viernes, 21 de noviembre de 2014

LA REINVINDICACION HISTORICA DEL GENERAL SANDINO

El viernes 14 de noviembre se desarrolló en Nueva Guinea la marcha número 14 en contra de la concesión canalera hecha por el comandante Daniel Ortega y que entrega el país a una empresa extranjera. Por mucho, ha sido la marcha más numerosa de todas las anteriores que se han organizado en los territorios donde la “zanja maldita” partirá el país en dos. Más de 10 mil pobladores, de los miles más que serán expropiados y confiscados en todo el país, expresaron de manera vehemente su repudio a la amenaza del desarraigo y el despojo que se cierne sobre ellos. Fueron miles de campesinos “botas de hule”, pequeños productores de la industria láctea y granos básicos la mayoría, que no están dispuestos a servir de moneda de cambio a las ambiciones desmedidas, ilegales e inmorales de una camarilla gobernante, que no repara en los daños sociales que está causando desde ya al país, al someterlo al desasosiego que produce la incertidumbre del futuro que les espera.

El territorio de Nueva Guinea se formó en base a tres grandes oleadas colonizadoras, la primera de ellas durante las décadas de 1930 y 1940, aprovechando las trochas que dejaban la industria maderera y la extracción del caucho. Una segunda oleada migratoria ocurrió entre los años 50 y 70, basado en un plan de reforma agraria impulsado por los gobiernos somocistas a través del Instituto Agrario Nicaragüense, IAN, y que consistió en el traslado de familias campesinas de la región del Pacifico y norte de Nicaragua hacia estas tierras escasamente habitadas. La tercera y última oleada migratoria ocurrió después de ser elevada a Municipio en 1981, motivada por el estímulo del apoyo gubernamental al desarrollo agropecuario del país, lo que tuvo un efecto adverso sobre el bosque tropical húmedo debido a la expansión sin control de la frontera agrícola provocada por la ganadería extensiva y la siembra de granos básicos, frijol principalmente.   

Nueva Guinea dista de ser un territorio cuyos habitantes estén cercanos política o ideológicamente a Sandino o al sandinismo. Durante los meses finales de la guerra contra la dictadura, en sus montañas fue desarticulada, casi hasta el exterminio, una columna guerrillera completa, la Columna “Jacinto Hernández”, al mando de los héroes Oscar Benavides e Iván Montenegro. Era territorio claramente hostil y proclive a las fuerzas somocistas. Durante la guerra de los años 80`s, formaba parte de lo que se conoció como la V Región Militar, donde operaban con fuerte apoyo de la población campesina las fuerzas de la Resistencia Nicaragüense (Contras) agrupados en los Comandos Regionales Jorge Salazar 1, 3, 4 y 5; los Comandos de Operaciones Especiales, COE, el Comando Regional Santiago Meza y las fuerzas de UDN – FARN, estas últimas que se asentaban en territorio fronterizo de Costa Rica. Luego del fin de la guerra, próximos a Nueva Guinea se establecieron los Polos de Desarrollo, permaneciendo asentada en estos territorios una importante población afín a las fuerzas  contrarrevolucionarias. Es por eso que en 1990 el 71.84 % votó a favor de la UNO; en 1996 el 75.19 % votó por la Alianza Liberal; en el 2001 el 78.46 % lo hizo por el PLC y en el 2006, el 54.85 % nuevamente votó PLC. En las siguientes elecciones, las del 2011, fue el municipio que tuvo el segundo porcentaje más alto de abstención con el 27.5 % y uno de los de más alto riesgo de fraude electoral, sin embargo Nueva Guinea votó por don Fabio Gadea y Mundo Jarquín con el 47.38 % de los votos válidos.  En las elecciones municipales del 2012, gracias a un beligerante Robertito José al mando de los facinerosos del CSE, repentinamente Nueva Guinea se transformó en orteguista, habiéndole robado las elecciones al candidato Denis Obando, el legítimo vencedor.

Con estos antecedentes, la marcha del 14 recién pasado significó un hecho trascendental que no puede dejarse pasar por alto. La inmensa mayoría de los participantes, pobladores autóctonos de la zona y con los afectos antes descritos, manifestaban una consigna a todo pulmón que reivindica la figura histórica del General Sandino y su gloriosa gesta anti intervencionista. “Si Sandino Viviera, El Chino Muriera” era el grito unánime de la gente, refiriéndose obviamente a Wang Jing y su recua de 50 mil nuevos colonizadores que se aprestan a invadir Nicaragua. Una consigna que provoca el reencuentro entre dos épocas de la historia nacional: la lucha contra la intervención de la marinería yanqui en el primer cuarto del siglo pasado, cuyo principal referente de entreguismo y traición a los intereses nacionales lo representa el conservador Adolfo Díaz y la lucha contra la neo colonización china en Nicaragua ochenta años después, que de la mano del nuevo Adolfo Díaz ha entregado la soberanía nacional bajo el pretexto de la construcción de un canal interoceánico.

Una consigna que reconoce que la lucha de Sandino fue para preservar el decoro y la dignidad nacional ante la capitulación de los gobernantes de la época, que por cobardía y ambición se postraron de hinojos ante el “bárbaro invasor” a como los definió el Héroe. Una consigna que une a dos generaciones diferentes de nicaragüenses: una de principios del siglo pasado, rural y que enfrentó en las montañas de las Segovias con las armas en la mano a las fuerzas de la intervención norteamericana. La otra, campesina semi rural, que defiende sus derechos de propiedad en la calle y de forma pacífica contra el chino invasor, apelando a la solidaridad del pueblo nicaragüense y a la fuerza de la razón.

Ambas generaciones están lejanas en el tiempo, pero muy cercanas en cuanto a las motivaciones más intrínsecas. Esta segunda generación está librando la lucha más importante por la Soberanía Nacional desde los tiempos en que sus antecesores lo hicieran. En Nueva Guinea, en Rivas, en San Miguelito y donde quiera que pretenda pasar el canal, la figura de Sandino se alza majestuosa, digna, victoriosa, siendo totalmente reivindicada por los nicaragüenses que se oponen a que la nación sea nuevamente mancillada por los Adolfo Díaz de siempre, por los que ayer trajeron a la marinería yanqui y hoy traen de la mano a los nuevos interventores, a los nuevos colonizadores, esta vez disfrazados de constructores del canal interoceánico.