martes, 20 de octubre de 2020

HABRAN LECCIONES QUE APRENDER DE LAS ELECCIONES BOLIVIANAS?

 

A primera vista, la pregunta del título de este escrito podría ser la que todos en Nicaragua nos hacemos, luego de digerir los primeros resultados de las elecciones bolivianas, que, aunque no son oficiales, todavía, presagian una aplastante victoria del partido Movimiento Al Socialismo, MAS, fundado por Evo Morales. Si bien es cierto, el defenestrado presidente no ha sido figura principal en estos comicios, no es menos cierto que su omnipresente presencia ha tocado a todos, a unos de una forma y a otros de otra, ya sea positiva o negativamente. De acuerdo con los famosos sondeos a pie de urna, no tan alejados de algunas encuestas realizadas y que al parecer ninguno de los dirigentes opositores les prestó atención, Luis Alberto Arce Catacora se habría alzado con la elección de manera arrasadora, con el 52.4 % del sufragio electoral, obteniendo incluso mayoría en la Asamblea Legislativa Plurinacional, seguido de Carlos Meza con un 31.5 % aproximadamente y en tercer lugar Luis Fernando Camacho con el 14 %.

Es importante destacar algunos hechos que muchos siempre dan como fenómenos inamovibles y consideran que los pueblos no analizan a partir del aprendizaje cotidiano, la experiencia diaria y las percepciones, que a veces tienen mas peso que las acciones. La mayoría de la oposición tiene la creencia generalizada que en algún momento se convierte en una convicción absoluta, de que la generalidad de la militancia partidaria se identifica total y absolutamente con el caudillo. No ven fisuras, no ven disensos y no tienen un discurso para esa parte de la base que se aparta casi de manera imperceptible para los ortodoxos de las cupulas partidarias. Igual que en Bolivia no entendieron el distanciamiento de bases partidarias con Evo Morales, en Nicaragua existen los fanáticos puristas que no ven, ni entienden, ni aceptan que un sector importante del sandinismo orteguista se separó de la cúpula que representa no solo Daniel y Rosario, sino de una casta corrupta y facinerosa que ni representa ni tiene nada que ver con ellos. En Bolivia ni siquiera armaron un discurso para los que desde antes habían guardado distancia con Evo Morales y sus actos de corrupción. Siempre es la actitud triunfalista y avasalladora que impide ver más allá de las narices del fanatismo. En Nicaragua es peor aún, aquí se habla hasta de pasar cuentas a todo el que estuvo con el sandinismo, independientemente si tienen años de estar en las filas opositoras, incluso con mayor presencia, valentía y dignidad que muchos que se auto llaman de la oposición pura y limpia, sin obviar el hecho de que en ocasiones su comportamiento es mas bien como socios o comparsas de Ortega que como reales adversarios.

Los gobiernos de transición en Bolivia y los que sucedieron a la revolución en Nicaragua, con algunas excepciones, se caracterizaron por sus altos grados de corrupción, dando la impresión de que la llegada al poder era carta libre para arrasar con el Estado. El gobierno transitorio de Yanina Añez tuvo casos de corrupción verdaderamente emblemáticos, como el ocurrido con la compra a España de los respiradores artificiales para las víctimas del Covid en pleno ascenso de la Pandemia en Bolivia, con un sobreprecio calculado en cerca de tres veces el precio original, con el pago de los siempre presentes intermediarios que viven a costa del erario de la nación. Corrupción en tiempos de Covid, más criminal aun pues se roba sobre el sufrimiento generalizado de un pueblo. Cualquier parecido con el robo al erario publico ocurrido en Nicaragua durante la crisis provocada por el Huracán Mitch no es mera coincidencia, es el actuar propio de los depredadores que no les importa nada ni nadie y consideran que el estado es un coto privado de caza al cual tienen el derecho de expoliar.

Un factor que hay que analizar en el caso boliviano es la inestabilidad del gobierno transitorio, manifestada en los constantes cambios en ministerios y entes autónomos tales como la Agencia Nacional de Hidrocarburos, que cambió de presidente en cuatro ocasiones, otros ministros que renunciaron por no comulgar con las actitudes del Ministro de la Presidencia Arturo Murillo, catalogado como el verdadero poder tras el trono y responsable de la militarización del país, que más que evocar estabilidad, lo que provocaba era la percepción de que se vivía más tranquilo con Evo Morales quien tenía sometidas y controladas a las Fuerzas Armadas. Al final, no pocos votaron en contra de la bota militar omnipresente en todo el país y es de esperar que estén atentos al nuevo cambio de estas en el próximo gobierno del MAS. Hicieron lo contrario de lo que hizo Daniel Ortega durante los tres gobiernos democráticos, quien llevó la inestabilidad y el caos en las calles con las asonadas, para después presentarse como el factor de estabilidad.

