía”.
En 1983 Chiang Ching es condenada a muerte, sin embargo su sentencia fue
revocada a cadena perpetua, condena que no cumplió pues en 1991 fue puesta en
libertad por motivos de salud, “suicidándose” diez días después de su
liberación. Era obvio su final, luego de haber coleccionado una enorme cantidad
de poderosos enemigos dentro del Partido y el Ejército Rojo, debido a su afición
de humillar y pisotear a aquellos camaradas que tuvieron la mala suerte de caer
en desgracia durante los años de la Revolución Cultural. Sin un pasado
revolucionario que ostentar, ya que sus sospechosos antecedentes de actriz de
segunda le granjearon más bien la desconfianza de los líderes del Ejercito y del
Partido, se aprovechó muy bien de la generosa sombra que le proporcionaba el Líder
para hacer sus tropelías y acumular tanto poder.
LA
CONCHA ACÚSTICA.
Luego
de la tembladera en los días previos y en la propia Semana Santa, asistimos a
la puesta en práctica del ejercicio de control de la población a través del
terrorismo mediático que dejó al país entero en completo estado de shock.
Extrañamente, la Alerta Roja “Extrema” se prolongó por más tiempo del
necesario, sembrándose la duda acerca de las verdaderas intenciones de la
misma. Algo olía mal y como no hay nada oculto entre cielo y tierra, muy pronto
salieron a flote dichas intenciones: “la
Concha Acústica está en riesgo inminente de colapsar producto de los sismos, su
estructura es sumamente frágil y está carcomida debido a la infiltración de las
lluvias”, y se procedió a la demolición de la obra, la que se extendió cinco
días más de lo prometido, debido a que no había tal fragilidad, ni mucho menos
la posibilidad real de derrumbarse por efecto de la tembladera. La Concha resistió
estoicamente durante seis días a la furia de las huestes edilicias, quienes además
se hicieron acompañar de un ejército de escombreadores, esos que pululan en
Managua buscando hierro a falta de un empleo digno en la Nicaragua Cristiana,
Socialista y Solidaria. Quizás era la sarcástica respuesta de Herty Lewites,
uno de los grandes purgados por la Compañera Rosario antes, durante y después.
EL PARQUE DE LA PAZ.
Pero había más. Aprovechándose del manto oscuro que proporciona la “Alertísima” Roja Extrema, el “Faro de la Paz”, parte del monumento erigido por la Presidenta Violeta Barrios de Chamorro en 1990 que simbolizaba el fin de la guerra civil que azotó al país durante diez años y que costó la vida de miles de ciudadanos de los bandos en conflicto, caía también presa del odio revanchista de la Compañera Rosario, utilizando el mismo argumento que el de la Concha Acústica, daños estructurales irreversibles, peligro inminente de colapsar, riesgo a la seguridad de los ciudadanos que estén cerca. 15 mil fusiles AKA utilizados en el más reciente conflicto bélico que enlutó cientos de miles de hogares nicaragüenses habían quedado congelados por el frio cemento, en una muestra inequívoca de que las generaciones futuras habían enterrado para siempre el recurso de la guerra para dirimir los conflictos. Su destrucción sugiere a los nicaragüenses otra cosa.
Construida en el año 2003 por el Alcalde Herty Lewites, la Rotonda Colon o Rotonda de la Plaza Inter, era una de las mejores obras de ese tipo que existían en Managua. Fue diseñada por el arquitecto norteamericano Glen Howard Small, amigo de Herty. Howard donó el diseño y la supervisión de la obra como un gesto de solidaridad con Nicaragua y de amistad hacia Lewites. La fuente resistió la insidia y la mediocridad del poder reflejada en los cinco años de gestión edilicia de Dionisio Marenco, quien fue incapaz de darle incluso una mano de pintura, esperando que la fuente cayera por falta de mantenimiento y culpar a Herty del fracaso de su construcción. Pero al igual que el monumento dedicado a los periodistas en la Rotonda del mismo nombre, la espera fue tan larga, que tuvieron que utilizarla. La Fuente de Colon fue destruida y en su lugar la Compañera Rosario colocó un mamotreto de Hugo Chávez, al mejor estilo “kitsch”, definido este como “pretencioso, pasado de moda o de muy mal gusto”. Solo cabría agregar que Marenco fue otro de los grandes purgados, “zapatero a tu zapato”, se le dijo en público.
