viernes, 19 de diciembre de 2014

PRAGMATISMO U OPORTUNISMO POLÍTICO?


Las recientemente anunciadas medidas de restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos de América y Cuba han causado un terremoto político, no solo entre los ciudadanos de ambos países, sino además entre los países afiliados al ALBA quienes no tuvieron más que aplaudir la “valentía y dignidad” del presidente Raúl Castro por dicho restablecimiento. Seguramente que tampoco en la nación norteamericana se hubieran imaginado ver esto, sobre todo después de la derrota del Presidente Obama en las recién pasadas elecciones legislativas a manos de los republicanos, quienes tomaron el control de un significativo porcentaje en la toma de decisiones de la política interna y externa del país del norte.

LA LUCHA DEL PUEBLO CUBANO Y UN MODELO FRACASADO.

La isla caribeña y sus dirigentes más importantes, Fidel y Raúl Castro, habrían sobrevivido a diez presidentes norteamericanos luego de la caída de Fulgencio Batista y el inicio de la Revolución Cubana el 1 de enero de 1959; a la invasión en Bahía de Cochinos de parte de tropas mercenarias financiadas por el gobierno de los Estados Unidos en abril de 1961; a la caída de la Unión Soviética y el campo socialista en 1991, sus otrora principales socios comerciales y políticos; al Periodo Especial ocurrido en la Isla después de la disolución de la URSS que afectó el 85 % del mercado exterior cubano con los países ex – socialistas; y finalmente, al bloqueo económico norteamericano firmado por John F, Kennedy en febrero de 1962 y que se extiende hasta nuestros días.  

Durante todos estos años, Cuba resistió con una gran dosis de heroísmo de parte de sus habitantes las vicisitudes que les tocó padecer, no solo a causa del bloqueo sino también de la terquedad de sus dirigentes, empecinados en llevar adelante un modelo que para sorpresa de todos, el mismísimo Fidel lo planteara como un fracaso poco tiempo después de ceder el poder a su hermano Raúl en febrero del 2008. Este posteriormente anunciaría, para sorpresa de todos, su rechazo a la continuidad indefinida en el poder, dejando entrever un pragmatismo que no pasó desapercibido ni dentro ni fuera del país. 

VENEZUELA Y LA REAL POLITIK CUBANA.

La llegada al poder del Teniente Coronel Hugo Chávez Frías en Venezuela abrió una nueva oportunidad de suavizar la penosa situación del pueblo cubano, ya que el respiro que proporcionó la Revolución Popular Sandinista duró apenas 11 años. Fidel acogió a Chávez como un padre al hijo pródigo, apoyando y respaldando todas sus veleidades políticas e ideológicas y la gratitud apareada con la profunda admiración que sentía Chávez por el viejo dirigente cubano, se vio transformada en 150 mil barriles de petróleo diarios, que junto al resto de subsidios sumarian, según especialistas, más de 13 mil millones de dólares anuales. Una verdadera tabla de salvación. 

La muerte del “Comandante Eterno” hace dos años sumiría en una profunda crisis al pueblo venezolano y por supuesto al “ungido” Presidente Nicolás Maduro, producto de los errores de un proceso dizque revolucionario, cuyos logros más visibles fueron la creación de más pobreza, mayor dependencia de la renta petrolera, mayor desabastecimiento, el desarrollo de una corrupción sin límites en todos los estamentos del poder en Venezuela, el endeudamiento a futuro de gran parte de la producción petrolera con los chinos y la dilapidación de más de 400 millardos de dólares en 15 años de “revolución socialista”. Esta crisis, endurecida aún más por la caída de los precios internacionales del crudo, dejaba a los cubanos dependientes de un país con un futuro incierto y ni cortos ni perezosos han mostrado su faceta más “pragmática” al restablecer las relaciones diplomáticas con el más odiado de los enemigos, el Imperialismo Norteamericano.

REALIDADES Y ORFANDADES.

Con el anuncio realizado, se han puesto en evidencia varios elementos de la realidad política de nuestros tiempos. Se evidencia una vez más que la política de los Estados Unidos es una caja de sorpresas y demuestra con más vehemencia que las decisiones tomadas tienen que ver más con cálculos políticos domésticos que externos, dejando una papa caliente en manos de los republicanos, quienes tendrán que tomar la decisión final sobre la política del embargo a Cuba, de hecho cada día más impopular entre los norteamericanos.

Los dirigentes más connotados del exilio cubano podrían quedarse sin el argumento que ha hecho del embargo un modus vivendi y muchos tendrán que trabajar, ya que cuando ocurra la estampida de empresarios estadounidenses hacia Cuba, nadie querrá quedarse atrás.

El presidente Raúl Castro con más realismo que idealismo, sabe perfectamente que es mejor una transición ordenada que un cambio de sistema traumático. Prefiere dirigirlo él y dejar el país en manos de las nuevas generaciones de revolucionarios cubanos, ya que lo que pase después no sería responsabilidad suya y su legado quedaría intacto.

Da la impresión que con el restablecimiento de las relaciones USA – Cuba, Maduro queda en la estacada y dejado flotando a la deriva, aunque 150 mil barriles diarios de petróleo pesan mucho, así que no sería descabellado pensar que por la vía del Presidente Castro se busque una salida “honorable” al conflicto venezolano.


Finalmente, la “monada” del vecindario queda huérfana del discurso anti imperialista, pues acostumbrados por decenios a ver en Cuba la imagen del revolucionario perfecto, tendrán que tragar gordo ante semejante ejemplo de pragmatismo…u oportunismo político.