sábado, 10 de marzo de 2012

EL MODELO DE LOS ORTEGA – MURILLO

Mucha gente ha pensado que el relajo institucional, la violación al estado de derecho, los intentos de homogenizar hasta el pensamiento de los ciudadanos e inclusive instaurar una nueva religión en nuestro país, es obra únicamente de la primera dama, tratando de liberar de culpas al pobre comandante, quien, según la gente de a pie, se ha visto prácticamente chantajeado por un episodio del que todos murmuran en voz baja. Nada más alejado de la realidad, uno y otra, como una sola persona, representan  un único proyecto estratégico, aunque en lo táctico difieran en la forma de ejecutarlo y con quienes echarlo a andar. El proyecto de Daniel Ortega y Rosario Murillo, quienes encarnan el orteguismo y el murillismo, como expresiones políticas de las dos ramas del mismo árbol, persigue un objetivo común: la permanencia en el poder, indistintamente de quien sea, en al menos tres períodos consecutivos, contados a partir de la reelección ilegal del 2011. Esto establecería las bases necesarias para la continuidad del proyecto con los sucesores de ambos, que todo parece indicar serían sus hijos.

Esta situación está bastante clara en la cúpula, no así en la base, quienes han entablado una lucha entre murillistas, representados por quienes doña Rosario ha decidido serán su soporte: mujeres y juventud, y los orteguistas, identificados con la vieja guardia del sandinismo histórico, retirados del Ejército y Ministerio del Interior incluidos. Lo que este segundo grupo desconoce o pretende desconocer, es que arriba no hay diferencias y por mucho que protesten, el proyecto de la “compañera” ya está en proceso de consolidación, toda vez que es ella quien administra el Estado y por tanto los cuantiosos recursos que provienen de el. Quienes se le opongan serán descartados y abandonados a su suerte, así se llame Lenin Cerna, Manuel Calderón o Antenor Rosales. No importan grados militares, historial revolucionario o capacidad y prestigio. Las consideraciones hechas en las alturas del poder es que este grupo de los llamados históricos, no supera el 20 % del total de la base y representan el pasado del sandinismo con el que “la doña” quiere tomar distancia.  

Una vez dilucidado el asunto de la base de seguidores del proyecto, quedan otros no menos importantes: lo ideológico, lo político, lo social y lo económico. En lo que concierne a la ideología del proyecto, esta descansa en una amalgama de ideas en las que se juntan varios elementos. Entre los más importantes están: 1) Sandino, pero no el guía de la Revolución Sandinista de los años 80´s, sino el identificado con la masonería, el Sandino metafísico que se adecúa perfectamente a los intereses de la suprema ideóloga. 2) Las concepciones espiritualistas provenientes de la Secta Hindú del desaparecido Sathya Sai Babá, aclamado por él mismo y sus seguidores, como el Avatar de nuestra era. 3) El sincretismo de la santería afro caribeña y 4) La interpretación propia y a conveniencia de determinados elementos de la religión católica. El modelo pregona un falso cristianismo que tiene como referencia principal la figura de un sumiso Cardenal Obando y Bravo; el no menos difuso Socialismo del Siglo XXI, hecho a la medida del laberinto mental de Hugo Chávez y un solidarismo que distribuye las migajas que salen del Presupuesto Nacional, no de la ayuda venezolana. Para asegurar la completa difusión de las ideas se tiene a disposición un sistema de comunicación que incluye varios canales de televisión, cerca de 150 emisoras de radio distribuidas en todo el país, una legión de periodistas que mes a mes reciben su “incentivo laboral” en las secretarías departamentales del partido y el diario digital que dirige la compañera, voz oficial de la familia. 
En el plano político, el modelo se apoya en un partido que ha abandonado las banderas del sandinismo histórico y la figura del Sandino guerrillero y anti imperialista, que relega al olvido la del fundador del FSLN Carlos Fonseca Amador y la de todos los miembros de la Dirección Histórica del sandinismo. En cambio se  dimensiona la figura del Gran Líder, quien representa a la nueva Dirección Nacional, esta vez unipersonal. Se sobredimensiona su liderazgo internacional, las hazañas guerrilleras y su capacidad de conducción, para convencer a las nuevas generaciones de “sandinistas” que no vivieron la época de los 80´s o eran apenas unos niños. Se le da sustento político a los recién llegados, con la idea de que construyen la Segunda Etapa de la Revolución. Se plantea la hegemonía del partido de gobierno, fundamentada en el control total de todas las instituciones del estado, las alcaldías, los partidos políticos y hasta la actividad opositora en el país. Mediante la alianza con el gran capital se pretende demostrar la estabilidad política del gobierno y la validez del modelo. A nivel internacional se hace alianza política con los países que giran alrededor del petróleo y la cartera de Chávez y con lo más selecto de países que están enfrentados al “Imperialismo Norteamericano”, Cuba, Rusia, Irán entre ellos.

En lo social, se busca la supremacía a través de los Concejos del Poder Ciudadano, CPC, versión corregida de los Concejos de Defensa Sandinista, CDS, de los años 80´s. La idea es convertirlos en la organización omnipresente en el gobierno, el departamento, el municipio, la comarca, el barrio y la cuadra. El experimento no ha tenido los resultados esperados ya que los CPC fueron creados de manera verticalista, de arriba hacia abajo, priorizando los liderazgos partidarios y gubernamentales, que muchas veces no se corresponden con las simpatías de la gente. Para corregir esto y de paso entrar al núcleo vital de la sociedad con el fin de controlarla desde adentro, están hablando de la creación de los Concejos de la Familia. Un invento  practicado desde mucho antes en la Italia de Mussolini o en la Alemania Hitleriana, que persigue mediante el acompañamiento del estado mantener la vigilancia permanente de la familia, pero sobre todo, tener control político e ideológico sobre los niños, futuros votantes en el mediano plazo. Cuentan para ello con la precariedad de gran parte de la población nicaragüense que se debate entre la incertidumbre económica y la pobreza.

El factor económico es el elemento que con más sencillez han desarrollado. Luego de la derrota electoral del 90, se constituyó el llamado “patrimonio del partido” en base a los recursos provenientes del estado que se estaba entregando a la Presidenta Violeta Barrios de Chamorro. Con la concepción de crear un Holding de empresas, se esperaba que el mismo auxiliara económicamente al FSLN en el nuevo escenario que tocaba vivir. Con lo que no se contó era que sin experiencia empresarial en un mercado abierto, sin el flujo de recursos del estado al que se estaba acostumbrado, sin el debido control y con mucho testaferro arribista de por medio, el experimento estaba condenado al fracaso. Ahora, en el nuevo modelo, no se podían dar el lujo de cometer los mismos errores, por lo que, con la privatización de la cooperación venezolana han creado un poderoso polo económico - familiar que tiene incidencia determinante en la vida del país. El monopolio de la importación y almacenamiento del petróleo, la generación de aproximadamente el 60 % de la energía que consumimos, la distribución de poco mas del 30 %  del combustible, la exclusividad del comercio con Venezuela y un flujo enorme de efectivo, les da posibilidad real de consolidar el modelo y volverlo sostenible en el futuro, toda vez que se mantengan en el poder el tiempo necesario para transformar la mentalidad de los nicaragüenses, acostumbrarnos a su presencia permanente al frente del país y dejarles servida la mesa a los sucesores de la nueva dinastía. 

Una mesa de cinco patas sobre la que se encuentra el país dispuesto como un gran festín, en el que, al igual que en la época somocista, el que tiene más galillo traga más pinol.