Le
semana pasada nos dejó, entre otras cosas, las comparecencias de dos connotados
dirigentes del sector empresarial en el programa de Jaime Arellano en la Nación, uno de ellos José Adán Aguerri,
Presidente del COSEP por nueve años seguidos (todo un record) y el otro, el
empresario del sector energético y Presidente de la cámara que representa a
este sector, Cesar Zamora Hinojos. Ambos, variando los estilos y
características personales, defendieron a capa y espada la sacrosanta alianza
entre las cúpulas empresariales y el Gran Capital con el orteguismo, léase
bien, no con el gobierno, con el orteguismo. En ambos casos, los réditos
económicos han sido enormes para sus representados, ya que hasta los más
escépticos coinciden en que la desigualdad social se ensancha cada vez más, la
distribución de la riqueza es tremendamente inequitativa y la distancia entre
ricos y pobres, cada día que pasa, se vuelve aún más grande, sin que hayan
visos de mejorarse en el corto plazo, toda vez que el modelo económico de este
gobierno privilegia a los que más tienen, en detrimento de los que menos
tienen. La realidad de las cosas es que se viene inflando una burbuja de
bienestar social inexistente, amparada en algunos mitos que los personeros del
Gran Capital y ciertas cúpulas empresariales sostienen, en abierto
colaboracionismo con el gobierno, a quien temen por sobre todas las cosas.
GENERACIÓN
DE EMPLEO
La
mayor parte de los analistas y las publicaciones en este tema se aproximan a
establecer que existen unas 800 Grandes Empresas, cerca de 15,000 Medianas
Empresas y unas 110,000 Micro Empresas; sumadas las últimas dos habrían 125,000
Micro, Pequeñas y Medianas Empresas y ambas generan cerca del 85 % del empleo total
en el país. Si algo tienen en común estas empresas, es que no tienen argollas
en el gobierno, que no tienen quien hable por ellos en el famoso consenso entre
las cúpulas y el gobierno y que tampoco tienen quien las defienda ante los
abusos de las instituciones gubernamentales, que antes que servidores públicos
y facilitadores de la actividad comercial y empresarial, son verdaderos
depredadores. No es cierto que estas 125,000 empresas o negocios están
representadas por las cúpulas empresariales, la mayoría de ellas tienen que
resolver sus problemas en base a sus propios medios y capacidades, de ahí que
muchos funcionarios de este gobierno han hecho de la coima un modus vivendi,
pues saben que estos pequeños empresarios están a merced de ellos.
DISTRIBUCIÓN
DE LA RIQUEZA
Otro
de los grandes mitos de las cúpulas es quién genera la riqueza en este país y
el derecho a su distribución. Se calcula que las aproximadamente 125,000
MIPYMES generan entre el 40 – 50 % del PIB nacional, sin embargo el 20 % de las familias con más altos ingresos acaparan el
51 % del ingreso total del país y el 5 % de las familias más ricas concentran
cerca del 22 % del ingreso total nacional. La ciudadanía ve con suma
preocupación el proteccionismo estatal a Monopolios y Oligopolios en los que
conviven armoniosamente las cúpulas partidarias - gubernamentales y
empresariales. El monopolio petrolero y el oligopolio energético no es ningún
problema para ellos, pero si para el resto de la ciudadanía nicaragüense, pues
mientras unos disfrutan de millones de dólares de ganancias, otros, la inmensa
mayoría, tiene que soportar altas tarifas de energía eléctrica y alzas
constantes de los combustibles, independientemente de que el precio del crudo
venezolano esté por los suelos. Se trata de enriquecer a unos pocos a costa de
los muchos. La situación de la banca comercial es el ejemplo clásico de la
voracidad empresarial. El diputado del MRS Enrique Sáenz lo mencionaba en su
excelente artículo “El negocio de los banqueros”, en donde develaba perlas como
las siguientes: El 62 % del crédito bancario fue dirigido al consumo (tarjetas
de crédito, comercio y préstamos personales) no a inversión; el 9 % fue para
actividades agrícolas, lo que nos da de comer y trae las divisas al país; el 2
% a la actividad ganadera, nuestro principal rubro de exportación; el margen
financiero es del 23 % y el 25 % de los préstamos se lo hacen entre ellos
mismos (créditos relacionados, sin que esto le preocupe a la Superintendencia
de Bancos); la rentabilidad de los banqueros es del 28 %, el doble de los
panameños, cuyo centro financiero es de clase mundial y para rematar, el margen
de intermediación de “nuestros banqueros” es del 45 %. Y todo esto con la
complacencia del gobierno Socialista, Cristiano y Solidario, el Gobierno de los
Pobres.
