Para nadie es un secreto que
Nicaragua al día de hoy se encuentra en una lamentable situación política,
social y económica que hace inviable para cualquiera poder gobernarla. Desde
abril del año pasado, el país que Ortega vendía al exterior desapareció por
completo, así como desapareció el famoso modelo de consenso, los índices mañosos
e inequitativos de crecimiento, la estabilidad social, el amor por los pobres y
el buen vivir. No es solamente el incremento de la tasa de inflación, el
aumento acelerado del desempleo, la elevación de los costos y de la
incertidumbre de producir en el campo, la falta de crédito que genera iliquidez
en toda la economía y el incremento del costo de la vida. Hay que sumarle el
estado de criminalidad de un régimen, que independientemente de que ha sido
acusado de Crímenes de Lesa Humanidad, continúa en su labor de captura, tortura
y asedio a la ciudadanía indefensa, mediante sus cuerpos policiales, reforzados
ahora por las huestes paramilitares, convertidos por la gracia del dictador, en policías
voluntarios. Pero además, no podemos dejar de lado el hecho de que, fiel a su tradición,
mantiene más de 600 rehenes en las ergástulas orteguistas, hombres y mujeres
valientes, quienes han sido víctimas de una saña inaudita y un insano deseo de
venganza de parte de la dictadura.
Consecuencia de lo anterior,
la comunidad internacional no se quedó impasible y aunque no con la celeridad
que todos hubiésemos deseados, reaccionó a su tiempo y la situación para el régimen
es totalmente diferente a lo que pregonaba a finales del año pasado: Curas
golpistas, terroristas presos, Golpe de Estado fallido, paz y reconciliación por
decreto, el pueblo ama a los azulitos y un largo etcétera. El 2019 empezó
con mal pie para Ortega,
lo que habíamos analizado en el artículo del 28/01 titulado: Las Sorpresas de Enero (http://robertosamcam.blogspot.com/2019/01/las-sorpresas-de-enero.html). Pero no paró ahí,
a la visita de los funcionarios norteamericanos, de los eurodiputados y su
llamada de auxilio al Jefe de Gabinete del Secretario Luis Almagro, Gonzalo
Koncke, para darle continuidad al suspendido y vilipendiado (por el mismo Ortega) proceso de reformas
electorales, se sumó el bloqueo de los Estados Unidos a las operaciones de
PDVSA, ALBANISA y BANCORP, la amenaza del Parlamento Europeo de sanciones
individuales y colectivas, lo que implica la revisión del Acuerdo Económico con
la Unión Europea, conocido como ADA y el eventual plazo dado por los
norteamericanos para sentarse con la oposición antes del mes de marzo. Todo esto
trajo como consecuencia el llamado al Gran Capital, al Cardenal Brenes y
al Nuncio Apostólico a fin de iniciar un proceso de negociaciones, ya no de
dialogo, que todos conocimos y que se encuentra en la etapa inicial para sentar
las bases y reglas del proceso, conocido como la famosa Hoja de Ruta.
Muchos se han dado a la
tarea de vilipendiar el proceso actual y no de profundizar en por qué Ortega ha
llamado a la Unidad Azul y Blanco, a través de la Alianza Cívica para la
Justicia y la Democracia, a negociar, cuando renegaron de esta posibilidad después
de aplastar a sangre y fuego la resistencia ciudadana con las Operaciones
Limpieza del mes de Julio del 2018. Qué hizo que Ortega se echara para atrás luego de
todo su discurso de “general” vencedor en una guerra de paramilitares, policías,
oficiales retirados del Ejercito y desmovilizados del SMP y muchos miembros
activos del Ejercito, ampliamente documentado por los jóvenes atrincherados, en
contra de un pueblo desarmado? Está realmente el dictador con la fortaleza que
la cúpula orteguista, la policía, sus paramilitares y la base fanatizada con la
que aun cuentan, creen firme y ciegamente? Nadie en posición de fuerza y
victorioso llama a negociar al contrario, salvo para tratar de someterlo más
aun, cosa que pretendieron hacer con la famosa Ley de Reconciliación, la paz
por decreto, sin tener que llamar a nadie para discutirla. Preguntémonos
entonces, Por qué ahora? La respuesta es sencilla, Ortega no da para más. Su
continuidad dejó de ser viable desde hace rato, solo que la comunidad
internacional aún no se lo había dicho. Y ahora si se lo han comunicado en
altas y claras voces.
El país se desangra cada día
mas en tanto Ortega continúe mas tiempo en el poder. La economía, Talón de Aquiles de
cualquier gobierno, es como un náufrago en medio del océano. Nadie tiene confianza,
ni adentro ni afuera de Nicaragua, en un gobierno que mandó a asesinar a su
pueblo. Ningún productor se atreve a darle un voto de confianza a quien envía a
sus incondicionales a tomarse las fincas y destruir lo que tanto les ha costado
construir. No hay créditos en los bancos, la construcción se encuentra
estancada, el turismo en el suelo, nadie quiere invertir por temor a perderlo todo en manos de
antisociales, solo por citar algunos hechos a lo interno del país. A lo externo
la situación es peor aún. La narrativa del Golpe de Estado cayó
estrepitosamente y se hizo añicos de la mano de Organismos Internacionales de
inmensa credibilidad como la CIDH, el GIEI, el MESENI, el Alto Comisionado de
las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, entre los más connotados. Señalado
de cometer Crímenes de Lesa Humanidad y amenazado de ser “futuro cliente” de la
Justicia Universal, con sanciones individuales y colectivas norteamericanas y europeas
encima de su cabeza cual Espada de Damocles, con Venezuela colgando su suerte
de un hilo y con cada vez menos amigos en el hemisferio, Ortega es como un
paria, como un leproso al que nadie quiere tener a su lado, excepción hecha, claro
está, de otros leprosos: el régimen cubano, los moribundos de Venezuela y un
timorato presidente mejicano. Hasta Bolivia ha tomado prudente distancia.
