sábado, 30 de julio de 2011

ORTEGA Y SUS DEMONIOS

En los últimos días hemos visto la transformación del Candidato - Presidente Daniel Ortega, de hombre comedido, pacifista, reconciliador, nacionalista y buena gente, en lo que en realidad es, en su verdadera naturaleza, en lo que ha sido a través de la historia, en el lobo que siempre sale a flote, dejando a un lado la piel blanca y sedosa del cordero que para estas fechas, le prepara y le viste su inefable Jefa de Campaña e Imagen.
Realmente que debe ser difícil para alguien como Ortega poder mantener estas poses durante mucho tiempo, porque choca con el ser violento, pendenciero, agresivo, frio y calculador que lleva por dentro y que sale, como prisionero recién salido de la cárcel, desesperado por expresarse en plena libertad, ansioso por dejar de fingir, por sacar toda la amargura y los complejos que lleva por dentro. Es como mantener a alguien por mucho tiempo con una camisa de fuerza, atado, inmóvil, reducido, controlado y que cuando le damos, consciente o inconscientemente, la oportunidad de expresarse libremente, cualquier cosa podemos esperar de él y no siempre los resultados son agradables para el resto de la población. 
Lo vimos en la Plaza de La Fe “Juan Pablo II”, un nombre muy grande para tan patético espectáculo vivido el pasado 19 de Julio, comentario aparte. Ante los miles de jóvenes que acarrearon de todo el país, presenciamos a un Daniel Ortega cansado de fingir sumisión y respeto a los odiados “Gringos Enemigos de la Humanidad”, un Ortega para el consumo interno de sus fanáticos, que durante todo este tiempo ha sido fiel y muy aplicado en el cumplimiento del compromiso contraído con sus supuestos enemigos, de no permitir el paso de indocumentados hacia el norte, de no prestar el territorio nicaragüense para actividades terroristas y combatir el narcotráfico para evitar que este llegue con su letal producto a los jóvenes norteamericanos.
Quiso demostrar el Candidato ilegal ante los que llegaron y los que se resistieron a ir, que todavía conserva su lenguaje anti imperialista, que todavía representa un bastión en la lucha contra los Yanquis y para demostrarlo soltó la diatriba de la deuda de los 17 Mil Millones de dólares del juicio de La Haya. No importa que sea cuatro años y medio después que asumió la presidencia, no importa que desde el 2007, cuando llegó al poder, pudo haber reactivado la querella en contra de los Estados Unidos, pero la realidad se impone, la campaña es este año y no en los años anteriores y populismo mas, populismo menos, lo que importa es el efecto que pretende lograr el candidato que se enfrenta a sus viejos enemigos, los Imperialistas Norteamericanos.
Sería interesante conocer el resultado de este discurso, supuestamente anti imperialista, en los jóvenes que estaban en la fiesta familiar en que se ha convertido la celebración del 19 de Julio. Jóvenes acostumbrados a la música “gringa”, a la “Cultura Pop” que nos llega desde el país del norte, jóvenes que hasta luto vistieron con la muerte de Michael Jackson, jóvenes fanáticos de los Yankees de Nueva York, de los Medias Rojas de Boston, en fin, jóvenes acostumbrados a disfrutar de lo que sus viejos líderes pretenden odiar.
Comentario aparte merece el tema de campaña de doña Rosario, una alegoría a sus viejos tiempones de hippie, música de Los Beatles, un icono de la música proveniente del también vetusto Imperialismo Inglés. Todo un contrasentido, una chanfaina ideológica que debe tener al mismísimo Lenin, no a Lennon, John, rebotando en su tumba de la Plaza Roja, aunque también este ultimo debe estar padeciendo por igual, al ver el triste destino que ha tenido su magnífica creación.
El otro demonio que salió a flote en estos últimos días de la camisa de fuerza que lo ataba, fue el ataque del Candidato Inconstitucional a la Conferencia Episcopal. En un paralelismo mal hecho, los tildó de somocistas ya que hace muchísimos años atras, durante la época de Somoza García, algunos obispos se inclinaron ante el fundador de la dinastía y le concedieron el título de Príncipe de la Iglesia al morir.
Ya en el pasado no tan lejano supimos del enfrentamiento con la Iglesia Católica, una lucha condenada al fracaso y que, la historia se encarga de demostrarlo, siempre se vuelve en contra de sus agresores. Lo vivimos en los años 80´s y lo vivimos durante la década de los 90´s. Será por eso que el Presidente Ortega y sus principales asesores decidieron mejor buscar aliados en su seno, en la figura del Cardenal Obando y Bravo y sus principales colaboradores, vilipendiados y humillados todos ellos en otras épocas, por sus nuevos amigos.
El ataque a la Conferencia Episcopal que dirige el Arzobispo Leopoldo Brenes, es un ataque que lastima a toda la Iglesia Católica. Toda la feligresía católica está unida alrededor de sus líderes espirituales ante semejante agresión, a como lo estuvieron cuando fueron acusados por los mismos que acusan hoy, de sexo, licor y dinero. La feligresía católica está unida para enfrentar a los mismos que han acusado a Monseñor Báez, a Monseñor Hombach y al Obispo Mata, entre otros, de quien sabe cuántos delitos. El pueblo católico no abandona ni abandonará nunca a sus obispos, ni ante esta agresión, ni ante las que están por llegar.
Estos dos elementos, la repentina remembranza anti imperialista y el ataque a los líderes religiosos católicos, pareciera un descuido descomunal en pleno arranque de la campaña electoral. Sin embargo, en la secta orteguista nada es dejado al azar, todo responde a una causa y busca como lograr un efecto. La causa proviene del hecho de que el polo de confrontación se ha trasladado de Sandinismo – Anti sandinismo a Democracia – Dictadura.
Lo que está en juego en estas elecciones es nuestra supervivencia como nación democrática, nuestra supervivencia como hombres y mujeres libres. No es un conflicto ideológico, entre izquierda y derecha, sino una lucha por evitar la consolidación de una dictadura fundamentalista de derecha, disfrazada con un falso ropaje de izquierda. Ortega y sus asesores saben que ya los nicaragüenses han comprendido que el enemigo no es el sandinismo como corriente política, pues hasta el mismísimo Fabio Gadea ha declarado estar de acuerdo con el legado del General Sandino, de Patria, de Libertad, de Justicia y Equidad Social, de Dignidad y Soberanía Nacional, algo en lo que estamos totalmente de acuerdo todos los que amamos a este país.
Es por eso que Ortega busca la confrontación, revivir los demonios del pasado que tanto éxito le rindió en otras épocas. Regresar nuevamente a la contradicción entre corrientes ideológicas, para evitar que su misma base se disperse, a como en efecto lo está haciendo. Necesita cohesionar al “sandinismo” en torno al orteguismo, en torno a su figura, pues sabe más que nadie en Nicaragua, que la batalla electoral la está perdiendo, si no por qué tanta desfachatez de los que deberían facilitar este proceso?, por qué tanto apresto para un fraude masivo?, por qué cedular a niños menores de edad?.
Si está tan seguro de la victoria, del 56 % de las encuestas, por qué tanto temor a que la gente se exprese libremente en las urnas electorales? Ortega sabe que lo que en realidad tiene asegurado es una contundente derrota el 6 de Noviembre, pues existe un demonio que lo atormenta mucho mas, el demonio del 25 de Febrero de 1990, cuando días después de haber llenado la plaza como nunca antes en la historia de Nicaragua, sufrió la peor derrota de su vida.