sábado, 8 de septiembre de 2012

ELECCIONES MUNICIPALES 2012. II PARTE. A JUGAR CON LOS JUECES EN CONTRA


 “Sería una locura ir a otras elecciones
en las mismas condiciones del 2011”
 Luis Yáñez
Jefe de la Misión de Observación Electoral de la UE.

En el editorial anterior hacíamos referencia a como se han venido cargando los dados durante la etapa previa al Día “D”, el día de las elecciones. De acuerdo a esto, nada parece indicar que vayan a cambiar los resultados del próximo 4 de Noviembre, porque precisamente se continúan haciendo las mismas cosas – y mas - hechas durante los fraudes del 2008 y el 2011 y como ya se sabe, “si continuas haciendo lo que siempre hiciste, tendrás los resultados que siempre obtuviste”.

Tal a como se ha informado hasta la saciedad, durante las elecciones del 2008 se puso en escena un modelo de fraude electoral en el cual el robo a la voluntad popular era en las Juntas Receptoras de Votos, JRV. Las trabas puestas a los organismos nacionales de observación electoral perseguían limitar la cantidad de testigos que podían estar dentro de las Juntas e informaran al exterior del atraco que se fraguaba a la voluntad popular. Paralelo a esto, se disminuyó al mínimo la presencia de fiscales del partido que en ese momento encarnaba a la oposición y se incremento la cantidad de agentes hostiles a los mismos, bajo el disfraz de policías electorales y fiscales de los otros partidos aliados del oficialismo, los que actuaron como verdaderos Caballos de Troya. Los resultados fueron los que quisieron que fueran: Victoria del orteguismo en 108 alcaldías.

En el 2011 la metodología fue diferente, había observación electoral internacional y se tenían que guardar las apariencias. Desde tiempo atrás la Secretaria de Propaganda del Partido comunicaba a sus acólitos la trascendencia de estas elecciones. La continuidad del modelo Cristiano, Solidario y Socialista que encabezaba el comandante Ortega era un asunto de vida o muerte y como tal había que enfrentarlo. Si se perdía, amenazaba, la derecha oligárquica e imperialista haría desaparecer el zinc, los chanchitos, las gallinas y las vaquitas. Lo que no decía es que en realidad el peligro era que desapareciera la fuente inagotable de los recursos de la cooperación venezolana, ya que una victoria de la formula Gadea – Jarquín indefectiblemente iba a transparentar dicha cooperación, incluyéndola dentro del presupuesto de la República, a como debería de estar desde el año 2007.

Y se puso en marcha el plan. Básicamente consistía en combinar la práctica aprendida en el 2008, el fraude en las urnas y rematarlo electrónicamente en el computo final. Había que salvar ciertos obstáculos y a estas alturas del campeonato ya las formas no importaban. Lo primero fue limitar la fiscalización de la oposición. Sospechosamente se presentaron cambios en miles de fiscales dentro de las filas de la oposición, lo que implicó el cambio en igual número de acreditaciones un día antes de las elecciones. En una importante cantidad de Juntas a nivel nacional no se permitió la presencia de fiscales opositores y observadores internacionales, coincidentemente eran lugares donde tradicionalmente el partido de gobierno ha perdido. Se montó la figura del Coordinador de Centro de Votaciones, con amplísimos poderes, que le permitían hasta sacar del recinto de votaciones a cualquier fiscal que protestara por los desmanes en su Junta respectiva. En el colmo de la desfachatez se entregaron las boletas pre numeradas de imprenta, lo que facilitó preñar las urnas y después las maletas en las que se trasladó el material electoral hacia los CED. Posteriormente vino el tiro de gracia en el Centro Nacional de Cómputo donde se terminaron de “cuadrar” las cifras que daban una aplastante victoria al candidato inconstitucional. Cuentan los que estaban a cargo de introducir los datos en las computadoras, que en determinado momento al comandante le habían acreditado ya el 76 % de los votos, por lo que alarmado se presentó determinado personaje del partido a increpar a los eficientes escribanos que se les había pasado la mano, por lo que debían bajar de inmediato el porcentaje al 60 y pico por ciento.

Tomando en cuenta todas las experiencias anteriores, las del 2008 y 2011, el modelo del fraude que se prepara para estas próximas elecciones será diferente a los anteriores, ya que además de la desconfianza y falta de credibilidad de los jueces ante la comunidad internacional y la ciudadanía nicaragüense, existe la invitación a la OEA para que envíe una misión de observación electoral, lo que supone que habrá un cierto recato en las JRV, no así en el Centro Nacional de Computo, pues a esta instancia nunca se presenta la Observación Internacional. La experiencia dice que estas misiones se concentran más en los recintos de votaciones y en los días previos a las elecciones, no atendiendo a la organización global del proceso y a sus etapas iniciales, que es precisamente donde se cargan los dados a favor del partido de gobierno.
 
En los últimos días, el CSE ha subido a su página Web la información tantas veces solicitada: los cómputos finales de cada JRV de las elecciones del 2011. Arteramente, lo han hecho casi diez meses después de haber dado el resultado final de las mismas, cuando ya la ciudadanía se ha “tragado” el cuento de la aplastante victoria del orteguismo con el 63 % de los votos de los nicaragüenses y no cuando en realidad se necesitaba para poder medir el colosal fraude de Noviembre pasado. Esa información, mas las encuestas que últimamente están saliendo y coincidentemente dan cifras cercanas a los datos que recientemente saca el CSE, no hacen más que presagiar que ya las cifras están cocinadas y la victoria en no menos de 135 alcaldías por parte del partido de gobierno es solo cuestión de tiempo.
 
Como se sospecha, el fraude no será en las Juntas Receptoras de Votos sino en el Centro Nacional de Cómputo, lugar en donde el orteguismo siempre ha hecho lo que ha querido, en primer lugar por la falta de firmeza, beligerancia y acuciosidad de los fiscales de la oposición, en segundo lugar por la voracidad y voluntad fraudulenta de los fiscales del partido de gobierno y en tercer lugar por la complicidad del organismo encargado de velar por la pulcritud, transparencia y honestidad de los procesos electorales: El Consejo Supremo Electoral.
 
No en balde el Dr. Luis Yáñez, Jefe de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea dijo en la presentación del informe final de dicha misión: “El proceso electoral 2011 ha estado dirigido por un Consejo Supremo Electoral poco independiente y ecuánime, que no ha cumplido con su firmeza de transparencia y colaboración con todos los partidos”. Y fue mas allá todavía al decir que: “Si de aquí a noviembre, 2012, no hay reforma alguna del proceso electoral, de acuerdo a las recomendaciones que hemos hecho nosotros u otras organizaciones nacionales e internacionales, tendría poco sentido venir a observar en noviembre”.

Más claro no canta un gallo.