viernes, 9 de enero de 2015

2015: PERSPECTIVAS Y PELIGROS

Recién inicia el nuevo año y una serie de complejidades se presentan en el horizonte que podrían resultar complicadas para el país en general. Equivocadamente se plantea toda la carga a la oposición, señalándola como la única responsable de la consolidación de la dictadura orteguista en Nicaragua, sin embargo, las dificultades son mayores por el lado del gobierno que lo que muchos piensan. 2015 se presenta como un año plagado de retos, con una serie de elementos coyunturales que podrían marcar el devenir del siguiente, el año de las elecciones nacionales.

EL CANAL.

El proyecto canalero es el reto máximo que el gobierno se ha autoimpuesto. Luego de las masivas protestas del 2014 y la represión indiscriminada desatada durante el mes de diciembre recién pasado, una cosa le quedó claro a quienes promueven desde el poder dicho proyecto: el pueblo no lo comprará a ojos cerrados y dado el manto de discrecionalidad y falsedades que poco a poco se vienen develando, tendrán que hilar fino para no convertirlo en la génesis de un conflicto social de mayores proporciones. Si bien es cierto que la población de Rivas y San Miguelito quedó seriamente afectada a consecuencias de la acción del ejército y la policía, no es menos cierto que esta lucha apenas toma un respiro y quienes están al frente de la misma tendrán que sacar lecciones de lo pasado durante la navidad roja del 2014 para aprender de ella y no cometer los mismos errores. La clave estará en la capacidad de organización departamental, municipal, comarcal y de barrios, para poder hacer efectiva la demanda de los pobladores donde está trazada la supuesta ruta canalera, de no ser confiscados por la empresa extranjera dueña de nuestra soberanía nacional.

LOS PROBLEMAS DEL PODER.

Muchos analistas magnifican la solidez del gobierno, quizás como parte de la estrategia misma para amedrentar a la población y matar en puerta cualquier indicio de descontento. La tan cacareada solidez presenta fracturas muy peligrosas que tienen el potencial de desatar una implosión interna del orteguismo. El cese de la ayuda venezolana, la indetenible carestía de la vida, la entrega a cuenta gotas de las migajas del festín gubernamental a los miles de sandinistas, orteguistas, murillistas, militares retirados y desmovilizados del SMP, hacen imposible mantener la cohesión en las filas partidarias, ya que basaron su proyecto en la compra de conciencias a través de programas clientelistas y prebendarios. Amor pagado son cuernos asegurados.

LA ASAMBLEA NACIONAL.

La lucha por el control de la Asamblea Nacional entre el murillismo y el grupo contrario a esta facción del orteguismo es enconada. Desde septiembre del 2013 los intentos de la compañera Rosario por tomar las riendas de este poder del estado han fallado estrepitosamente. Ha habido fracturas en el seno de la bancada oficialista que han sido cuidadosamente disimulados. La Asamblea es clave para las aspiraciones presidenciales de Murillo y su control a través de terceras personas es vital para tener el poder total en el país en un año preelectoral. La situación de salud del Presidente Rene Núñez no hace sino complicar la pugna entre ambos bandos. Aunque se habla de negociaciones que dejarían a Iris Montenegro fungiendo como Presidenta en Funciones, la candidatura de Alba Palacios siempre será la espada de Damocles que mantendrá la compañera sobre las cabezas de quienes la adversan dentro de su mismo partido.

LA CANDIDATURA DE ROSARIO MURILLO.

2015 es el año de definir candidaturas en el oficialismo. Siempre lo hacen un año antes y lo oficializan el año electoral. Todos se preguntan si será Daniel de nuevo o será Rosario, la actual regenta del poder. Para nadie es un secreto el estado de salud del comandante Ortega, ni tampoco las ambiciones de la compañera para ser la candidata en el 2016. Una candidatura que causa escozor al liderazgo de la vieja guardia, agrupados ahora en el “Grupo de los 50”, aparentemente con dirección, visión y objetivos claros. Este año será el de la medición de fuerzas entre Rosario y quienes la adversan y se antoja que la falange juvenil no le bastará para salir airosa. Daniel es el único que podría poner el orden en la granja, sin embargo habría que ver hasta donde su condición física le permite y no habría que desestimar la decisión de Murillo de ser la nueva presidenta de Nicaragua, un derecho que ella considera indiscutible e inapelable.

