Las noticias de los
últimos días nos traen una serie de situaciones indeseables para la inmensa
mayoría de la población que no vive en el paraíso terrenal que nos presenta en
sus alocuciones la Secretaria de Propaganda del Partido y que tampoco son
bañadas por los ríos de leche y miel que mojan y empapan generosamente a los
que están arrimados al gobierno usufructuando el erario público. Para el pueblo
las noticias son malas, a pesar del esfuerzo de la gran cantidad de medios de
comunicación propiedad de la familia presidencial por pintarnos otra Nicaragua,
por la sencilla razón de que, al final del día, la crisis se ensaña con los mas
pobres, los que no tienen la suerte de pertenecer a las estadísticas alegres,
que como magos de feria, cada cierto tiempo el gobierno saca del sombrero, para
convencer a los mas incautos que el gato que les están dando es en realidad una
liebre.
Como si de la
alineación de los astros se tratara y que muchos fantasiosos nos aseguraban sería
la señal del fin del mundo, así mismo se han venido escalonando y alineando una
serie de eventos, que si bien es cierto no será el final del orteguismo, si nos
servirá para identificar al único culpable de toda la crisis presente y por
venir. Esta semana la Embajadora de los Estados Unidos anunciaba lo que
prácticamente era un secreto a voces y que ella misma había advertido a los
pocos días de haber presentado sus credenciales diplomáticas, la suspensión del
primer Waiver asociado a la transparencia en el uso y manejo de los recursos
del estado. A decir verdad, desde al año 2007 dejó de existir dicha
transparencia, ya que tanto el país como las finanzas públicas han sido
manejadas como si de una finca particular se tratara y la mayoría de las veces
con la total complacencia de quienes se hacían llamar de la oposición. ALN,
PLC, BUN y otra serie de parásitos políticos contribuyeron con su silencio y
complicidad a este desastre institucional, silencio y complicidad que les llenó
sus sedientos bolsillos. Sin embargo, durante todos estos años nunca estuvieron
en riesgo las dispensas norteamericanas, a como tampoco estuvieron en riesgo
luego de los fraudes electorales del 2008 y de las elecciones regionales del
2010.
La mala noticia que
llegó de manos de la Embajadora Powers es una pésima señal para la comunidad internacional, en
especial para los inversionistas extranjeros que tratan de ser encantados con
la nueva puerta al cielo del orteguismo: el Canal Interoceánico. Cómo confiar
en la transparencia de un gobierno al que le ha sido negado el visto bueno de
la cooperación bilateral norteamericana, precisamente por su falta de
transparencia. Muchos plantean que esta es simplemente una señal de advertencia,
para obligar al régimen de Ortega a
hacer los cambios en el Consejo Supremo Electoral que permita restablecer la
esperanza electoral, o lo que es lo mismo, la confianza de la ciudadanía en que
su voto será respetado en nuevas elecciones. Difícil de esperar esto, ya que
quienes tomaron el poder en Enero del 2007 no lo pondrán nunca en riesgo, a
menos que, siempre con los dados cargados a su favor, sepan de antemano a
través de acuciosos magistrados, las cifras con que se agenciarán la
victoria.
Otros aseguran que
habrá un compás de espera para ver las señales que envíe Ortega antes de tomar
la decisión de aprobar o no el Waiver de la propiedad y unos cuantos mas
aseguran que la Administracion Obama no quemará todos los cartuchos negando
ambas dispensas, para poder tener un elemento de negociación. La verdad de las
cosas es que la aprobación del segundo Waiver ni siquiera está en las manos del
candidato – Presidente Obama, sino más bien en el tono que los Republicanos le
impriman a la campaña electoral y de si Nicaragua efectivamente se convierte en
un tema electoral en el transcurso de la misma. En la medida en que los
estrategas del candidato Romney
adviertan que explotar este tema dejará mal parado a su contrincante, en
esa medida será el tono de la respuesta hacia Ortega. No olvidemos que la
cadena se rompe por el eslabón mas débil y en el caso de los países del Alba,
no cabe ninguna duda que nuestro país es quien ofrece mas vulnerabilidad, a
pesar de las bravuconadas en relación al Narcotráfico, Terrorismo e Inmigración
Ilegal, los tres temas de mayor sensibilidad para los norteamericanos que
maneja el gobierno, supuestamente, como ases bajo la manga en una eventual
negociación.
Un
segundo evento que refleja el poco respeto que Ortega tiene para sus aliados de ocasión es la aprobación
unilateral de la ley creadora de la Unidad de Análisis Financiero, UAF.
Luego de un pretendido consenso con el Gran Capital y una parte de la cúpula
del sector empresarial, el gobierno decidió ponerlos a prueba y usando la
mayoría espuria de que goza en la Asamblea Nacional, aprobó la famosa ley que
es la soga que en mas de una ocasión dijimos que los empresarios “encebaban”
para ser ahorcados por ella misma. No está de mas recordar la parte que se
refiere a la alianza con este sector enunciada en Enero del 2009 en el
documento Socialismo del Siglo XXI,
Hermandad Revolucionaria y que textualmente dice: “Impulsar una Alianza táctica con los empresarios concentrando nuestros
esfuerzos en el otorgamiento de prebendas y políticas que les generen ciertos
espacios mínimos en la que se constituyan un aliado y no en un enemigo del
FSLN. Concentrarse en las características de liderazgos personales para ganar
su apoyo a nuestro sistema”.
El
tercer evento que conspira en contra de los pobres de Nicaragua es el
incontrolable alza del costo de la vida, producto del poco interés que tiene el
gobierno en reducir la pobreza que azota a la mayoría del pueblo, a pesar de la
insistencia en mostrarnos cifras amañadas que indican lo contrario. Ante el
crecimiento de los desempleados y subempleados y la disminución del salario
real de quienes tienen la dicha de tener un empleo, el orteguismo receta alzas
en la mayoría de los productos de la canasta básica, cuyo costo sobrepasa los
doce mil córdobas según cifras extraoficiales del mismo gobierno. Pero no
contento con esto, nos receta una nueva alza en la tarifa eléctrica,
inexplicable para todos los que de una forma u otra conocen la baja del precio
del barril de petróleo, que ronda ya los 80 dólares. Si antes la solución que
vendían era la transformación de la matriz energética, ahora resulta que tal
cambio será inefectivo por los subsidios, nombre técnico que le han dado a los
préstamos que la familia presidencial
le hace al gobierno que la misma familia
preside, prestamos que salen de la plata que la familia usufructúa gracias a la privatización que hizo a su favor de
la cooperación venezolana y de la apropiación ilegal de las plantas de
generación eléctrica, que dicho sea de paso, la misma familia es la mayor generadora de energía en el país.
En
conclusión, la negación del primer Waiver, los signos inequívocos del inicio de
la ruptura con el sector empresarial y el castigo gratuito a los pobres, entre
los que se encuentra la misma base orteguista, son el presagio de mayores
problemas para Nicaragua y cuyas consecuencias solo tienen un único
responsable: Daniel Ortega.