Algo importante a destacar que muchos en la oposición todavía no entienden que Bolivia es un “Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario” donde la población mestiza e indígena es mayoritaria, aproximadamente el 85 % y cuyas creencias y cultura difiere de la minoría que accedió al poder con la salida de Morales en el 2019. Una de las creencias más arraigadas es el respeto a la vida, que no es solamente la de las personas, sino que la tierra misma es objeto de profundo respeto por las culturas ancestrales, minimizar el impacto de los incendios en la Amazonía boliviana choca con toda una concepción de cómo se respeta a la tierra como un ser viviente y dador de vida, algo que perjudicó notablemente a Evo Morales durante los incendios del 2019, lo cual no constituyó una lección aprendida para el poder transitorio. Mucha filosofía para quienes estaban mas interesados en desangrar al estado, sobre todo en convertir inmensas áreas de bosque virgen en tierras de pastoreo para explotar la ganadería extensiva, algo similar de lo que hace Ortega en Nicaragua, con la introducción de los colonos en la Reserva de la Biosfera Bosawás y en las tierras indígenas de la Costa Caribe, donde incluso son desalojados a sangre y fuego por dichos colonos, quienes a su vez están protegidos por el ejército.

Los recién llegados al poder se comportaron como verdaderos colonizadores, el 7 % blanco del total de la población boliviana llegaba para quedarse e imponerse como santacruzanos blancos, rubios y ojos verdes de alma y corazón. De repente se sintieron mayoría y apelaron a la alianza con las Fuerzas Armadas para prorrogarse en el poder. Con la Biblia en una mano y el fusil en la otra creyeron que estaban en la época de los gobiernos militares o en la misma colonia amparados en la Cruz y la Espada, siendo Luis Fernando Camacho el máximo exponente de esta tendencia fascistoide, militarista, racista y clasista, obviando no solo el laicismo del estado consignado en la constitución boliviana, sino el hecho de que, durante los sucesivos gobiernos de Morales, las Fuerzas Armadas convivieron pacífica y convenientemente, como siempre, con Evo. Cualquier coincidencia con los portadores de casillas prestadas y que reclaman pureza ideológica en nuestro país, no solo no es coincidencia, sino que hay un cordón umbilical que a tan lejanas distancias los une.

Otro error cometido es creer que todo lo que se hizo en el gobierno anterior era malo, lo cual es producto de la ceguera ideológica y la soberbia de quienes se consideran predestinados a hacer el bien por mandato divino. Bolivia gozó de estabilidad política, social y económica por mucho tiempo, tal vez no por voluntad de Evo Morales, sino por efecto de la política implementada por el candidato ganador Luis Arce, verdadero arquitecto de la política económica boliviana. Morales no cayó en la sumisión a Hugo Chávez y al Socialismo del Siglo XXI, mas bien se mantuvo a prudente distancia gracias a su autosuficiencia energética y al respaldo de la base indígena y mestiza. Hubo una distribución de la riqueza expresada en una serie de medidas que beneficiaban a la población en la medida que el Producto Interno Bruto superara porcentajes establecidos. Cosas que estaban a simple vista, pero no hay peor ciego que quien no quiere ver.

Finalmente, jamás entendieron que competir divididos solo presagiaba una derrota contundente. Las encuestas eran como gritos a sus oídos sordos y como siempre pasa con este tipo de gente, creen firmemente en que al final el voto les va a favorecer y se asumen como los llamados a aglutinar a la ciudadanía que en algún momento pidió un cambio. Fueron divididos y perjudicaron al único que en esta justa electoral hubiera sido capaz de llevarlas a segunda vuelta, una hipótesis por supuesto, pero con tanto desastre de quienes estaban obligados a ofrecer un cambio en el país e hicieron todo lo contrario, todavía dicha hipótesis queda en duda. Apelar al voto útil cuando ya casi todo está consumado, se antoja una falta de previsión y estrategia, además de poco respeto a los votantes. Apelar a las Montañas de Votos, Sandinismo vs. Anti-sandinismo, Derecha vs. Izquierda y peor aún, pelear por el segundo lugar sin convicción, motivación y voluntad de triunfo es un pasaporte seguro a la derrota, como ya lo hemos visto antes.  

