“Mata es un
operador partidario consuetudinario…
El obispo
René Sándigo no dejó enfriar mucho el texto de 46 puntos…
¿Cura de almas o de
partidos?”
Rosario Murillo. El 19 Digital.
No pasó
mucho tiempo para conocer la reacción de la pareja presidencial al contundente documento
leído por el Presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Rene Sándigo, “En Búsqueda de Nuevos Horizontes para una
Nicaragua Mejor”, durante la reunión sostenida entre los miembros de la
Conferencia y el comandante Ortega y la señora Murillo. En un escrito del
diario oficial del estado – familia – partido y bajo la firma de Edwin Sánchez,
nos ha llegado prontamente la respuesta tan esperada y titulada: “De la realidad mal contada no surge la verdad
revelada”, y aunque nos quede la duda de que el firmante solo haya sido la mampuesta
en la que se apoyó la doña para dispararla - el vocabulario y la retórica empleada
tiene marca de fábrica – nos interesa analizar dicha reacción, pues de ella
dependen los pasos futuros del gobierno en profundizar el totalitarismo o echar
marcha atrás y restablecer la democracia, la institucionalidad y el estado de
derecho.
Hablar
del documento de la Conferencia Episcopal esta demás, pues lo que tiene de explícito
lo tiene de irrebatible, aunque a la doña le hubiera gustado “un escrito menos contaminado con los
meandros de la oposición deshabitada”. En seis puntos, nuestros Obispos
repasaron de cabo a rabo la situación nacional, expresando las dolencias del
pueblo, manifestando lo que muchos políticos timoratos y oportunistas se
resisten a decir por cobardía o comodidad, pero sobre todo, poniendo sobre la
mesa y con toda claridad, las soluciones que permitan darle al país la
continuidad democrática confiscada y evitar caer en un nuevo ciclo de
violencia. “Somos un pueblo con una
memoria relativamente reciente de lucha anti dictatorial motivada por el cierre
de los espacios democráticos… No podemos olvidar la historia”. Más claro no
canta un gallo.
Antes
de analizar la reacción de la regente del poder en Nicaragua, conviene hacerse
un par de preguntas: Porqué Ortega y la señora Murillo aceptaron reunirse con
la Conferencia Episcopal, si es consideración de muchos, que el gobierno está
tan fuerte, políticamente hablando, que no necesita dialogar con nadie? Y la
segunda: Si la situación económica del país esta tan bien, como aseguran desde
las alturas del poder político y económico, porque aventurarse a recibir
semejante castigo en un documento - algunos aseguran ya lo conocían de antemano
- que luego iba a ser del dominio público? Las respuestas a ambas interrogantes
pueden dar algunas claves de lo que pasa en el gobierno.
FRAUDES
ELECTORALES.
Plantea
la señora Murillo: “El documento de la
CEN no ilumina cuando habla de “fraudes electorales” y demanda una
reforma política de todo el sistema para que el Presidente garantice “un
proceso electoral presidencial absolutamente transparente y honesto…”. Para
nadie es un secreto que en Nicaragua hemos vivido cinco fraudes electorales
consecutivos, todos ellos de la mano del inefable Robertito José, quien, desde
su confusa conversión al orteguismo, no ha dejado títere con cabeza en cuanta elección
nacional, regional o municipal ha dirigido. Las elecciones que dieron el
triunfo a doña Violeta, Alemán y Bolaños no estuvieron, como las últimas cinco elecciones,
plagadas de tanta “opacidad”, abusos, estafas y anomalías. Ninguno de ellos
cedulaba en sus casas de campaña, ninguno de ellos alteraba los resultados que
llegaban de los municipios a los departamentos y de estos al Estadio, ninguno
de ellos manipulaba los centros informáticos nacionales, ninguno de ellos
cambiaba los votos del FSLN para adjudicárselos alegremente a su partido,
ninguno de ellos quitó personerías jurídicas a partido alguno solamente por
represalias políticas, ninguno de ellos negó la observación electoral nacional
e internacional IRRESTRICTA a los comicios, ninguno de ellos se adjudicó,
fraudulentamente, la friolera de 63 diputados a vista y paciencia de toda la nación
y ninguno de ellos hizo lo que estos hicieron, que después de robarse los votos,
criminalizaron las protestas cívicas de la población asaltada. Tras cuernos,
palos…
CULTURA
DEL DESCARTE.
