martes, 19 de julio de 2011

A 32 AÑOS DE DISTANCIA, LOS ENEMIGOS CONTINUAN SIENDO LOS MISMOS

Hoy se cumplen 32 años del triunfo de la RPS, un evento que conmocionó no solo a Nicaragua, sino a Latinoamérica y al mundo. Hace 32 años se ponía fin a una dictadura, que durante más de 45 años sometió y atormentó al pueblo nicaragüense, la “Estirpe Sangrienta de los Somoza” a como la llamó Pedro Joaquín Chamorro Cardenal. Una dictadura que nació con el asesinato del Héroe de Las Segovias, el General Augusto Cesar Sandino, quien después de haber librado una lucha sangrienta, desigual y victoriosa sobre las tropas de intervención norteamericanas, fue traicionado y asesinado por Anastasio Somoza García la noche fatídica del 21 de Febrero de 1934, inaugurando con este magnicidio, la larga noche negra del somocismo en nuestro país, misma que finalizó el 19 de Julio de 1979.
Fue una lucha inmensa y con ribetes épicos que tuvo que librar el pueblo nicaragüense durante más de cuatro décadas, en las que sobresalió el heroísmo de los verdaderos patriotas, los que derramaron su sangre y ofrendaron sus vidas en los movimientos guerrilleros que se formaron en contra de la dictadura, como el del Coronel Ramón Raudales en el 58, El Chaparral en el 59, Olama y Mollejones en este mismo año, los Cuartelazos del 11 de Noviembre de 1960, la Guerrilla del Bocay en 1963,  los Sucesos del 4 de Abril del 64, la Guerrilla de Pancasán en 1967, la de Zinica en el 71, el Asalto a la Casa de Chema Castillo en 1974, la Ofensiva de Octubre del 77, la Toma del Palacio Nacional el 22 de Agosto del 78, la Insurrección de Septiembre de este mismo año, hasta el llamado a la Ofensiva Final en Junio de 1979. Una historia trágica, una historia de lucha por restaurar la dignidad nacional, una historia escrita con la sangre de los mártires que cayeron ante el pedestal de la patria.
El 19 de Julio de 1979 fue el colofón de la lucha, que en sus principales etapas encabezó el Frente Sandinista de Liberación Nacional, un movimiento que evolucionó del foco guerrillero inicial, hasta constituirse en la vanguardia de la lucha armada del pueblo nicaragüense en ciudades, campos y montañas, a liderar una insurrección victoriosa que logró la expulsión del último marine que quedaba en Nicaragua, Anastasio Somoza Debayle.
32 años después vemos con absoluta tristeza el menosprecio de quienes se han encargado de privatizar la gesta heroica que corresponde a todos los nicaragüenses, a como han privatizado la cooperación venezolana, a como han privatizado la lucha de todos los que hicieron posible el triunfo. Han pretendido, 32 años después, reescribir la historia de Nicaragua apartando y enviando al olvido a quienes fueron los verdaderos actores de esta heroica hazaña revolucionaria. Ahora, los que nunca estuvieron, son los que aparecen en todos los frentes de lucha. Ahora contamos con impostores que asumen un falso liderazgo, que no es producto de la historia, sino que se origina en las manipulaciones políticas a las que tanto han estado acostumbrados en el pasado y en el presente.
32 años después pretenden contar una historia propia, en la que son ellos los actores principales, pretenden construir un liderazgo ajeno a la lucha histórica de un contingente de revolucionarios que liderados por Carlos Fonseca hicieron posible el rescate del legado histórico del General Sandino, el legado de Patria y Libertad, de Dignidad y Soberanía Nacional, el rescate de la Justicia Social y la Equidad entre los nicaragüenses.
A partir de reescribir la historia a la medida de sus conveniencias, han convertido al Frente Sandinista de Liberación Nacional de Carlos Fonseca, de Julio Buitrago, de Oscar Turcios, de Ricardo Morales, en una secta fundamentalista. Han transformado al sandinismo en el orteguismo, con el que pretenden construir un proyecto, que mas que Socialismo del Siglo XXI, se asemeja más a un fascismo de nuevo cuño, se asemeja más a un Somocismo del nuevo siglo, un Somocismo Orteguista.