Si bien es cierto Nicaragua no es ni parecida a Bolivia, algunas lecciones deberán ser asimiladas por la oposición a Ortega, no se puede esperar absolutamente nada de los partidos y dirigentes zancudos, pero si podemos y debemos reclamar que no tengan cabida los “Camacho” y los “Creemos” en las organizaciones políticas que en alguna medida representan las aspiraciones antidictatoriales del pueblo nicaragüense.

lunes, 12 de octubre de 2020

La politica de Terrismo de Estado de Daniel Ortega

 Luego de la Operación Limpieza y el desmantelamiento de los tranques en julio del 2018, el régimen ha venido implementando una política de Terrorismo de Estado con varios objetivos, entre ellos los siguientes:

a.- Evitar por todos los medios una nueva escalada de protestas que repita la salida masiva a las calles de la población y por consiguiente la perdida de estas por parte del gobierno, tal a como ocurrió durante los meses de abril a junio del 2018.

b.- Evitar la posibilidad de que la población identificada como adversa al régimen, caracterizada por los operadores de Inteligencia como Azul y Blanco, puedan organizarse libremente en expresiones territoriales y se vinculen a las estructuras opositoras que tratan de aglutinar a la población en Nicaragua.  

c.- Entorpecer al máximo las posibilidades de que las estructuras opositoras puedan capitalizar el descontento de la ciudadanía nicaragüense y puedan organizarse como una alternativa electoral en las eventuales elecciones de noviembre del 2021, evitando las reuniones políticas donde se comparte el mensaje político.

d.- Evitar la estructuración del tendido electoral que permita conformar la red nacional de fiscales electorales de la oposición en Nicaragua, lo que evidentemente facilitaría las condiciones para desarrollar un fraude electoral en las eventuales elecciones del 2021.

Esta política de Terrorismo de Estado tiene varios elementos de soporte para su operativización y ejecución, siendo estos los siguientes:

a.- El Ejercito Nacional. El principal aporte del ejército consiste en desarrollar la labor de inteligencia al servicio de dicha política, disponiendo de todo el tendido territorial que posee la Dirección de Información para la Defensa, DID, además de la técnica de radioescucha y espionaje político que llevan a cabo al interior del país. Toda esta información es procesada en la Comité de Inteligencia Nacional, CIN, y elevada al Presidente de la Republica para la toma de decisiones. El CIN está integrado por Néstor Moncada Lau, en su calidad de Asesor de Seguridad Nacional del Presidente Ortega; Roger Ramírez Guzmán, en su calidad de Viceministro de Gobernación;  Luis Cañas Novoa, en su calidad de Viceministro de Gobernación; General de Brigada Rigoberto Boanerge Balladares Sandoval, en su calidad de Jefe de la Dirección de Información para la Defensa, DID, del Ejercito Nacional; General de Brigada Leonel Jose Gutiérrez López, en su calidad de Jefe de Inteligencia Militar y Jefe de Contrainteligencia, CIM, y el Comisionado General Adolfo Marenco Corea, en su calidad de Subdirector y Jefe de Inteligencia de la Policía Nacional.   

b.- La Policía Nacional. Luego de la sanción del gobierno de los Estados Unidos de América, a través del Departamento del Tesoro[1] señalándola en la práctica como organización terrorista por el “uso de municiones contra manifestantes pacíficos, de conformar batallones de la muerte y de llevar a cabo matanzas extrajudiciales, desapariciones y secuestros”, la policía ha profundizado su desmantelamiento institucional convirtiéndose en un cuerpo armado al servicio de los intereses de la familia presidencial, cómplice y ejecutor directo de Crímenes de Lesa Humanidad de acuerdo a las conclusiones del Tribunal de Conciencia “La violencia sexual como Crimen de Lesa Humanidad”[2] llevado a cabo los dias 8 al 11 de septiembre del 2020 en San Jose, Costa Rica, cómplice de actividades de narcotráfico, pero sobre todo, como el principal elemento de represión y control social de la ciudadanía nicaragüense que no comulga con el régimen.