EL CONSENSO CON EL GOBIERNO
Quizás lo que mejor han vendido las cúpulas empresariales y el
Gran Capital que opera a través de ella, es el famoso consenso, alianza o
amarre que tienen con el gobierno. Lo “constitucionalizaron” para darles más
confianza y ellos se lo creen. La verdad es que cuando el gobierno, léase
orteguismo, quiere apretarles la tuerca, se las aprieta sin mayores problemas,
brinque quien brinque. De donde nace el
consenso? De la necesidad de ambos: uno por ganar legitimidad nacional e
internacional y evitar cuestionamientos al manejo de la cooperación venezolana;
el otro por evitar al Ortega de los 80’s, a como ellos lo dicen “para poder cruzar
a la otra orilla con el mínimo de bajas posibles”, legitimar al gobierno a
cambio de influencia política y agarrar algo de los millones de la cooperación
venezolana. Simple y sencillo. En el
consenso metieron a los sindicatos blancos, quienes por obediencia y
conveniencia partidaria aceptan y acatan todo lo que emana de “arriba”. En que
nos ha beneficiado este consenso? En mantener en el pauperismo a la clase trabajadora,
ya que el principal factor de competitividad en nuestro país son los bajos
salarios. En desarrollar una clase monopólica y oligopólica depredadora que se
reparte impunemente la mayor parte de la riqueza que produce el resto de los
nicaragüenses. En el apoyo tácito y complaciente de la destrucción de la
institucionalidad, la democracia y el estado de derecho en nuestros país, todo
por conservar sus cuotas de poder político y económico. En ayudar a construir
un modelo depredador de los recursos naturales y entregado a las
transnacionales, en abierta amenaza al sector empresarial micro, pequeño,
mediano y cooperativo. En participar junto al orteguismo en la destrucción de
la credibilidad de la clase política nacional, a la que antes del 2007
abanderaban, apoyaban, convivían y medraban. Con el oportunismo más rampante
han cambiado de bando. Alaban todas las políticas del gobierno, defienden a
capa y espada los números que presenta el gobierno, se creen a pie juntillas
las encuestas del gobierno, apoyan por cobardía e interés al gobierno y
reniegan de aquellos con quienes compartieron hace años el poder y la plata que
daba el poder.
LAS FALACIAS DEL GORDITO
Uno de los que más ha engordado sus cuentas en este país proviene
del sector energético, un sector que ha sido convertido en un enorme cuerno de
la abundancia gracias al modelo oligopólico del mismo. Unos cuantos son los que
generan la energía en Nicaragua y todos van detrás de ALBANISA, agarrando a
manos llenas lo que pueden. No protestan por cómo está estructurado el sector y
el ciudadano en cuestión sabe mejor que nadie que el mayor generador energético
es gracias al robo de las plantas de generación térmica, ya que no se le puede
llamar otra cosa a la “privatización” amañada, ilegal e inmoral de las
donaciones hechas por Taiwán y Venezuela. Con los altos precios del petróleo vivieron
sus mejores años, saben que los subsidios en la tarifa fueron financiados, no
por el estado, sino a través de plata proveniente de la cooperación venezolana “privatizada”
ilegal e inmoralmente también y fueron entregados por una “cooperativa de
ahorro y crédito” que maneja más dinero que cualquier banco en el país, pero
eso no les preocupa pues mientras la plata llegue no importa de donde venga.
Los contratos por Potencia y por Energía han sido como regalo del cielo, pues
en el colmo del cinismo, tenemos que pagarles todos los nicaragüenses el valor
de la inversión hecha por hacernos el bendito favor de venir a generar energía
a este pueblo de miserables. Ahora que los precios del petróleo se han
derrumbado, los millones que compartían alegremente con los ALBANISAS han
mermado y empiezan a ver las fallas del gobierno. Hasta ahora!
Una anécdota se me vino del baúl de los recuerdos, fue en ocasión del
primer pronunciamiento del Grupo Patriótico de Militares Retirados, al que
denominamos “Justicia, Democracia y Paz”,
el cual presentamos ante AMCHAM, como parte del extenso periplo hecho para
darlo a conocer a diversos sectores sociales, empresariales, diplomáticos, religiosos
y políticos. En esa ocasión, fuimos atendidos muy amablemente por el Dr. Yali
Molina, en ese entonces Presidente de la Cámara, quien escuchó nuestros
planteamientos y la preocupación del Grupo ante un eventual fraude electoral en
las elecciones de Noviembre del 2011, a como efectivamente sucedió. En esa reunión,
se encontraba el impresentable del que hablamos y que aparentemente tiene una obsesión
fatal con el MRS. Cuando le tocó hablar, dijo más o menos lo siguiente: “De que se preocupan ustedes que haya un
fraude electoral? De todos modos serán las futuras generaciones las que tendrán
que buscar cómo salir de Ortega, no nosotros.” Se levantó y se fue. Todos
nos quedamos de una pieza, incluidos los otros miembros de la Cámara que se
encontraban presentes.
Estos son los aliados y corifeos del régimen orteguista con los
que también tiene que lidiar el pueblo nicaragüense.