lunes, 4 de febrero de 2019

DE LA NEUTRALIDAD “ACTIVA” DEL EJERCITO - ¿NACIONAL?


A raíz de las “orientaciones” de la Ex Ministra de Gobernación Ana Isabel Morales a un grupo de militantes del orteguismo, al parecer no tan fieles como se supone, pues de ellos mismos se filtró el dislate de la susodicha, el pueblo nicaragüense se dio cuenta de lo que habíamos venido denunciando desde hace muchísimos meses atrás, el involucramiento del Ejercito, que se dice Nacional, en todos y cada uno de los actos de represión desde que estalló el conflicto el 19/4 del año pasado. Leímos el comunicado del vocero oficial y aunque trata de desmarcarse de las palabras que acusan a la institución castrense de ejercer labores de inteligencia en contra del pueblo nicaragüense, vamos a recordarles un poco su actuación durante estos meses en los que Nicaragua ha estado sometida al vandalismo, a los crímenes, incluso de Lesa Humanidad y a un estado de sitio de hecho, impuesto por policías, paramilitares y el mismo ejército. Veamos. 

1.- En los primeros dias de la represión, entregaron el armamento que estaba en almacenes militares, remanentes de la guerra de los años 80’s y que habían sido enviados por Libia y Vietnam entre otros países. Fusiles M – 16 y AR – 15 en su mayoría. Si hacemos memoria y observamos los videos de los primeros paramilitares armados, notaremos la gran cantidad de este tipo de fusiles en manos de estos delincuentes. Estos fusiles no cayeron del cielo, ni estaban en manos de civiles. 

2.- Entrenamiento de los contingentes de la juventud sandinista, devenidos en fuerzas paramilitares y prácticas de tiro en polígonos que pertenecían al ejército, ahora en manos privadas de allegados a este, por parte de oficiales de la institución castrense. Fue en el Polígono de la Empresa Magnum S. A. ubicada en el kilómetro 21 Carretera a Masaya, donde fueron las instalaciones de la II Zona Militar el lugar donde se entrenaron parte de las huestes paramilitares que asolarían el país.              

3.- Facilitación de los fusiles M – 24 SWS a los paramilitares. Estos fusiles fueron utilizados para las prácticas e instrucción de los Francotiradores del Comando de Operaciones Especiales del Ejército, COE, los que fueron dejados por los instructores norteamericanos que entrenaron a dichas tropas a raíz de su salida en el año 2013.

4.- Facilitación de la técnica y la tecnología para la utilización de drones de uso militar, procesamiento y entrega a la policía y paramilitares de toda la información recabada en los diferentes tranques y barricadas del país. Esta información fue fundamental para la posterior Operación Limpieza desarrollada en todo el país. 

5.- Recopilación de información de campo a cargo de la Dirección de Información para la Defensa, DID, en todo el país, sistematización y entrega a la policía y paramilitares para operar en base a la misma durante las Operaciones Limpieza llevadas a cabo. 

6.- Complicidad por omisión, en el mejor de los casos, de la organización,  armamento y operatividad del paramilitarismo en el país, al permitir la violación de la Constitución Política que establece que no pueden haber otros cuerpos armados más que los establecidos por la ley. Como un recordatorio, el artículo correspondiente:

Arto. 95.- El Ejército de Nicaragua se regirá en estricto apego a la Constitución Política, a la que guardará respeto y obediencia. Estará sometido a la autoridad civil que será ejercida directamente por el Presidente de la República, en su carácter de Jefe Supremo del Ejército de Nicaragua, o a través del ministerio correspondiente. No pueden existir más cuerpos armados en el territorio nacional, ni rangos militares que los establecidos por la ley.

La violación de este artículo de la Constitución Política es la causa fundamental de los cerca de 600 asesinados, los más de mil desaparecidos y los más de 700 secuestrados políticos que se contabilizan en todo el periodo que dura la insurrección cívica del pueblo nicaragüense.

7.- Participación en las operaciones limpieza de todo el país. Este hecho fue ampliamente documentado por los cientos de jóvenes que se encontraban en los tranques de los departamentos, reconociendo a oficiales en servicio activo. Demás está decir del armamento utilizado, que no es de uso de la Policía Orteguista, entre estos: Ametralladoras pesadas del tipo PKM, una de las cuales fue recuperada por los jóvenes en Jinotepe; Lanzacohetes RPG – 7; Lanzagranadas M – 79; Ametralladoras Ligeras RPK; Fusiles de Francotirador Dragunov, M – 24 SWS y los nunca antes vistos en nuestro país, los fusiles Catatumbo, de fabricación venezolana; Fusiles de asalto AK – 103, AKM y AK – 47 entre otros. 

8.- Conocimiento y permisividad cómplice de la institución castrense en la participación de ex oficiales de alta graduación del ejército en la organización y operatividad de una fuerza paramilitar al margen de las leyes. No se vale el argumento de que actuaron en su calidad de ex miembros del ejército y en su carácter personal, dado que el actuar de esta agrupación criminal y delincuencial violaba la Constitución Política. Hay innumerables fotos que muestran a varios altos oficiales del ejército haciendo gala de sus armas luego de las Operaciones Limpieza en el norte del país, entre ellos: Mayor (R) Silvio Palacios, Coronel (R) Leonardo Guatemala, Teniente Coronel (R) Manuel Castillo Gámez, Mayor (R) Mario Bolaños, Coronel (R) Adolfo José López Quintero, entre otros. La lista es mucho mayor y se extiende a todos los departamentos del país y sobresalen Generales, Coroneles, Tenientes Coroneles, Mayores, Capitanes y Tenientes. 

9.- Captura en las fronteras con Costa Rica y Honduras y su posterior entrega a la policía oteguista, de personas que huyen de la represión desatada por las fuerzas policiales y paramilitares del gobierno, poniendo en riesgo su vida e integridad personal. Uno de ellos fue el Coronel en Retiro Carlos Brenes Sánchez, fundador del EPS y Jefe destacado de unidades militares durante su larga carrera militar en las filas castrenses, el cual fue capturado en la frontera con Costa Rica por efectivos del ejército y luego fue vilmente entregado a la policía para su encarcelamiento y acusación infame de actos de terrorismo y crimen organizado. El Coronel Brenes fue juzgado la semana pasada y condenado a 32 años de prisión por delitos que nunca cometió. Una traición en toda regla de parte de una institución a la que dedicó los mejores años de su vida. 

Estos son los hechos, comprobados con fotos y videos durante las protestas y las operaciones limpieza. El ejército podrá decir que no participaron en las acciones de represión y pedir pruebas, sin embargo estos argumentos se caen por si solos ante la contundencia de los señalamientos que ha hecho durante todos estos meses el pueblo nicaragüense. No es solamente repetir eslóganes vacíos de contenidos que no soportan las evidencias ciudadanas, ni proteger mezquinamente privilegios económicos a costa de la complicidad con la masacre, que el régimen al que se subordinan, llevó a cabo durante los meses anteriores. Se es cómplice por acción u omisión y todo parece indicar que el ejército, que se dice nacional, actuó de ambas formas, protegiendo a un régimen criminal y asesino que se ensañó contra su propio pueblo, lo cual contradice el eslogan oficial pues “Ni hacen lo que dicen, ni dicen todo lo que hacen”.