c.- La Fuerza Paramilitar. Luego de la Operación Limpieza en julio del 2018, la Fuerza Paramilitar creada por la orden directa de Daniel Ortega dada al Comandante Guerrillero y de Brigada Edén Atanasio Pastora Gómez, de acuerdo con su propia confesión (a partir del minuto 37) en una entrevista televisiva al medio noticioso Izquierda Visión, de filiación sandinista[3], pasó a convertirse en una estructura aglutinante de las estructuras de la vieja guardia sandinista, la mayoría de los cuales habían participado en esa fatídica matanza ejecutada en contra del pueblo nicaragüense. Esta agrupación paramilitar, ha mutado en varios nombres: batallones defensores del sandinismo histórico, batallones estructurados para la defensa del poder revolucionario o batallones de la paz, sin embargo, la tónica es darle forma orgánica al paramilitarismo sandinista en Nicaragua, con la misión principal de enfrentar una eventual nueva oleada de protestas en el país, para lo cual no solamente han conservado el armamento que les proveyó el Ejercito Nacional, sino que su nivel organizativo se ha visto potenciado, así como el entrenamiento, para lo cual han participado en conjunto con la policía, en los cursos básicos de tácticas militares, impartidos por oficiales del Ejército. Una segunda misión es el mantenimiento del control social en los territorios, encargándose de la vigilancia estricta de los excarcelados políticos y de los ciudadanos identificados como líderes territoriales opositores. De acuerdo con información de fuentes de estas estructuras brindadas al autor, una de las misiones al momento de un levantamiento popular consiste en aniquilar a estas personas.  

d.- Las Fuerzas Parapoliciales. Provienen de las estructuras partidarias asentadas en los barrios y comarcas. Son los chivatos colaboradores del gobierno a través del partido. Actualmente reciben entrenamiento en conjunto con la policía de parte de oficiales del ejército en un Curso Básico de Tácticas Militares. Mantienen el control y espionaje de la población opositora a nivel de manzana, barrio, municipio, comarcas.

e.- Los reos comunes recién liberados. El régimen, en su desesperación de mantener y profundizar el control de los territorios, ha liberado a más de 23 mil reos comunes en menos de un año[4]. Una parte de ellos ha engrosado las filas policiales, otra parte han sido reclutados por el Ejercito y el resto ha sido provisto de armas cortas por la Policía Nacional, a través de la Dirección de Armas, Explosivos y Municiones, DAEM, con el visto bueno de las autoridades para que ejerzan su labor de delinquir y mantener el terror y la zozobra entre la ciudadanía, que vería como altamente peligroso movilizarse por las calles, sobre todo en horas de la noche. Esto le permite a la policía el refresco necesario, evitando el patrullaje nocturno tan desgastante para ellos. 

f.- La judicialización de la protesta y organización popular. Mediante la implementación de leyes draconianas que intentan llevar el temor y la zozobra a la población y eviten que se organicen de cara al proceso electoral previsto para noviembre del 2021. Hay tres leyes que el régimen de Ortega amenaza con ser aprobadas en la Asamblea Nacional, la que prácticamente es un apéndice del Ejecutivo: Ley de Crímenes de Odio; Ley de Agentes Extranjeros y Ley de Ciberdelitos. La primera de ella amenaza con la pena de cadena perpetua a quienes cometan “Crímenes de Odio”, reservándose ellos la tipificación de estos. La segunda ley intenta frenar el flujo de efectivo que proviene del exterior hacia los organismos de la sociedad civil que adversan al gobierno y la última ley pretende darle el poder al gobierno sobre lo que se publique en las redes sociales.  

 



[1] https://ni.usembassy.gov/es/nota-de-prensa-del-departamento-del-tesoro-de-los-ee-uu-el-tesoro-sanciona-a-la-policia-nacional-de-nicaragua-y-comisionados-de-policia/

[2] https://drive.google.com/file/d/1YRhn4OR4bXbRrbQbW5DN1B_CDkbxlb3B/view?fbclid=IwAR0SuGXha6V1FeGBSDdqTb1LhnroMyYQ2pmMb8Z549TwO-Z9fFknPKgLH2o

[3] https://www.youtube.com/watch?v=p6FNwT7GT7o&feature=youtu.be

[4] https://www.laprensa.com.ni/2020/09/01/nacionales/2715336-regimen-ha-excarcela-a-mas-de-22-mil-reos-comunes-sin-explicar-los-mecanismos-utilizados

sábado, 10 de octubre de 2020

Nuevas sanciones a circulo de poder de Daniel Ortega

 

Como se esperaba, el Gobierno de los Estados Unidos no se quedó atrás en los mecanismos de presión al circulo de poder de la dictadura de Daniel Ortega. El día de hoy nos desayunamos con mucha alegría y grandes expectativas las nuevas sanciones del Departamento del Tesoro a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros, OFAC. Octubre nos trae mas sorpresas. Ana Julia Guido Ochoa, Fiscal General de la Republica; Paul Oquist Kelley, Ministro para Políticas Nacionales de Nicaragua y la Caja Rural Nacional, RL, CARUNA, forman parte de la nueva lista de sancionados, que esperamos se extienda más en lo que resta del mes y toquen el circulo de poder de Daniel Ortega y en especial a sus órganos represivos, el Ejercito Nacional y los mandos de la Policía Nacional que continúan agazapados y delinquiendo con total libertad. 

