viernes, 1 de junio de 2012

OSUNA: EL CHIVO EXPIATORIO EN LA NUEVA TERCIA GEOPOLITICA?


Los sandinistas recibían de Pablo entre 500 y 1000 dólares
por cada kilo de cocaína, dependiendo del tamaño del embarque.
Aparte de esto, cobraban 200 dólares
por el almacenamiento y custodia de cada kilo de coca.

Pág. 55. “El verdadero Pablo”. Astrid Legarda.
Confesiones de “Popeye”, su principal lugarteniente.


En los últimos días y con una gran cobertura, los medios de comunicación han destacado el quiebre de una supuesta red de narcotraficantes en la que estaría involucrado el Magistrado Suplente del Consejo Supremo Electoral Julio Cesar Ozuna, vinculándolo a la estructura que el Cartel de la Familia Michoacana tiene en Centroamérica y cuyo cabecilla local es Alejandro Jiménez (a) “El Palidejo”, principal sospechoso de haber dado muerte al cantautor argentino Facundo Cabral. El Cartel en cuestión, está identificado como uno de los más extraños y mortíferos del mundo, ya que aparte de su alianza con el Cartel de Sinaloa, cultiva una rara mezcla de mesianismo religioso, defensa de la dignidad y bienestar de los Michoacanos.
Debido a las acusaciones de Karla Fariñas, la hermana del detenido Henry Fariñas, es que se ha logrado destapar una olla podrida que salpica a varias instituciones. Karla ha denunciado los estrechos vínculos amistosos de altos mandos de la Policía Nacional con su hermano, destacando el financiamiento para reparaciones en delegaciones policiales, así como las constantes visitas de jefes policiales al negocio de Fariñas, un “Club” para adultos, en el cual, según la hermana, muchos departían alegremente con “El Palidejo”, algo que según ella lo tiene grabado en videos. Pareciera ser que este tipo de comportamiento no es nuevo, recordemos cuando en Marzo del 2006 y tras la muerte de Jerónimo Polanco, dueño también de un lupanar llamado “Aquí Polanco”, un hijo del occiso denunció, entre otros, a un alto comisionado a quien se le pagaba mensualmente grandes cantidades de dinero supuestamente por “protección”. Con la baja del alto jefe policial se pretendió sepultar cualquier vínculo de la institución con el caso. El problema de éste y el de Fariñas – “El Palidejo”, es que hay un elemento en común, la relación de altos mandos policiales con los personajes mencionados en el escándalo, ya sea brindando “protección”, al mejor estilo de la mafia italiana o involucrados en situaciones indeseables que manchan la institucionalidad de quienes deben de estar al servicio de toda la ciudadanía, no solo de los que pueden pagar altas sumas de dinero o de los que tienen negocios donde se comercia con la dignidad y el cuerpo de las mujeres.

Sin embargo, el fenómeno de la corrupción en las instituciones del estado nicaragüense no es nuevo. Acostumbrados a la vida fácil, muchos políticos y funcionarios han vendido gustosamente su alma al diablo para mantener un nivel de vida que nada tiene que ver con lo que ganan “nominalmente” y esto, en un país donde la institucionalidad y el estado de derecho son tan frágiles, es fácilmente detectable por los grandes carteles de la droga, convirtiendo a nuestro territorio en presa fácil de sus tentáculos. Hay muchos ejemplos de esto, que no es de ahora, sino veamos. Durante los años 80´s, el Capo colombiano Pablo Escobar Gaviria estableció sus redes en Nicaragua bajo el amparo oficial. Eran los años de la famosa triangulación creada por Escobar con Panamá, Cuba y Nicaragua para el trasiego de la droga, en cuya operación quien pagó los platos rotos fue el General Arnaldo Ochoa ya que fue fusilado por el régimen cubano. Años después de la muerte del “Patrón”, a como le gustaba que le llamaran a Escobar, han salido en varios libros escritos por gente muy cercana al Capo los vericuetos de esta nefasta asociación. En dos de ellos, uno escrito por la amante de Pablo, Virginia Vallejos “Amando a Pablo, Odiando a Escobar” y otro escrito por Astrid Legarda “El Verdadero Pablo, sangre, traición y muerte”, se habla profusamente de esta sórdida relación entre supuestos “revolucionarios” y quien fuera el jefe del mayor cartel de drogas del mundo.

En el primer atentado al World Trade Center, el 26 de Febrero de 1993, durante los allanamientos a los sospechosos de haber planeado y ejecutado el ataque, se encontraron pasaportes nicaragüenses extendidos por autoridades nacionales. En el año 2003, el mismo Primer Comisionado de la Policía Edwin Cordero, en una “cándida” declaración que sacudió los cimientos de toda la sociedad, por increíble que parezca legitimaba el hecho de que a sus soplones la policía les pagaba con drogas, incautadas a su vez al narcotráfico. Aunque tuvo que retractarse por presiones de sus antecesores, Caldera y Montealegre, ya el daño y la confesión estaban hechos. 

En el año 2004, nos enteramos cómo un Magistrado de la “Honorable” Corte Suprema de Justicia hace desaparecer 600 mil dólares capturados al narcotraficante Luis González Largo y alegremente se los reparte con otro u otros, en un alarde de impunidad y cinismo. A pesar de haber cometido un flagrante delito que ensuciaba al máximo tribunal de justicia del país, la cosa quedó ahí. Eran los felices años del pacto y todo quedaba entre socios. Entre el año 2004 al 2008, el “Honorable” Magistrado Presidente del CSE “extrajo” 407 millones de córdobas de la institución, burlando todas las normas de control gubernamental. A través de facturas falsas y empresas igualmente falsas, Rivas aumentó su patrimonio familiar a costa del erario público, sin que nadie tuviese nada que señalar, en el colmo de la desfachatez y el encubrimiento gubernamental. 