Sin embargo, lo más
complicado para avanzar exitosamente en este proceso de negociación no está en
manos de la comunidad internacional, está en manos nuestras. Si no hay respaldo
efectivo a la UNAB y a la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, ACJD,
será poco lo que se podrá lograr y la culpa no será de los negociadores, será nuestra.
Mientras no asumamos que no hay otra opción más que negociar y vencerlo en la
mesa de negociación, estaremos sujetos a que sean otros, de adentro y de
afuera, quienes decidan el futuro de Nicaragua. Algunos aun ven la lucha armada
como la única solución, quizás porque aún no han estado en una verdadera guerra
o porque usufructúan dinero de oscuros donantes para provecho propio. Las
guerras, pequeñas o grandes, siempre han sido un jugoso negocio para unos
cuantos, que desde sus refugios, mandan a morir a otros sin exponerse ellos. Hay
que decirlo con toda claridad, no hay opción armada para salir de la crisis, la
única opción es cívica y está en marcha.
Que podemos hacer en este
proceso para no torpedearlo? Dejar de criticar? No. Todos nos estamos jugando
algo y por lo tanto tenemos la obligación de ser parte activa de las
negociaciones. Pero parte activa no significa montarnos al vehículo y atacar al
chofer para que choque, o poncharles las llantas para que se descarrile.
Tampoco es darle un cheque en blanco a quienes están frente a los emisarios del
régimen. Es presionar, desde la proximidad de la unidad de criterios, para la obtención
de los resultados esperados: Justicia, Democracia, Libertad. Debemos presionar
por la salida inmediata de los secuestrados y secuestradas políticas. Debemos
denunciar en todo el mundo las atrocidades cometidas por los asesinos, con
nombres y apellidos, con fotos, con testimonios. Debemos y tenemos que exigirles a los distintos sectores UNIDAD, no necesitamos dividirnos mas de lo que estamos. Debemos presionar por la
salida de Ortega, no hasta cuando él quiera, sino con fechas de vencimiento. Las
elecciones adelantadas, guste o no, es la vía constitucional que respalda la
comunidad internacional. Y para eso tenemos que estar unidos en torno a una
sola opción, si fuera posible. Tenemos el espejo del 90, cuando al día
siguiente del triunfo de doña Violeta de Chamorro, la UNO se partió en mil
pedazos por la ambición de siempre y Ortega continuó gobernando, solo que ahora
desde abajo. Debemos estar alertas y tomarnos de nuevo las Redes Sociales, no
para el famoso Fuego Amigo atacando a los nuestros, sino para hacerle la vida
imposible al régimen. Ortega tenia perdida la lucha en las Redes Sociales
durante los primeros meses de la Insurrección Ciudadana, sin embargo reaccionó,
contraatacó y se adueñó de estas. Basta entrar a ellas para comprobar que los
miles de “ciber activistas” y “analistas políticos” que comentan a diario,
atacan con más virulencia al Dr. Carlos Tunnerman o a Mario Arana, por
citar dos nombres, que al mismo Ortega o
a Rosario Murillo.
Mientras perdemos el tiempo
atacando a quienes están ahí dando la cara por nosotros en la mesa de
negociaciones, mientras nos enfrascamos en quien satiriza más la famosa Hoja de
Ruta, Ortega se complace de tanta idiotez y se dedica afanosamente a lavar todo
el capital robado, a traspasar propiedades, empresas de la familia, como las
Empresas Medicas Previsionales conocidas como SERMESA, que están siendo trasladadas
al PAME, Empresa Médica del Hospital Militar y propiedad del Instituto de Previsión
Social Militar, IPSM, el brazo económico del ejército, convirtiendo a dicha institución
castrense en los nuevos testaferros institucionales. O pasando las gasolineras DNP
– Petronic que estaban bajo el control de uno de los hijos de Ortega y su mujer,
a manos de testaferros individuales. O vendiendo el banco de la familia Ortega –
Murillo, el BANCORP, al Estado Nicaragüense! en una descarada operación de lavado
de dinero a vista y paciencia de todos.
Y mientras perdemos el tiempo dividiéndonos,
haciendo lo que le conviene y quiere el dictador, no nos preguntamos por qué tanto afán en
estas operaciones? No será esta la nueva piñata previo a la estampida? Inconscientemente
o conscientemente? les estamos dando el tiempo suficiente para poder hacer dicha
piñata más y mejor organizada. Creo que son preguntas que nos deberíamos de
estar haciendo en lugar de continuar siguiendo el juego en el que Daniel Ortega
nos quiere tener entretenidos. No será más productivo y un mejor blanco, preguntarle
en las redes a los fanáticos del orteguismo, si ellos ya traspasaron sus
propiedades y bienes ahora que los de arriba se vayan? Porque se tendran que ir! Tendrán idea del desamparo en el que quedarán? Sabrán lo que significará para ellos Justicia Transicional? Habrá que recordárselos a cada momento y
con la misma devoción con la que atacamos a los miembros de la ACJD.