La historia siempre trae sus sorpresas, 32 años después vemos como el somocismo se resiste a morir y revive en el orteguismo con las mismas lacras, con los mismos errores, con los mismos males y con los mismos traumas. Enriquecimiento ilícito, hegemonismo político - partidario, violación de la Constitución, Plata, Palo y Plomo, pactos y componendas. Anastasio Somoza cimentó su dictadura sobre el asesinato del héroe, luego construyó la Guardia Nacional, que antes que nacional era una guardia personal, pretoriana.
Asimismo construyó en torno a él y a su medida, un partido, el Partido Liberal Nacionalista, que antes que nacionalista era somocista. Se apoyó  entonces en el poder militar de la GN, en el poder político de “su” PLN – S y sobre ambos y al amparo del erario público construyó su poder económico. Igualmente desarrolló un pacto con los conservadores para mantener la tranquilidad del poder, basándose en el otorgamiento de cuotas a estos y gobernar bajo un esquema de bipartidismo, que permitía la estabilidad del estatus quo. Conservadores y liberales se acomodaron a esta distribución del poder y todos en las cúpulas vivían con relativa tranquilidad. Se acuñó la famosa frase: “Plata para los amigos, Plomo para los enemigos, Palo para los indiferentes”.
32 años después, la situación no ha cambiado tanto. Sobre la base del fraude electoral del 2008 y una dudosa victoria en el 2006, Ortega consolida su poder político, el que descansa en un partido desprovisto de valores, de principios, inclusive hasta de estatutos. Un partido hecho a la medida de sus ambiciones. El poder militar le ha sido difícil apropiárselo con la misma facilidad con que lo hicieron los Somoza. Sin embargo ha desarrollado un sistema paralelo de fuerzas paramilitares, las que ha usado las veces que lo ha necesitado hacer para intimidar a la oposición. Sobre la base de cuadros de desaparecido Ministerio del Interior, Retirados de la Policía Nacional y del EPS, ha creado fuerzas de choque, las que saca a las calles las veces que es necesario hacerlo. Armados, motorizados, experimentados, con toda la impunidad del mundo y casi siempre con la complicidad de los cuerpos policiales, son el mejor sustituto de la guardia somocista.
El pacto que faltaba lo ha desarrollado con un solicito Arnoldo Alemán, quien ha dado lo que sea necesario dar, con tal de conservar su libertad y las riquezas mal habidas durante su administración. Por medio de la cooperación venezolana, ha construido un imperio económico que la oposición venezolana cifra en 2 mil 500 Millones de Dólares. Poder político, poder económico y capacidad militar, colocan a Ortega en un símil de Anastasio Somoza.
A 32 años esto es lo que Ortega presenta a los nicaragüenses como sus grandes logros, como sus grandes victorias. Con un remedo de revolución en una falsa “Segunda Etapa”. Pero además, también nos presenta otros logros de los que seguramente no hablará en la “Misa Revolucionaria” que concelebrará con El Cardenal y la Sacerdotisa, ante una multitud de acarreados. Los resultados de su gestión, a 4 años y medio de haber asumido el poder, nos remiten a una canasta básica que cuesta C$ 9,585, habiéndola recibido a C$ 2,937.70. Recibió el valor de un huevo a 50 centavos y nos la entrega a C$ 3.50, recibió la libra de frijoles a 4 córdobas y nos la entrega a 18 córdobas, recibió el litro de aceite a 17 córdobas y nos lo devuelve a 40 córdobas. Un salario real menor que el que recibió en el año 2006. Habiéndolo recibido a C$ 1,671.30 nos lo devuelve en C$ 1,465. Alza en la luz, el transporte, el agua, más pobreza, más delincuencia, mas lacras sociales.
Y por si faltaba poco, este 32 aniversario encuentra a toda la vieja guardia del sandinismo, fuera de las estructuras oficiales. Todos o la gran mayoría de los que hicieron posible la victoria del 19 de Julio del 79 han sido desplazados, relegados, desechados. Utilizados en el pasado, hoy son material de descarte y son sustituidos por jóvenes, que al igual que estos, también en el futuro serán enviados al olvido.
Un aniversario para el recuerdo, muy probablemente el último que celebren en el poder, pues el pueblo nicaragüense, cansado de tanta parodia, de tanto cinismo y de tanta falsedad, el próximo 6 de Noviembre, con su voto, los enviará a donde merecen estar, en el basurero de la historia.

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