En el año 2008, el miembro de las FARC Alberto Bermúdez (a) “El Cojo” recibió cédula nicaragüense en un trámite expedito que ni los mismos nacionales lo pueden disfrutar. Bermúdez se encontraba en Nicaragua desde un año atrás, posiblemente en acciones de tipo logístico para la guerrilla colombiana. En el año 2011, nuevamente Roberto Rivas Reyes fue acusado en la vecina Costa Rica por enriquecimiento ilícito, siendo requerido a partir de este año por las autoridades ticas. Aviones, mansiones, vehículos de lujo, valiosas propiedades en el mar y un largo etcétera no bastan, ni siquiera, para sonrojar a un gobierno que se auto llama Cristiano, Socialista y Solidario. Ninguna autoridad nacional se ha hecho eco de la denuncia tica y más bien da la impresión que el Magistrado de Facto goza, además de su ilegal inmunidad, de total impunidad para delinquir tanto dentro como fuera del país.

Corrupción aparte, surge ahora el caso Ozuna, que por las aristas que presenta pareciera ser que forma parte de un juego a mayor escala y todo indica que el hermano de la recién nombrada Presidenta del PLC será quien pague los platos rotos de la fiesta. Existen algunos elementos para presumir que Ortega ha decidido tomar al toro por los cuernos en su relación con los Estados Unidos y ha subido el tono en un intento de negociar al filo de la navaja, conociendo cuáles serían los puntos débiles de la actual Administración Obama. 

En el mes de Mayo se dieron varios eventos que se hace necesario analizar para comprobar que nada de lo que pasa en el país es producto de la casualidad. El primero de ellos fueron las declaraciones de la Embajadora de los Estados Unidos Phyllis Powers cuando argumentaba el porqué estaba difícil la aprobación de los Waivers, un golpe en la cara a Ortega y sus comparsas “capitalistas y burgueses”. El segundo fue la respuesta de Bayardo Arce Castaño, asesor económico de Ortega, cuyas declaraciones eran una amenaza velada de dejar de lado el compromiso de Nicaragua con los norteamericanos en la lucha contra el narcotráfico, la inmigración ilegal y el terrorismo a cambio de no meterse en los asuntos domésticos de Nicaragua. El tercer evento fue la captura de 44 cubanos ilegales en el Departamento de Ocotepeque en el occidente de Honduras el pasado 25 de Mayo. De acuerdo a las investigaciones de las autoridades hondureñas, los ilegales pasaron por Nicaragua como ultimo destino antes de llegar a tierras catrachas. Un cuarto evento es la condonación de la deuda contraída por Nicaragua con Irán durante los años 80´s. Esto ha sido paralelamente al anuncio de la visita del vicepresidente iraní a tierras nicaragüenses y el compromiso de conceder un préstamo de 250 millones de dólares, algo que se ve todavía más largo que el camino transitado para que nos perdonaran los 160 millones de dólares de la deuda. Finalmente, el quinto evento es la captura del Magistrado Suplente del CSE Julio Cesar Ozuna Ruiz, pieza importante en el trasiego del dinero narco en vehículos oficiales y la entrega de cedulas express a narcotraficantes. Cuesta creer que en este país donde existe un férreo control de todo el engranaje estatal, la actividad de Ozuna era desconocida para sus superiores, independientemente de que un trastabillante y desprestigiado Roberto Rivas Reyes haya jurado lo contrario en su patética conferencia de prensa.

No hace falta ser un avezado analista político para intuir que nuevamente Ortega juega con fuego, subiendo al máximo la apuesta para forzar una eventual negociación con Estados Unidos, cuyo objetivo final sería la aprobación de los Waivers, sobre todo el de la propiedad, que es el que mayor daño haría a su administración, toda vez que su rechazo bloquearía el acceso a fondos del FMI, el BM y el BID. Con un Chávez que aparentemente vive sus últimos días, la crisis europea encima, el corte de la ayuda bilateral de muchos países de Europa y atravesando una seria crisis de legitimidad, la negativa de las dispensas norteamericanas sería fatal para su gobierno. Es por eso que aparentemente ha decidido ir a fondo con el asunto y estaríamos una vez más en presencia de la práctica política orteguista del garrote y la zanahoria. El Garrote que representa la amenaza y el chantaje de disminuir la lucha contra el narcotráfico, la inmigración ilegal y el coqueteo con los iraníes y la Zanahoria expresada en la entrega de la célula del Cartel de la Familia Michoacana en Nicaragua, que dicho sea de paso, nadie o casi nadie sabía que operaba en el país, y el chivatazo a los hondureños que conllevó a la captura de los inmigrantes ilegales cubanos.

Un juego peligroso en que nuevamente Ortega pretende involucrar al país. Si antes fue una guerra fratricida que desangró al país, ahora sería algo mucho peor: caer totalmente en las garras del narcotráfico. México, Colombia, Guatemala y El Salvador son algunos ejemplos de estados sometidos a este flagelo y que se deberían evaluar muy bien antes de continuar con esta loca aventura.