lunes, 26 de mayo de 2014

CRONICA DE UNA REACCION ANUNCIADA

“Mata es un operador partidario consuetudinario…
El obispo René Sándigo no dejó enfriar mucho el texto de 46 puntos…
¿Cura de almas o de partidos?”
Rosario Murillo. El 19 Digital.



No pasó mucho tiempo para conocer la reacción de la pareja presidencial al contundente documento leído por el Presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Rene Sándigo, “En Búsqueda de Nuevos Horizontes para una Nicaragua Mejor”, durante la reunión sostenida entre los miembros de la Conferencia y el comandante Ortega y la señora Murillo. En un escrito del diario oficial del estado – familia – partido y bajo la firma de Edwin Sánchez, nos ha llegado prontamente la respuesta tan esperada y titulada: “De la realidad mal contada no surge la verdad revelada”, y aunque nos quede la duda de que el firmante solo haya sido la mampuesta en la que se apoyó la doña para dispararla - el vocabulario y la retórica empleada tiene marca de fábrica – nos interesa analizar dicha reacción, pues de ella dependen los pasos futuros del gobierno en profundizar el totalitarismo o echar marcha atrás y restablecer la democracia, la institucionalidad y el estado de derecho.   

Hablar del documento de la Conferencia Episcopal esta demás, pues lo que tiene de explícito lo tiene de irrebatible, aunque a la doña le hubiera gustado “un escrito menos contaminado con los meandros de la oposición deshabitada”. En seis puntos, nuestros Obispos repasaron de cabo a rabo la situación nacional, expresando las dolencias del pueblo, manifestando lo que muchos políticos timoratos y oportunistas se resisten a decir por cobardía o comodidad, pero sobre todo, poniendo sobre la mesa y con toda claridad, las soluciones que permitan darle al país la continuidad democrática confiscada y evitar caer en un nuevo ciclo de violencia. “Somos un pueblo con una memoria relativamente reciente de lucha anti dictatorial motivada por el cierre de los espacios democráticos… No podemos olvidar la historia”. Más claro no canta un gallo.  

Antes de analizar la reacción de la regente del poder en Nicaragua, conviene hacerse un par de preguntas: Porqué Ortega y la señora Murillo aceptaron reunirse con la Conferencia Episcopal, si es consideración de muchos, que el gobierno está tan fuerte, políticamente hablando, que no necesita dialogar con nadie? Y la segunda: Si la situación económica del país esta tan bien, como aseguran desde las alturas del poder político y económico, porque aventurarse a recibir semejante castigo en un documento - algunos aseguran ya lo conocían de antemano - que luego iba a ser del dominio público? Las respuestas a ambas interrogantes pueden dar algunas claves de lo que pasa en el gobierno. 

FRAUDES ELECTORALES. 

Plantea la señora Murillo: “El documento de la CEN no ilumina cuando habla de “fraudes electorales” y demanda una reforma política de todo el sistema para que el Presidente garantice “un proceso electoral presidencial absolutamente transparente y honesto…”. Para nadie es un secreto que en Nicaragua hemos vivido cinco fraudes electorales consecutivos, todos ellos de la mano del inefable Robertito José, quien, desde su confusa conversión al orteguismo, no ha dejado títere con cabeza en cuanta elección nacional, regional o municipal ha dirigido. Las elecciones que dieron el triunfo a doña Violeta, Alemán y Bolaños no estuvieron, como las últimas cinco elecciones, plagadas de tanta “opacidad”, abusos, estafas y anomalías. Ninguno de ellos cedulaba en sus casas de campaña, ninguno de ellos alteraba los resultados que llegaban de los municipios a los departamentos y de estos al Estadio, ninguno de ellos manipulaba los centros informáticos nacionales, ninguno de ellos cambiaba los votos del FSLN para adjudicárselos alegremente a su partido, ninguno de ellos quitó personerías jurídicas a partido alguno solamente por represalias políticas, ninguno de ellos negó la observación electoral nacional e internacional IRRESTRICTA a los comicios, ninguno de ellos se adjudicó, fraudulentamente, la friolera de 63 diputados a vista y paciencia de toda la nación y ninguno de ellos hizo lo que estos hicieron, que después de robarse los votos, criminalizaron las protestas cívicas de la población asaltada. Tras cuernos, palos…   