Refiere
la señora Murillo su rechazo a la cultura del descarte, aludida por los Obispos
cuando expresan en el documento que: “Los
pobres en la sociedad ya no están abajo, en la periferia o sin poder, sino que están
fuera. Los excluidos no son explotados sino desechos, sobrantes”. La Conferencia
Episcopal no está hablando de otras partes del planeta, están hablando de
NICARAGUA. En este punto conviene reflexionar en el modelo de gobierno que se
trata de institucionalizar en nuestro país, un modelo excluyente,
corporativista, elitista, que privilegia a los que tienen más en perjuicio de
la gran masa depauperada, que es la inmensa mayoría. Se descarta a los más
pobres cuando solamente son vistos como votos o como carnets andantes del
partido, se descarta a los más pobres cuando los programas gubernamentales los
ven como clientes en campañas electorales y no como sujetos a los que hay que
sacar de la pobreza para el bien del país, se descarta a los más pobres cuando
se les obliga a una educación mediocre, partidista, sometida a los deseos del
partido y no a las necesidades de desarrollo que necesita la nación, se
descarta a los más pobres cuando a los pequeños productores de frijoles, los
ricos que se amparan en el poder y desde el poder mismo, les compraron en 450 –
500 córdobas el quintal para luego revenderlo “solidariamente” a 1600 córdobas,
se descarta a los más pobres cuando cerca de 40 mil pequeños productores de café
de menos de 5 manzanas aún esperan el apoyo del gobierno para combatir la plaga
de la roya en sus cafetales año y medio después de aparecida, se descarta a los
más pobres cuando se les obliga a emigrar y vender su fuerza de trabajo como una
nueva forma de esclavitud, se descarta a los más pobres cuando se les ve como potenciales
remesas, sin importar la fractura que sufre el núcleo familiar y sus trágicas consecuencias
sociales, y peor aún, se descarta a los más pobres cuando desde la comodidad de
los miles de millones de dólares que ha dejado el usufructo de la cooperación venezolana,
se sigue hablando de los pobres para continuar viviendo de ellos.
LA
COSTA CARIBE.
Finalmente,
en su respuesta la señora Murillo rechaza que la Costa Caribe sea una “Colonia
del Pacifico”. Cuesta creer lo que uno lee, pues la realidad es mucho más
contundente y no hay que remitirse a la historia de la colonización británica y
la reincorporación de la Mosquitia, simplemente hay que referirse al despale
inmisericorde que se hace a la Reserva de la Biosfera, Bosawas, de manos de una
empresa de la familia gobernante, ALBA FORESTAL, bajo el amparo y protección del
Ejército y la Policía, con el pretexto de que explotan la madera tumbada por el
Huracán Félix – madera que demás está decir ya no existe – irrespetando los
derechos de los pueblos indígenas sobre sus recursos naturales, también hay que
referirse a los dos fraudes consecutivos en las elecciones regionales, el último
de ellos descubierto “milagrosamente” por Brooklyn Rivera, o habría que
referirse también a la concentración monopólica que hace la familia gobernante
de las plantas procesadoras de mariscos, bajo el modelo de compra muy al estilo
somocista, “me vendes o me vendes”. Los estimados Obispos quizás tuvieron el único
error en el documento, debieron referirse al “Protectorado Familiar de la Costa Caribe” en lugar de Colonia del
Pacifico. Esto es más acorde con la realidad que viven nuestros hermanos de
esta parte del país.
No
se refirió la señora Murillo a ningún tema de la Institucionalidad, los
Derechos Humanos y el Trabajo de Evangelización y Algunas Políticas del Gobierno,
que forman parte de la “Búsqueda de
Nuevos Horizontes para una Nicaragua Mejor”, probablemente por ser estas
las áreas que están en peores condiciones para ser defendidas. Este fue el
primer aviso de la respuesta oficial a la Conferencia Episcopal, por el tono de
la misma se advierte la soberbia y la altanería característica del régimen y
muchos sabemos lo que podría venir después, sin embargo, nuestros Obispos saben
que el pueblo está con ellos, se les respalda, se les respeta y se les quiere.