Ganó Chávez las elecciones celebradas el pasado domingo en la Patria del
Libertador Simón Bolívar, obteniendo un nuevo mandato, el cuarto consecutivo,
que concluirá hasta el año 2019. Proclamado vencedor con el 55.26 % de los
votos de los venezolanos, se impuso a su principal contrincante, el Gobernador del
Estado de Miranda, Henrique Capriles Radonsky, quien obtuvo el 44.13 % de los
votos.
8,136,637 venezolanos dieron su respaldo a la continuidad del proyecto político
que abandera Hugo Chávez, frente a los casi seis millones y medio que creyeron
en el mensaje de Capriles, una diferencia de poco más de un millón seiscientos
mil votos, que constituye un elemento de reflexión obligada, sobre todo si
tomamos en cuenta las condiciones políticas y sociales que se vive en la
Venezuela de hoy. Mucho se ha hablado de las causas de la derrota de Capriles,
o la victoria de Chávez, depende de la óptica del observador, y será tema de discusión
no solo para los venezolanos, sino para todos aquellos que quieran aprender de
las lecciones que deja para el resto de Latinoamérica, pero más aun, a aquellos
países que gravitan en torno al proyecto del Socialismo del Siglo XXI, una chanfaina
ideológica que unos la han adoptado por conveniencia, otros por necesidad,
otros por oportunismo y otros porque realmente creen en dicho proyecto.
Se dice que fueron los famosos NI – NI quienes realmente le dieron la
victoria al dictador venezolano, ya que una parte se abstuvo de votar y otra
parte se decidió a última hora por Chávez. Otros plantean que la cantidad de
plata que corrió en los últimos días de la contienda electoral fue inmensa, entregando
bonos, certificados de viviendas, dinero en efectivo y un sinnúmero de bienes
materiales, que doblegaron la voluntad de la gente común y no tan común, aun
por encima de las difíciles condiciones económicas y sociales en que se debate
la mayoría de los venezolanos. Muy pocos hablan de los mecanismos de presión en
las calles para evitar que la gente se desplazara a sus centros de votaciones y
todavía menos de fraude electoral o intentos de fraude, durante los comicios.
Será tarea de los analistas y políticos venezolanos descubrir que pasó en
realidad para que se dieran los resultados que concluyeron con la victoria del
chavismo, a pesar del desgaste obligado que dejan tres mandatos continuos y
arrastrando las lacras de todos conocidas: corrupción gubernamental,
inseguridad ciudadana, desabastecimiento y altos precios de los alimentos, inequidad
social, ineficacia de la burocracia estatal, entre las más destacadas. Sin
embargo, el proceso electoral venezolano nos deja a los nicaragüenses una serie
de lecciones por aprender, que en la medida que las estudiemos, asimilemos y
pongamos en práctica, nos evitará seguir transitando por el mismo sendero que
conduce inevitablemente a la derrota y que tozuda e insistentemente, la clase política
hace hasta lo imposible por continuar en el. Estas lecciones de las que
hablamos son, entre otras, las siguientes:
1.- UNIDAD DE LA OPOSICION. La Mesa de la Unidad Democrática aglutinó a 20
organizaciones de todo el espectro político venezolano, respetuosos entre sí, en
tanto miembros de una Alianza Electoral, en la que el factor económico no fue
lo mas importante, lo que significa que nadie está por encima del resto por
razones de quien pone más plata. Un ejemplo a aprender para aquellos que les
encanta convencer a los socios chequera en mano y construir hegemonía a partir
del billetazo.
2.- TENDIDO TERRITORIAL Y UNA ESTRATEGIA PARA GANAR. Lo que se vio en las
elecciones venezolanas por parte de la oposición a Chávez, fue el aporte de
todos los partidos y organizaciones que conformaban la Mesa de la Unidad Democrática,
para construir un verdadero tendido territorial electoral en todos los estados
del país que propicio la visita del candidato Capriles a casi todo el
territorio venezolano y por consiguiente llevar su mensaje de campaña. Este
tendido se vio fortalecido con el diseño de una estrategia electoral inteligente,
flexible y dinámica, que se corrigió cuando fue necesario hacerlo y se mejoró
en la medida que las condiciones lo demandaban. Un ejemplo a aprender para
aquellos que hacen de la sapiencia convencional “La Estrategia”, que insisten
en hacer siempre lo mismo, para recoger los mismos resultados de siempre.
