lunes, 18 de marzo de 2019

UN ANALISIS NECESARIO DESPUES DE LA JORNADA DEL 16/03


SITUACION INICIAL DEL PROCESO DE NEGOCIACION

1.- La composición del equipo negociador esta desbalanceada pues hay mayor presencia del sector empresarial, quizás como consecuencia lógica de la reunión entre el Gran Capital, el Nuncio Apostólico y el Cardenal Brenes. Esto, evidentemente le resto representatividad y legitimidad ante una población excesivamente desconfiada y ansiosa de resultados inmediatos. 

2.- El proceso de negociación es legítimo, pues además de ser la única opción que apoya la comunidad internacional, no existen condiciones para otro tipo de soluciones, me refiero a aventuras de lucha armada. Por lo tanto, se debe continuar el esfuerzo negociador, pero luego de un exigido replanteamiento del mismo. 

3.- El proceso de definición de la Hoja de Ruta, el elemento fundamental antes de iniciar la negociación, es dominada por Ortega, imponiendo sus condiciones, lo cual es hasta lógico, toda vez que es a él a quien se le estaría arrancando la principal demanda nacional, su salida del poder. Creer otra cosa, basada en la correlación de fuerzas internas antes del sábado, es un error. 

4.- La salida de la Alianza de los representantes del Movimiento Campesino y el retiro temporal de los estudiantes y de los Movimientos Sociales daña la credibilidad de la ACJD, además de restarle fuerza a cualquier decisión que tomen. Evidentemente, Ortega está detrás de todo este esfuerzo, tanto de la composición del equipo negociador, como de todas las acciones encaminadas a dinamitar la credibilidad de la ACJD. La salida de los sectores antes mencionado no hace más que debilitar cualquier proceso negociador de una parte y fortalece a la otra, en este caso a Ortega. 

5.- El cronograma de salida de los secuestrados políticos negociado con el gobierno no fue cumplido por este, evidentemente para dejar en mal predicado a la ACJD, lo cual se cumplió en su totalidad pues los ataques a esta arreciaron al máximo. El mayor problema de la ACJD es haber dicho lo que iba a hacer, no volver a la mesa de negociaciones condicionando el regreso a la salida de TODOS los secuestrados políticos, y no hacerlo. Esto lo hace quedar muy mal ante la oposición de adentro y de afuera del país. 

6.- La UNAB vive un proceso de reacomodamiento e indecisiones a lo interno. El hecho de plantearse la composición del Consejo Político dando plazo hasta el 6 de marzo y no cumplirse, deja un mal sabor a lo interno y de cara al exilio. Esto lo que hace es incrementar la percepción de la ciudadanía de la ausencia de liderazgo y permite a sectores vinculados a los partidos tradicionales y a los detractores de la UNAB y de la ACJD a sacar provecho de esta situación.  

CONCLUSIONES A LA SITUACION INICIAL

1.- Ortega tiene una clara idea de sus objetivos y de la debilidad de la UNAB y de la ACJD. Ha trabajado consistentemente en función de alcanzar dichos objetivos, torpedeando de paso la credibilidad de su contraparte en la mesa de negociaciones. 

2.- La ACJD no tiene una estrategia clara de negociación, está supeditando sus decisiones, en parte,  a los intereses del sector empresarial, más proclive a la búsqueda de acuerdos rápidos. 

3.- Toda indecisión o falta de decisiones consensuadas, afecta la credibilidad y apoyo de la población lo cual es grave ya que le quita legitimidad y fortalece a los sectores que adversan a la UNAB y ACJD. 

4.- La ACJD debe volver al objetivo fundamental, la salida de Ortega. Los secuestrados políticos deben salir como acción previa a la negociación, tal a como fue expresado por la CIDH, MESENI, GIEI, ACNUDH, UE y otros. El objetivo principal de la negociación NO SON los secuestrados políticos, es la SALIDA DE ORTEGA DEL PODER. 

QUE EVIDENCIO LA MARCHA DEL SABADO 16 DE MARZO?

1.- Si fue algo planificado o no, la realidad es que Ortega cayó en la trampa de la marcha, ya que se puso a prueba, de cara a la comunidad internacional, su voluntad represora, grave en el contexto de un proceso de negociación. Las acciones de la policía y los paramilitares dieron al traste con el lobby internacional que venía desarrollando el régimen, tratando de convencerlos de su “buena voluntad” de llegar a acuerdos satisfactorios para todos en el corto plazo.  