REVOLUCIÓN CULTURAL A LA NICA.
Estas
destrucciones que hemos mencionado son solo una expresión de la Revolución
Cultural Criolla que impulsa la Compañera Rosario desde el 2007, con el
objetivo de acumular todo el poder posible a la sombra del comandante Ortega y allanar
el camino hacia su candidatura en el 2016, su Gran Objetivo. En el camino han
quedado los purgados, grandes y chiquitos, que se ha llevado por delante. Ni el
mismísimo Tomas se libró de la furia de la compañera, quien lo regañó públicamente
luego de cruzar la Laguna de Tiscapa en un intento de ridiculizar a Herty… otra
vez Herty. En su lista de caídos en desgracia se acumulan nombres de la talla
de Humberto, Bayardo, Lenin, René, Dionisio, Antenor, Manuel, Oscar, Margine, Clemente,
Miguel, Carlos, por solo citar algunos. En la larga lista hay que sumar a todos
los que alguna vez fueron los comandos electorales, las fuerzas de choque, la
primera línea de trinchera en los “duros años del neoliberalismo” y que hoy son
sencillamente la vieja guardia del sandinismo, olvidados, humillados,
pisoteados y relevados por la nueva Juventud Sandinista, “energía creadora, llamaradas intensas, luces novedosas, fuego sagrado,
verbo ardiente, bandera de vigores y fulgores…”. De la obsesión por el
poder no se ha salvado ni siquiera el Vicepresidente Halleslevens, quien ha
sido acomodado en la total y absoluta intrascendencia.
Relegada
a un segundo plano en los años de la Revolución Popular Sandinista, ya que no tenía
mucha historia que contar al lado de figuras como Dora María Téllez, Mónica
Baltodano, Leticia Herrera, Doris Tijerino, Lea Guido, Nora Astorga o Magda Henríquez,
por señalar solo unas cuantas, la “segunda etapa de la revolución” le ha
brindado la oportunidad de oro para hacerse del poder total, ayudada por la
confluencia de una serie de factores que muchos de los caídos conocen
plenamente. Con el control absoluto del gobierno, la mayor parte de las
instituciones del estado, la inmensa mayoría de las municipalidades, todos los
sindicatos blancos (apodados sandinistas), la juventud sandinista y los Concejos
del Poder Ciudadano (CPC) en todos los municipios del país y más recientemente
los Consejos de Liderazgo Sandinista Institucionales, el poder político acumulado
por la Compañera es inmenso, al que habría que agregar el manejo total de los
recursos provenientes del Holding de empresas creado al amparo del convenio
petrolero venezolano, un poder económico cifrado en unos cuantos miles de millones
de dólares. Ella asume que esta vez no se repetirá la experiencia del 2011,
cuando los principales jerarcas del partido presionaron al comandante para que
no fuera la candidata a la presidencia, una perfidia imperdonable que no olvidaría nunca.
Queda
por ver si la paranoia destructiva de la compañera deja en pie el Monumento a
los Periodistas, Xiloa, La Boquita, Pochomil, Montelimar, la Pista Larreynaga,
entre otras obras construidas por Herty Lewites. Sin embargo, por más que se
intente borrar de la memoria histórica de la gente sus héroes, sus monumentos, sus
referencias, estas se resisten al paso de los años y tozudamente permanecen en
el subconsciente de la población.
Se podrá borrar de la memoria de los jóvenes que la acompañan los referentes de un pasado reciente, podrá convertirlos en autómatas sin recuerdos cercanos, podrá moldear sus cerebritos con un “a partir de ahora”, podrá inculcarles que sus únicos referentes son desde este día la Compañera y el comandante, en ese orden, sin embargo, la historia enseña con demasiada elocuencia que NUNCA estos experimentos sobrevivieron a la reacción de los pueblos y más bien quedaron condenados a ser ejemplos ignominiosos de algo que JAMAS debió permitirse. Y ni no lo creen, remítanse a la historia de la compañera Jiang.