3.- LIDERAZGO CREIBLE, VIGOROSO, ENTUSIASTA, MOTIVADO Y VALIENTE. Vimos en
Capriles un Líder, joven, con una fortaleza superior a su contrincante, a pesar
de no contar con los recursos de este, y quizás esa fue su mejor fortaleza, ya
que le obligó a recorrer palmo a palmo el país. Su discurso, entusiasta y
motivador, llegó a la gente, al extremo de que sumó un millón ochocientos mil
votos más para la oposición, que en las elecciones anteriores. Se vio a un
candidato valiente, que nunca dejó entrever temor al contrincante y que jamás se
mostró, como decimos en buen nicaragüense, gallo-gallina. Un ejemplo a aprender
para todos aquellos que desde ya están pensando
en que son la alternativa de la oposición para el 2016 y se muestran excesivamente
“cautelosos” en condenar las violaciones de Ortega al Estado de Derecho y a la
Institucionalidad en Nicaragua.
4.- PROPUESTAS A LA NACION CREIBLES, REALIZABLES, NOVEDOSAS. El mensaje de
Capriles fue sencillo y su propuesta era más sencilla aun. Con tanto desastre enfrente,
en lo social, en lo económico, en lo moral, no había que inventar el agua
caliente, sino simplemente prometer gobernar bien y para todos los venezolanos.
Nadie se enfrascó en pretender igualar o continuar la regaladera que Chávez, al igual que Ortega, ha convertido
en Política de Estado, regaladera que ha pervertido, aquí y allá, la política,
a la clase política y a los votantes más pobres.
5.- ATENCION PRIORIZADA AL SEGMENTO DE INDEPENDIENTES. Los llamados
independientes, que en Venezuela se conocieron como los “NI - NI”, fueron los que al final, por abstención
o por su apoyo a Chávez, definieron las elecciones. Este segmento es sumamente
racional, informado, tiene acceso a los medios de comunicación de todo tipo y es
casi imposible que se les dé “Atol con el Dedo” muy fácilmente. Ellos analizan la
personalidad del candidato, sus antecedentes, la propuesta, el discurso y el
programa. Se les tiene que convencer, no impresionarlos. Son pragmáticos y no
se dejan llevar por la estridencia del discurso, como no militan en ningún partido
no tienen predilección por nadie en particular y su decisión final depende de
la credibilidad del mensaje y del mensajero.
6.- PARTICIPACION DE LOS JOVENES Y LAS MUJERES. Estos dos fueron los
segmentos poblacionales sobre los que descansó el trabajo de campaña. Jóvenes
reclutando a jóvenes, mujeres reclutando a mujeres. Hablando el mismo idioma,
padeciendo los mismos problemas, compartiendo las mismas esperanzas. Propuestas
para ambos alejadas del tradicionalismo perverso, que solamente ve en la gente
votos y no personas con aspiraciones, inquietudes, necesidades. Sectores con algo
que proponer y compartir. Sujetos en un proceso electoral y en una propuesta a
la Nación y no meros objetos para alcanzar el poder. Lección por aprender para
nuestra clase política, ya que en el 2016, si es que llegamos tan largo, el 65
% de los votantes serán menores de 40 años. Todo un reto.
7.- LA GENTE SALIO A VOTAR. A pesar de que la percepción de la población venezolana
es que la mayoría del CNE, el equivalente al CSE nicaragüense, es chavista, la población
cree en el sistema electoral de Venezuela. Debido a esa confianza y a la
credibilidad en el sistema, la gente salió a votar el domingo 7 de Octubre. De
un total de 15 millones previstos, votaron 14 millones, casi el 81 % del total,
lo que implica que aparte de tener candidatos potables, propuestas aceptables y
tendido electoral que fiscalice el proceso, existe un organismo electoral que le
da confianza a la población.
Para ejemplificarlo con más contundencia, citamos a Mundo Jarquin, que en
su columna semanal El Pulso de la Semana, escribe lo siguiente: “En Venezuela se hicieron 16 auditorías
técnicas del sistema electoral, incluyendo el padrón, el cómputo y la
trasmisión de datos, en presencia de técnicos y especialistas electorales de la
oposición, y que esas auditorías, una vez hechas las modificaciones discutidas,
fueron firmadas por los representantes de la oposición.”
Lección por aprender para todos, sobre todo para aquellos que, afanosamente,
van cargados de ilusión a la repartición del próximo 4 de noviembre. Si el
sistema no es confiable, lo único que está asegurado es el fraude.
1 comentario:
Y con todo eso que decís, perdieron, no? Talvez Capriles no sea para los venezolanos mejor que Chávez. Solo eso te faltó analizar, papa. Porque viéndolo bien, fue una verguiada de la madre, diez por ciento de ventaja...
Mario Latino
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