CULTURA DEL DESCARTE.
Refiere la señora Murillo su rechazo a la cultura del descarte, aludida por los Obispos cuando expresan en el documento que: “Los pobres en la sociedad ya no están abajo, en la periferia o sin poder, sino que están fuera. Los excluidos no son explotados sino desechos, sobrantes”. La Conferencia Episcopal no está hablando de otras partes del planeta, están hablando de NICARAGUA. En este punto conviene reflexionar en el modelo de gobierno que se trata de institucionalizar en nuestro país, un modelo excluyente, corporativista, elitista, que privilegia a los que tienen más en perjuicio de la gran masa depauperada, que es la inmensa mayoría. Se descarta a los más pobres cuando solamente son vistos como votos o como carnets andantes del partido, se descarta a los más pobres cuando los programas gubernamentales los ven como clientes en campañas electorales y no como sujetos a los que hay que sacar de la pobreza para el bien del país, se descarta a los más pobres cuando se les obliga a una educación mediocre, partidista, sometida a los deseos del partido y no a las necesidades de desarrollo que necesita la nación, se descarta a los más pobres cuando a los pequeños productores de frijoles, los ricos que se amparan en el poder y desde el poder mismo, les compraron en 450 – 500 córdobas el quintal para luego revenderlo “solidariamente” a 1600 córdobas, se descarta a los más pobres cuando cerca de 40 mil pequeños productores de café de menos de 5 manzanas aún esperan el apoyo del gobierno para combatir la plaga de la roya en sus cafetales año y medio después de aparecida, se descarta a los más pobres cuando se les obliga a emigrar y vender su fuerza de trabajo como una nueva forma de esclavitud, se descarta a los más pobres cuando se les ve como potenciales remesas, sin importar la fractura que sufre el núcleo familiar y sus trágicas consecuencias sociales, y peor aún, se descarta a los más pobres cuando desde la comodidad de los miles de millones de dólares que ha dejado el usufructo de la cooperación venezolana, se sigue hablando de los pobres para continuar viviendo de ellos.
LA COSTA CARIBE.
Finalmente, en su respuesta la señora Murillo rechaza que la Costa Caribe sea una “Colonia del Pacifico”. Cuesta creer lo que uno lee, pues la realidad es mucho más contundente y no hay que remitirse a la historia de la colonización británica y la reincorporación de la Mosquitia, simplemente hay que referirse al despale inmisericorde que se hace a la Reserva de la Biosfera, Bosawas, de manos de una empresa de la familia gobernante, ALBA FORESTAL, bajo el amparo y protección del Ejército y la Policía, con el pretexto de que explotan la madera tumbada por el Huracán Félix – madera que demás está decir ya no existe – irrespetando los derechos de los pueblos indígenas sobre sus recursos naturales, también hay que referirse a los dos fraudes consecutivos en las elecciones regionales, el último de ellos descubierto “milagrosamente” por Brooklyn Rivera, o habría que referirse también a la concentración monopólica que hace la familia gobernante de las plantas procesadoras de mariscos, bajo el modelo de compra muy al estilo somocista, “me vendes o me vendes”. Los estimados Obispos quizás tuvieron el único error en el documento, debieron referirse al “Protectorado Familiar de la Costa Caribe” en lugar de Colonia del Pacifico. Esto es más acorde con la realidad que viven nuestros hermanos de esta parte del país.   
No se refirió la señora Murillo a ningún tema de la Institucionalidad, los Derechos Humanos y el Trabajo de Evangelización y Algunas Políticas del Gobierno, que forman parte de la “Búsqueda de Nuevos Horizontes para una Nicaragua Mejor”, probablemente por ser estas las áreas que están en peores condiciones para ser defendidas. Este fue el primer aviso de la respuesta oficial a la Conferencia Episcopal, por el tono de la misma se advierte la soberbia y la altanería característica del régimen y muchos sabemos lo que podría venir después, sin embargo, nuestros Obispos saben que el pueblo está con ellos, se les respalda, se les respeta y se les quiere.