2.- Es claro que la situación creada durante la marcha fallida desnudó la contradicción manifiesta en el seno del orteguismo a todos los niveles. En el sector de base, paramilitar y más radical, se evidenció con mayor profundidad el desconcierto. No bastó el comunicado de la policía desautorizando la marcha, no vieron contundencia ni señales más claras de la cúpula del poder, llámese Daniel y Rosario. La salida en horas de la noche de los capturados el sábado, no hace más que incrementar el desconcierto de los fanáticos orteguistas. No se explican que los llamados terroristas, golpistas, que han desafiado al régimen y a ellos mismos, después de haber sido entrenados militarmente para sofocar cualquier levantamiento, marchen, sean capturados y luego dejados en libertad. Esto podría desembocar en un peligroso estado de anarquía, toda vez que dichos sectores están armados y en un futuro no muy lejano podrían decidir operar por cuenta propia, poniendo en riesgo, en primer lugar, a los secuestrados que se encuentran en régimen de casa por cárcel y en segundo lugar, a los mismos jerarcas del régimen, a quienes verían como los que si alcanzarán en el avión, dejándolos a ellos en la estacada.   

3.- Queda totalmente claro que Ortega solo se mantiene por la fuerza de las armas. Ha perdido las calles, independientemente de la retoma de las mismas en las Operaciones Limpieza del mes de Julio pasado. La vuelta a las calles de una parte de la población de Managua el sábado, aunque pequeña en comparación con las marchas de los primeros meses de la rebelión cívica ciudadana, fue lo suficientemente importante para moralizar a toda la población. Ortega sabe que si permite que el pueblo se exprese con libertad, nuevamente cientos de miles marcharán como en los primeros meses de la lucha cívica.  La marcha cumplió dos objetivos de cara a nuestros intereses: medir el pulso de la gente de cara a la calle y reposicionar a la UNAB ante la población nicaragüense. Ambos casos arrojan resultados muy positivos. 

TAREAS PENDIENTES

1.- Recomponer al ACJD. Se debe y se tiene que disminuir el peso del sector empresarial y darle mayor peso a la representación de los otros sectores. Tres delegados empresariales es demasiado. La representación del Movimiento Campesino debe y tiene que volver a la mesa de negociaciones y por un problema de confianza, sacar a las personas que han sido señaladas por la ciudadanía de ser afectos al régimen.  Debería estar una de las secuestradas políticas dejadas en libertad, como una muestra de buena fe de la ACJD ante la población. 

2.- La ACJD NO puede regresar a la mesa de negociaciones si antes el régimen no ha dado libertad a TODOS los secuestrados políticos. La represión del sábado deja en una debilidad extrema al régimen. No es válido el argumento de que hay algunos que ya están juzgados por delitos cometidos en el contexto de las protestas. Un miembro de la CSJ, el ex magistrado Rafael Solís, ha declarado la invalidez de todos los juicios y acusaciones, ya que todas las sentencias fueron elaboradas en El Carmen, anulando las competencias de los tribunales de justicia. A como dice el refrán: A confesión de partes, relevo de pruebas. La calendarización de la salida de los secuestrados debe ser pública y certificada por la OEA, la Nunciatura y los Estados Unidos. 

3.- La UNAB y la ACJD deberían de iniciar a lo inmediato un proceso de denuncia de la represión vivida el día sábado a nivel internacional, empezando por el Cuerpo Diplomático acreditado en nuestro país. Hay suficientes pruebas gráficas para demostrarlo. Igualmente, las Caravanas de Denuncias que están en el exterior, deberían usar todos los testimonios gráficos para fortalecer el proceso de denuncia internacional. 

4.- Se debe hacer mayor presión a Ortega para la salida de todos los secuestrados políticos y para llegar a acuerdos en relación a las elecciones adelantadas, solicitando se aceleren las sanciones de parte de la UE, los Estados Unidos y la OEA. En el caso de esta última, debe continuar con el proceso de aplicación de la Carta Democrática Interamericana. Hay que entender que Ortega no sabe de buenas razones, está acostumbrado a negociar al filo de la navaja y al borde del abismo, solo que esta vez tenemos que estar claros que es EL quien está del lado del abismo. Si no sabemos aprovechar esto le estaríamos dando una señal equivocada al pueblo nicaragüenses, dando la razón a quienes se oponen fervientemente a la negociación, a la UNAB, a la ACJD y a todos los demás, en tanto no sean ellos los protagonistas. 

5.- Finalmente, se debe volver a interiorizar que el objetivo principal de esta negociación es la salida de Ortega del poder. La vuelta a la Mesa de Negociaciones debe dejar claramente establecido que el único tema de agenda es la calendarización de las elecciones adelantadas y la salida del poder de Ortega y su familia. Establecer esto es fundamental para terminar de fracturar la base de apoyo del régimen, una vez que estos se den cuenta que en el avión no alcanzarán todos y al igual que posterior a la salida de Somoza el 17 de Julio de 1979, el resto quedará abandonado a su suerte.