LA OPOSICION.

El gran reto para la oposición de este país es tratar de encontrar un camino en el que converjan los intereses de cada agrupación política y poder darle forma a una coalición electoral que pueda animar a la población a enfrentar el año siguiente con energía y musculo. Hasta ahora los resultados han sido infructuosos, no solo por la tozudez del liderazgo nacional, sino también por los esfuerzos del orteguismo en dinamitar cualquier intento de unidad. Claramente se identifican tres grandes grupos: Unidad por la República, Liberales y Sandinistas en la calle. El primero se ve reforzado por el esfuerzo que desarrolla Hagamos Democracia y aglutina a partidos, movimientos políticos y organizaciones de Sociedad Civil. El segundo, encuentra dispersas a las tres agrupaciones más representativas del liberalismo: PLI, PLC y Unidad con Dignidad. El tercero, el de los miles de sandinistas que han sido purgados por el murillismo y se encuentran desorganizados, pero con presencia en todos los barrios, municipios y departamentos del país, constituyen una fuerza importante y necesaria para poder vencer en el 2016. Desconfiados de la derecha y del liberalismo, que para ellos es lo mismo, podrían tener una alternativa para poder hacer valer su voto y su voluntad de mejorar ellos, sus familias y el país.

EL SANTO DE LA PROCESION.

Al igual que el oficialismo, la oposición tendrá que definir este año las candidaturas para el 2016. El eterno problema es que todos quieren ser caciques y muy pocos se ofrecen voluntarios para ser soldados. Todos quieren sacrificarse por la patria, bien sea como presidente o como diputados. Definir el Santo de la procesión en el 2015 será crucial si se quiere llegar juntos en noviembre del próximo año. Egos del tamaño de catedrales tendrán que ser demolidos para poder encontrar la fórmula que anime a una población escéptica, desconfiada y hastiada de tantos pleitos y errores.

CONDICIONES PARA LAS ELECCIONES.

El reto final. Si no hay condiciones, cómo ir a elecciones? Las condiciones electorales no serán una dadiva de Ortega o de Rosario Murillo, habrá que arrancárselas y la única forma es que todos tiren parejo. El orteguismo enfrentará condiciones difíciles este año, tanto a nivel interno, partidario y a nivel externo, como para permitirse el lujo de abrir otro flanco, sin embargo habrá que estar atento a que parte del liderazgo político opositor, o que se auto llama de oposición, no le entregue en bandeja de plata las facilidades para otro fraude electoral. Tampoco habrá que caer en la trampa del cambio de figuras del mismo álbum en el Consejo Supremo Electoral, que es el As bajo la manga de Ortega para calmar los ánimos de la oposición. Cambell por Rivas no resuelve un CSE estructurado y organizado para ver siempre ganador al mismo candidato, independientemente de si sacó menos votos. El sistema electoral es la canasta de manzanas podridas que habrá que cambiar y no solamente una de ellas.

EL ESCENARIO INTERNACIONAL.

Contrario a lo que se supone, Ortega estará con mayores dificultades internas y mayores presiones para tratar de dar señales democráticas claras hacia afuera, y hacia afuera son los Estados Unidos y Europa. Venezuela es casi inexistente en las cuentas nacionales, los cubanos están más interesados en mantener la armonía con el anterior enemigo a muerte y ahora sus nuevos amigos, el Imperialismo Norteamericano, y Rusia, con los graves problemas económicos que enfrenta, difícilmente estará en la disposición de acompañar las bravatas de Ortega, por lo que las perspectivas en el plano internacional no le favorecen. El control de los republicanos en ambas cámaras se antoja de mayor presión internacional como para que Ortega continúe con sus pretensiones de crear desde ya las condiciones para un sexto fraude electoral, sin embargo de poco servirá la presión externa si la oposición no hace la labor que todos esperan de ella.