En la página Web del Ministerio Publico (Fiscalía de la Republica) se lee que la Misión del Ministerio Publico de Nicaragua es: “Representar a la Sociedad y a las Víctimas del delito en la defensa de sus derechos e intereses comunes, ejerciendo la acción penal en los delitos de acción pública, en estricto respeto de los Derechos Humanos y el debido proceso, sirviendo con calidad y calidez para contribuir a la paz social y la convivencia armoniosa entre las y los nicaragüenses”. Esta mas que demostrado que NUNCA la Fiscal General, ANA JULIA GUIDO OCHOA ha cumplido su papel en la representación de las victimas de delitos de acción pública. No hizo nada luego de los delitos en contra de los que estuvieron en las protestas conocidas como OCUPAINSS en Junio del 2013. No hizo nada con las acusaciones de los sucesivos fraudes electorales encabezados por Roberto Jose Rivas Reyes, ni durante los asesinatos en el campo perpetrados por el Ejercito que encabeza el General Julio Avilés y que han sido denunciados con abundantes pruebas documentales. Igual, ha hecho oídos sordos a las denuncias de la masacre que el Estado de Nicaragua, al frente del cual esta Daniel Ortega, durante la Crisis de Abril.

Paul Oquist Kelley, de nacionalidad norteamericana, a la que renuncio para nacionalizarse nicaragüense, es PhD en Ciencias Políticas de la Universidad de California, en Berkeley. Se desempeña como Ministro para Políticas Nacionales ejerciendo su cargo desde la posición de Asesor Privado de Daniel Ortega para Políticas Públicas. Es uno de los autores intelectuales del proyecto canalero, mismo que empeño la soberanía nacional, algo de lo que sabe muy poco, a un oscuro y sospechoso inversionista de nacionalidad china, en este particular todavía se espera el millón de empleos que el año pasado deberían haber sido creados por las alucinaciones de dicho proyecto. Ha sido embajador de las causas perdidas del gobierno, sobre todo en Europa, adonde viajaba constantemente para defender las tropelías del Ortega. Su más nefasta gestión internacional ha sido la de alegar que Abril del 2018 fue una intentona de Golpe de Estado en contra de su jefe. Una defensa a ultranza que niega la masacre perpetrada en contra del pueblo nicaragüense, la que fue señalada de Crímenes de Lesa Humanidad por una serie de organismos que defienden los Derechos Humanos.   

Finalmente, CARUNA, o la caja chica de la corrupción gubernamental de Daniel Ortega y su circulo de depredadores del erario público. Nació en los meses posteriores a la derrota electoral del 90, cuando vendieron de manera inconsulta todos los activos de las tiendas ECODEPA, financiadas por países nórdicos, y capitalizaron una cooperativa de ahorro y crédito que en sus años de gloria durante los 90’s llegaron a intermediar un poco menos de 5 millones de dólares. Con la llegada al poder de Ortega en el 2007, se convirtió en la receptora de los fondos de la cooperación petrolera venezolana para evitar que pasaran por las arcas del estado, privatizando de hecho toda la ayuda que provino de este país. Luego de las sanciones a BANCORP y con el fin de evadirlas, esta institución creada por ALBANISA, devolvió a CARUNA seis fideicomisos por un valor de ¡2,500 MILLONES DE DOLARES! Esta cantidad es la base sobre la que se puede comenzar a calcular la riqueza acumulada por Daniel Ortega y su círculo inmediato de delincuentes luego de su llegada al poder en el 2007. ¡¡Ni más ni menos que el valor de las exportaciones nacionales de UN AÑO!!

Habrá quienes aleguen que las sanciones perjudican al pueblo de Nicaragua. Les pregunto: ¿A ustedes les afectan? Al menos a mi no. Ojalá y continúen pues golpean a los que han robado, a los que han asesinado y a los que han sido cómplices de los robos y de los crímenes cometidos. ¡¡Como decía mi vecina: ¡¡Rempújele que esta sin tranca!!